Episodio 34

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Hanbin y Hao hicieron su gran presentación, todos la amaron, la profesora se alegró por ellos, sus movimientos tan pulidos, llevando la sensualidad al otro extremo, fue exquisito de ver.

La coreografía fue espléndida, la manera en como representaban el deseo y la necesidad de tenerse el uno al otro, y como llegaban al clímax de la canción haciendo que ambos cuerpos se unan y bailen al son como uno solo.

Totalmente perfecto.

Evidentemente ganaron. Todos dieron su voto para ellos. Muchos de la academia conocieron a Zhang Hao dándose cuenta del gran bailarín que es y de lo bien que se veía junto a Hanbin.

La fama de ambos se dispersó por toda la academia, ahora el pelirojo era saludado en los pasillos por gente que no conocía, él amablemente les devolvía el saludo pero no se acostumbraba a que tanta gente le prestara atención.

—¿Incómodo? —se acercó Hanbin con un café en la mano entregándole a Hao

—No es eso, es sólo que aún se me hace raro que todos hablen de mí

—Pensé que en China eras muy popular

—¿Yo? —lo miró viendo como este asentía —bueno pero es diferente, ahí sólo ganaba y ya, era competencia todo, no te admiraban por eso, más bien te tenían envidia

—¿Por eso viniste aquí?

—Está academia recibía buenos comentarios a diarios, yo leí unos tres y me inscribí, no pensé que me aceptarían, apenas recibí la llamada me mudé de país

—La mejor decisión que pudiste tomar

—Exactamente —sonrió

—Zhang Hao —unas dos chicas se acercaron —disculpa, podrías darnos tu número, ¿por favor? —el pelirojo observó el móvil en manos de una de ellas

—Lo siento, no puedo hacer eso —respondió con una expresión de lamento

—Oh, está bien, no te preocupes —las chicas sonrieron apenadas y se fueron

Zhang Hao le dio un sorbo a su café notando como Hanbin lo observaba fijamente, tenía su brazo alzado y con su puño cerrado apoyaba su mentón ladeando levemente su cabeza. El mayor sonrió ante esto pero el castaño parecía estar en transe sólo viéndolo.

—¿Quieres ir a mi casa?

Aquel comentario hizo que Zhang Hao casi se ahogue con el café, comenzó a toser sin parar, Hanbin se levantó preocupado, Hao trató de respirar un poco, sus mejillas estaban rojas.

—Tranquilo, trata de respirar —Hanbin le entregó un vaso de agua mientras le sobaba la espalda

—Gracias —tomó un sorbo dejando de toser poco a poco

—Podemos ver alguna película en mi casa, a eso me refería

—¿Película?

—O alguna serie, por eso te decía si quieres ir a mi casa

—Oh, eso, claro, claro que quiero —sonrió nervioso

Claro que era eso, ¿en qué estaba pensando?

◇◇◇

A eso de las 11 de la noche llegaron a casa del castaño, también quedaba cerca de la academia, por suerte. Zhang Hao entró dando una mirada rápida al lugar, estaba totalmente amueblado, muy minimalista.

—Vamos, Hao —llamó el castaño dirigiéndose por las escaleras, el pelirojo lo siguió yendo al segundo piso

—¿Vives solo? —preguntó curioso al ver el lugar, se veía muy grande como para que una persona viva sola

—Mi mamá vive en otra ciudad junto a mi abuela, viene se vez en cuando a visitarme —abrió la puerta de su habitación

—Wow, tu cuarto es igual de grande que toda mi casa —bromeó haciendo reír al castaño

—Échate —dijo señalando la cama mientras acomodaba el televisor hacia ellos

—Hasta tu cama es más grande que mi sala y comedor juntos —se acostó a un lado dejando espacio para el contrario

—Hay una película nueva que se estrenó, la quería ver contigo —con el control entró a su cuenta de Netflix colocando inmediatamente la película

Se dirigió hacia la cama acostándose al lado de Zhang Hao, la película comenzó, el pelirojo miraba atento pero Hanbin se encontraba un tanto inquieto, en cada momento decía algo y aprovechaba para moverse más cerca del mayor quedando sólo a centímetros de él, pero este no lo notó.

La película pasó volando, era el típico cliché de dos jóvenes que se odian mutuamente hasta que se terminan enamorando, nada fuera de lo común.

Durante los créditos de la película, Hao sintió una respiración cerca de su oreja, sintió cosquillas y se retorció hacia el castaño. Sus caras estaban totalmente cerca. La respiración de Zhang Hao se cortó ante esto, lo tomó desprevenido, no sabía como reaccionar.

—Te quiero mucho —dijo Hanbin por lo bajo. Hao lo observó unos segundos sin decir nada, las palabras habían desaparecido de su vocabulario —gracias por haberme ayudado y apoyado cuando más lo necesitaba...

Unos brazos rodeando su cintura hizo que el corazón del pelirojo se acelere, sintió mariposas de nuevo, las palabras de Hanbin sonaban tan sinceras, sentía que en cualquier momento iba a llorar.

Yo también te quiero, Hanbin.

[🌼]

Kindness ▪︎ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora