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- ¿Bueno? - Respondió David al teléfono - ¿Quién habla?

- Hola, David, soy yo, Gael - Guardó silencio unos segundos - Yo, eh, me estaba preguntando si te gustaría salir a tomar algo, claro si tú quieres.

- Mmm sí, creo que me vendría bien salir a despejarme un poco, pero - David hizo una pausa - ¿A qué se debe esta invitación?

- Bueno, tú sabes que Leona, quiero decir, Marena, ella ahora está con Benjamin y Anaju; mi padre, Columba y Calixto ya no están más, y, creo que tú y yo... deberíamos hacer las paces.

David al oír esto entendió que se trataba de una invitación a salir para limar asperezas, al final, era cierto, no habían tenido la oportunidad de dialogar y resolver sus diferencias.

Así, Gael y David se dirigieron al lugar y en la hora acordada, Gael llevaba un atuendo semiformal, por su parte David iba vestido un poco más casual, aunque por supuesto, ambos muy bien parecidos.

¿Quién podría haber imaginado que después de toda esa rivalidad entre ambos por el amor de Marena, ahora estarían compartiendo la mesa y en paz?

Al llegar, ambos se saludaron y tomaron asiento, era un lugar bastante apacible y acogedor, al fondo sonaba un poco de música instrumental, parecía el ambiente perfecto para que dos personas pudieran tener un momento ameno.

Con el pasar de los minutos y mientras se desarrollaba una charla rica en temas de conversación, pero sobre todo, enfocada en rememorar su juventud en Puerto Palma, antes de los funestos sucesos que cambiaron sus vidas para siempre, David se dió cuenta de que tal vez había preconcebido una idea negativa y errada sobre Gael pues resultó ser alguien afable y simpático; por otro lado Gael tuvo una idea similar, ahora entendía mejor a Marena y porque a pesar del tiempo, siempre tuvo a Adrián Hernández en sus pensamientos y probablemente en su corazón también, y no era para menos, David siempre había sido un hombre fuerte, tenaz y con convicción, eso tal vez era una de las cosas que más le generaban cierta admiración a Gael, pues si bien, él no era precisamente débil, si era alguien más inclinado a priorizar sus sentimientos.

Entre plática y risas ocasionales, fue pasando el tiempo y antes de que pudieran darse cuenta, ya se había hecho tarde. Al momento de retirarse, Gael se ofreció a llevar a David en su coche hasta la puerta de su casa y él aceptó.

Era la primera vez que convivían sin terminar en discusión, y también la primera en mucho tiempo en que habían tenido una conversación después de aquel suceso en Puerto Palma.

– Sabes, creo que fuí muy injusto contigo y me gustaría ofrecerte una disculpa; ahora, sin todo eso que nublaba mi juicio, puedo ver que eres una gran persona – Mencionó Gael, formándose una sonrisa sincera en su rostro al finalizar la frase.

– Al contrario, yo fui un idiota contigo y me arrepiento, creo que quien debe disculparse soy yo – Dijo David correspondiendo con una sonrisa también.

Nuestro Amor Invencible (Gael × David)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora