Marena llegó a la vecindad donde vivía doña Clara, la madre de David. Un lugar humilde y modesto, lleno de gente sencilla y trabajadora. Marena se sentía nerviosa y ansiosa por hablar con doña Clara. Quería convencerla de que aceptara a su hijo de nuevo en su vida. Quería hacerle ver que David era una buena persona y que merecía ser feliz con Gael.
Marena se dirigió al departamento de doña Clara y tocó la puerta. Esperó unos segundos y escuchó unos pasos al otro lado. La puerta se abrió y apareció una mujer mayor, de cabello canoso y rostro arrugado. Era doña Clara.
Doña Clara miró a Marena con sorpresa y desconfianza. No esperaba verla ahí.
- Buen día, doña Clara. ¿Puedo hablar con usted? - Preguntó Marena con educación.
- ¿Qué haces aquí, Marena? ¿Qué quiere? - Respondió doña Clara con recelo.
- Vengo a hablarle de David. De su hijo. - Dijo Marena con amabilidad.
- No me hables de él, Marena. No me hables de ese ingrato, desvergonzado. Yo ya no tengo hijo. - Respondió doña Clara con rencor.
- Por favor. No le diga así a su hijo. Él no es nada de eso. Él es un buen hombre y también un buen hijo. Además, él la quiere mucho y necesita de su apoyo. - Explicó Marena con sinceridad.
- No me quieras venir a lavar la cabeza con eso Marena, si el fuera un buen hijo no me habría hecho esto. Que vergüenza que sepan que mi hijo es lo que es, David me humilló - Respondió doña Clara con desprecio.
- Sé lo que pasó, señora, y lo entiendo, debe ser difícil para usted aceptar que su hijo es como es, pero está siendo demasiado injusta con él. - Dijo Marena intentando ser paciente.
- ¿Injusta? No, Marena. Que mi hijo sea... eso, es una aberración. No sé qué habré hecho yo para recibir este castigo. - Respondió doña Clara con negación.
- Es la verdad, señora. Y usted tiene que aceptarla. - Dijo Marena con determinación.
- No acepto nada, Marena. No acepto, esa aberración, esa enfermedad. - Respondió doña Clara con ira.
- No es ninguna aberración o una enfermedad, señora. Es solamente una forma de amar. - Dijo Marena con convicción.
- No me hables así, Marena. No me faltes al respeto ni a la moral con tus ideas esas, que lo único que quieren es destruir a la familia tradicional con sus perversiones, yo ya leí en las redes sociales sobre eso y estoy bien informada - Dijo doña Clara con autoridad.
- No le falto al respeto ni a la moral, señora. Solo le digo la verdad y le pido comprensión. - Dijo Marena con humildad.
- No hay nada que comprender ni que aceptar, Marena. - Interrumpió doña Clara con soberbia.
- Sí lo hay, señora. - Dijo Marena con convicción.
- ¿Cómo puedes decir eso, Marena? ¿Cómo puedes defender lo indefendible? ¿Cómo puedes apoyar lo inaceptable? - Dijo doña Clara con incredulidad.
- Lo digo porque es la verdad, señora. Lo defiendo y lo apoyo porque es su derecho, porque es su felicidad. - Respondió Marena con sinceridad - Porque su hijo tiene una bonita relación con Gael, señora. Lo defiendo por el amor que se tienen el uno al otro. Y por la felicidad que comparten juntos.
- ¿Del amor que se tienen? El amor solo puede ser entre un hombre y una mujer, todo lo demás es antinatural. - Respondió doña Clara con seguridad.
- Creo que usted no lo puede entender. Por eso no acepta a su hijo como es ni acepta su orientación sexual. - Dijo Marena con firmeza.
- No me hables de eso, Marena. No me hable de esa perversión, de ese pecado. - Respondió doña Clara con ira.
- Por favor considérelo, aún tiene la oportunidad de cambiar las cosas y de reconciliarse con su hijo.- Dijo Marena con esperanza.
- No quiero cambiar nada, Marena. No quiero reconciliarme con nadie. No quiero saber nada de ellos. No quiero verlos nunca más. - Respondió doña Clara con determinación.
- No diga eso, señora. No se cierre al amor, señora. No se aleje de su hijo. - Dijo Marena con súplica.
- Ya basta, Marena. Ya basta de tus palabras y tus mentiras. Ya vete de aquí y no vuelvas más. - Respondió doña Clara con enojo.
Doña Clara empujó a Marena y la sacó de su departamento. Le cerró la puerta en la cara y le gritó desde adentro que se marchara.
Marena se quedó afuera del departamento, sintiéndose triste y frustrada. No había podido hablar con doña Clara ni convencerla de nada. No había podido acercarla a su hijo ni hacerle comprender su relación con Gael. No había podido hacer nada por ellos.
Mientras tanto, Gael se había quedado impaciente después de recibir la llamada de Marena, comentándole lo que había sucedido con Paloma en el centro de rehabilitación, y sobre sus sospechas. Una intranquilidad lo abrumaba, se sentía preocupado por David.
Necesitaba saber más sobre Paloma. Quería saber quién era realmente y qué intenciones tenía. Quería descartar cualquier posibilidad.
Así que decidió ponerse manos a la obra y conseguir un detective que realizara una investigación sobre Paloma. Gael recordó que tenía un amigo que se dedicaba a la investigación privada. Luis, un hombre serio y profesional.
Gael llamó a Luis y le pidió que se reunieran de urgencia. Ahí le explicó la situación y le pidió que investigara todo lo posible sobre Paloma. Le pidió que averiguara su nombre completo, su edad, su dirección, su teléfono, su correo electrónico, su historial laboral, su historial académico, su historial médico, su historial criminal, sus redes sociales, sus contactos, y cualquier otra cosa que pudiese ser relevante para conocer más sobre su persona.
Luis aceptó el encargo y le dijo que se pondría en contacto con él cuando tuviera alguna información. Le dijo que no se preocupara, que él se encargaría de todo.
Gael le agradeció y le dijo que esperaba la actualización con los resultados sobre su investigación. De esa forma, Gael se sintió más tranquilo. Sabía que Luis era un buen detective y que haría un buen trabajo. Estaba seguro de que Luis encontraría algo sobre Paloma y que se lo diría.
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Nuestro Amor Invencible (Gael × David)
FanficGael Torrenegro y David Alejo, descubren que más allá de la rivalidad por el amor de Leona Bravo, todo este tiempo en realidad estaban buscando la atención uno del otro. [Historia en construcción, espera nuevos capítulos]