Episodio 24

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Hanbin seguía sentándose al lado de Hao.

No entiendo, no entiendo.

¿Qué es lo que quería?
¿Qué más quería?
¿Que lo insultara?
¿Que lo humille?
¿Que le siga dando millones de razones más de porqué le cae mal?

Te odio, Sung Hanbin, deja de actuar así, deja de jugar conmigo.

Zhang Hao se rindió, ya no le iba a importar si Hanbin se juntaba con él o no, así vaya a donde vaya no le iba a importar, sólo iba a fingir que no existe. Fácil.

◇◇◇

—Hanbin, me puedes ayudar con algunos pasos, es que no me salen —la chica se había acercado a él con puchero en el rostro

—¿Yo? —respondió Hanbin. Hao levantó la mirada ojeando lentamente aquella escena, notó como el castaño dudó en responder —Eh... claro —sonrió levantándose del suelo

El pelirojo los observó caminar hacia el otro extremo del salón cruzando entre otros chicos que también estaban bailando.

Si antes la sonrisa de Hanbin era falsa, ahora era mucho más.

Zhang Hao había prometido no pensar en él, ni mirarlo, pero era inevitable teniendo en cuenta que este no se despegó de él a pesar de técnicamente haberle dicho que lo odia.

Algo de lo que se había dado cuenta Hao era que Hanbin dudaba en responder a las peticiones, antes decía que sí sin problema, pero ahora dudaba, como si quisiera decir que no pero al final lograba hacerlo.

—Zhang Hao, ¿verdad? —una chica se acercó a él aprovechando que no había nadie a su alrededor. Este asintió —¿le podrías dar esta carta a Hanbin? —le mostró aquella hoja doblada

—¿No se la puedes dar tú? —respondió sin recibir el papel

—Ah... es que... está ocupado y no quiero interrumpirlo, tampoco quiero que sepa que fui yo quien le escribió ya que no está firmada. Quiero ser su admiradora secreta —respondió tímidamente

—Hanbin y yo no somos amigos, parece que te has equivocado

—¿No lo son?, parecía que sí... —antes de terminar de hablar Hao ya se había ido de la sala

No era la primera vez que se le acercaban chicas o chicos a utilizarlo de mediador para comunicarle cosas a Hanbin, obvio él se negaba a todas las peticiones, si querían hablar con Hanbin, pues que vayan con él y ya, no tenían porqué acercarse a él a pedirle cosas como si fueran amigos.

◇◇◇

Una noche, Hao se quedó practicando y perfeccionando su baile, había mejorado en varios aspectos pero la profesora Lee le había dado unos consejos a seguir y él quería cumplirlos todos.

—¿Quieres? —dejó de bailar y giró al lado de donde provenía la voz, era Hanbin con un café salido de la máquina expendedora en la mano extendido hacia Hao

El pelirojo miró el café, en serio quería probar aquel café de una vez por todas, pero se lo estaba dando Hanbin y su orgullo era más fuerte que cualquier bebida, así que tomó sus cosas dispuesto a huir del lugar.

—No, ya me tengo que ir —respondió colocándose su mochila a la espalda

—Te acompaño —dijo haciendo que Zhang Hao se quedara inmóvil ante esas palabras —, ya son más de las 11, es peligroso que camines por ahí solo, hay muchas personas malas afuera

—Puedo cuidarme solo —se dio la vuelta saliendo de la sala

El castaño tampoco lo siguió, aunque en el fondo, Hao esperaba que lo hiciera, incluso cuando se subió al ascensor esperaba que Hanbin aparezca corriendo a evitar que se cierre la puerta y entrara con él insistiendo que lo iba a acompañar si o si, así como en las películas o series.

Pero no pasó.

Mientras se dirigía a su casa sentía como todo se oscurecía más aunque estuvieran algunas luces prendidas, quizás era su percepción, ya que cuando se regresaba con Kuanjui no sentía eso, tal vez era porque estaba acompañado, pero esta vez el peliblanco no pudo venir porque se enfermó.

—¿A donde tan solito? —una voz irreconocible salió a interrumpir los pensamientos de Zhang Hao —¿quieres que te acompañe, bonito?

El pelirojo se asustó, en la calle no había nadie más que él y al parecer aquel sujeto que se acercó. Aceleró su paso para poder salir rápido de aquel lugar pero el contrario también lo hizo logrando alcanzarlo.

—Su-suéltame —dijo Hao con una voz que denotaba terror y miedo. La mano de aquel hombre era muy fuerte, no podía librarse de su agarre por más que lo intente —suéltame, por favor —rogó

—Tan lindo y tan solito —un fuerte olor a alcohol invadió las fosas nasales del pelirojo mientras trataba de forcejear su brazo para poder soltarse de él.

El pelirojo sintió ganas de llorar, nunca antes le había pasado algo así, no sabía que iba a hacer si este lograba el objetivo que quería. Su agarre se volvió más fuerte y sintió como este comenzaba a jalarlo de sus brazos para llevarlo a otro lugar. Zhang Hao le pedía que se detenga casi gritando, pero aún así nadie salió a ver que pasaba, como si no hubiera nadie viviendo en aquella calle.

Hao creyó que aquel tipo le iba a hacer cosas horribles y después lo mataría para desaparecer la evidencia. El pánico y la desesperación lo invadió, ya no sabía que hacer, pensó que sería su fin.

—¡Déjalo en paz!

Hanbin...

[🌼]

Kindness ▪︎ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora