15.

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David salió de su lugar de trabajo después de atender a algunos pacientes. Estaba cansado y deprimido. No podía dejar de pensar en lo que había pasado con su madre. Que lo hubiera rechazado y humillado de esa forma. Que no lo quisiera por ser como era.

Caminó hacia la recepción con la intención de despejar su mente. Pero al llegar, se encontró con una sorpresa. Marena estaba sentada en una de las sillas, esperándolo.

David se sorprendió al verla. No esperaba que ella viniera a visitarlo. Se preguntó qué querría. Así que se acercó a Marena y la saludó con cortesía.

- Hola, Marena. ¿Qué haces aquí? - Preguntó David.

- Hola, David. Vine a verte. Quería hablar contigo. - Respondió Marena.

- ¿Conmigo? ¿De qué quieres hablar?

- De varias cosas, David. Pero primero, quiero decirte que lo siento mucho por lo que pasó con tu madre. Me pareció muy injusto y cruel lo que te hizo.

- Gracias, Marena. Te agradezco tu solidaridad. La verdad es que fue muy duro para mí, nunca pensé que mi madre me tratara así. Que me echara de su casa y me dijera que era una vergüenza para ella. - Dijo David con tristeza.

- No pienses en eso, David. Tú no eres una vergüenza para nadie. Tú eres una persona maravillosa, inteligente, generosa y valiente. Y mereces ser feliz y amado como eres. - Respondió Marena con sinceridad.

- Gracias, Marena. Eres muy amable. Pero no sé si podré estar bien con lo que ha sucedido con mi madre. Ella es un pilar muy importante en mi vida. - Dijo David con angustia.

- Tú tienes más familia que te quiere y te apoya. Tienes a tus amigos, a tus compañeros de trabajo, a tus pacientes... Y tienes a Gael. - Dijo Marena con firmeza.

- A Gael... - Repitió David con nostalgia.

- Sí, a Gael. Él te quiere mucho, David. Y yo también lo quiero mucho a él. Él es el padre de mis hijos y mi amigo del alma. Y por eso quiero que sean felices juntos. - Respondió Marena con cariño.

- ¿De verdad? ¿No te molesta que estemos juntos? - Preguntó David con incredulidad.

- No, David. No me molesta en absoluto. Al contrario, me alegra mucho que hayan encontrado el amor el uno en el otro. Yo sé lo que es amar y perder a alguien. Lo que es sufrir y llorar por quien ya no está contigo. Por eso quiero que ustedes vivan con amor y con esperanza. Que se amen y se respeten como son. - Dijo Marena con emoción.

- Gracias, Marena. No sabes cuánto significa para mí lo que me dices. - Respondió David conmovido.

- De nada, David. - Dijo Marena sonriendo. - Pero hay algo más que quiero decirte. - Añadió cambiando el tono de voz. - Hay algo que me preocupa y que creo que deberías saber. - Dijo Marena mirando alrededor.

- ¿Qué cosa?- Preguntó David intrigado.

- Se trata de Paloma.- Dijo Marena en voz baja.

- ¿Paloma? ¿Qué pasa con ella?- Preguntó David sin entender.

- Pasa que no me fío de ella. - Dijo Marena frunciendo el ceño. - Mi intuición me dice que algo no anda bien con ella. - Dijo Marena con seriedad.

- ¿Por qué dices eso? ¿Qué te hace sospechar? - Preguntó David sorprendido.

- Es una corazonada, David. Una intuición. Cuando la vi hoy en la recepción, sentí algo raro en su mirada, en su voz, en su actitud. - Dijo Marena con inquietud.

- ¿Algo raro? ¿Cómo qué? - Preguntó David intrigado.

- No sé cómo explicarlo, David. Fue como si me conociera de antes.

David se quedó pensativo al escuchar lo que Marena le decía. No sabía qué pensar sobre Paloma. Él la había conocido hace poco, cuando ella entró a trabajar al centro de rehabilitación. Se había mostrado muy amable y comprensiva con él, y le había ofrecido su ayuda y su apoyo. Le había dado consejos y le había escuchado cuando él le contaba sus problemas. Le había hecho sentir que tenía una amiga en quien confiar.

Pero también le había hecho dudar de Gael. Había intentado convencerlo de que terminar con él sería la mejor opción para acercarse de nuevo a su madre.

- David, hay algo más que quiero hacer por ti y por Gael. Intentaré hablar con tu madre, doña Clara, y convencerla de que reconsidere las cosas, que te acepte como eres y acepte tu relación con Gael. Quiero recordarle que eres su hijo y que debe respetarte y aceptarte. Quiero hacerle ver que Gael es un buen hombre y que te hace feliz. Porque el amor es lo más importante en la vida y no debe ser juzgado ni rechazarlo por su forma o su género. - Dijo Marena con una sonrisa.

- ¿De verdad harías eso por mí? ¿De verdad quieres hablar con mi madre? ¿Crees que podrás lograr algo con ella? - Preguntó David sorprendido.

- Sí, David. Quiero hacerlo. Hablaré con tu madre, confío en que podré lograr algo con ella. Porque yo también soy madre. Y sé lo que se siente querer a un hijo más que a nada en el mundo. Y sé lo que se siente equivocarse y arrepentirse por haberlo lastimado o alejado de uno. - Dijo Marena con emoción.

- No sé qué decirte, Marena. No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí y por Gael. Eres una persona increíble y una gran amiga. - Dijo David admirado.

- No tienes que agradecerme nada, David. Solo tienes que ser feliz... Ser feliz con Gael. - Respondió Marena sonriendo.

Marena le dio un beso de despedida en la mejilla a David y le deseó lo mejor, David le respondió el beso y le dio las gracias de nuevo.

Entonces Marena salió fue del centro de rehabilitación con la intención de ir a buscar a doña Clara y hablar con ella.

Nuestro Amor Invencible (Gael × David)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora