ꜱɪꜰʀɪɴᴏꜱノhyung line

𝟐𝟐. 𝐂𝐚𝐟𝐞 𝐲 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐧

Dos y media de la madrugada, Jake se durmió por fin con senda pea encima y abrazado a Jungwon. Javier lo acostó y se iba a ir a dormir cuando Jake empezó a llorar diciéndole que no lo dejara solo.

Javi no tuvo corazón pa' dejarlo.

Sus panas se aseguraron que los dos estuviesen en el quinto sueño antes de pirar a sus cuartos a echar su sueñito.

Menos Andrea que no pudo con el dolor de cabeza que le provocó esa bomba nuclear.

Así que ahora taba en la cocina haciendo café pa' tomarse las 182736822 pastillas que tenía en la mano con eso.

—Apúrate vale, ¿por qué te tardas tanto en hacer café?

Peleando con la máquina, no te digo yo. El chavismo te daña la mente.

Por fin estuvo ese líquido negro y rico pero que te puede matar tipo la Coca Cola, se sirvió en una taza chévere y se sentó en unos de los banquitos de la isla para tomarse su vaina y relajarse un ratico antes de ir a dormir.

Captó un movimiento extraño en la entrada a la cocina y se recontra cagó hasta que vio que era un Sunghoon medio muerto por haber tomado anís siendo sifrino.

—Te iba a preguntar cómo te sentías pero tu cara me lo dice todo.

Se rió y Sunghoon gruñó sentándose a su lado. —Me duele demasiado la cabeza y no puedo dormir, más nunca bebo eso.

Andrea se paró, le sirvió un tobo de café negro pero sin azúcar al catire y buscó más pastillas. —Bastante que te dije que no te tomaras eso y mira, aquí estáis a punto de morirte. —le dejó las cosas en frente y se sentó de nuevo. —Los sifrinos no están hechos para el anís con yogurt.

—¿Y por qué ustedes si lo aguantan? —preguntó poniendo la cara como un culo al probar el café.

—Nosotras ya somos de la calle, sifrinas malandrizadas. Además, fue Luciana que empezó a tomar eso, ella es la que nos enseñó. —le acarició su peluca catira y suavecita cuando se terminó de tomar las pastillas. —Por eso es que ustedes tienen que mantenerse alejados del anís con yogurt.

Suspiró relajado sintiendo el cariñito en su coco. —No me lo tienes que decir dos veces nojoda, maldito anís. —se terminó de tomar el café y echó la taza pa' allá porque esa verga sin azúcar lo tenía a punto de vomitar. —¿Tú cómo estás?

—Bella como siempre. —le sonrió quitando su mano para seguir tomándose su vaina. —Me duele la cabeza y ya, no estoy como vos qué hay que ir preparándote la tumba.

Ángel lloriqueó. —Me siento mal, Andre.

—Tranquilo, Angelito, que con el poco de cosas que te di, se te pasa rápido. Recuéstate aquí y relájate. —lo acomodó como al propio coñito en posición de descanso.

Con una mano le acariciaba el pelo y con la otra se tomaba su cafecito dulcito, Sunghoon le hizo caso y trató de relajarse ignorando los tambores que sonaban en su cabeza, ese dolor lo cargaba loco. Desde ahí recostao' podía ver la cara preciosa que se carga Andrea sin peo, se quedó viendo con una sonrisa pequeña en su cara como la chamita murmuraba una canción por lo bajo, bebiéndose a la par su cosa sin verse afectada en lo más mínimo por haberse tomado 1837823783 aníses con yogures, se preguntó si de pana ya estaba malandrizada o lo sabía ocultar bien.

Sonrió más viéndole los lunares cerca de su ojo y otros más chiquitos todavía regados por su cachete, las pestañitas batiéndose como un abanico cuando parpadeaba y ese brillo cuchi que le quedó después de la pepa de sol que agarró cuando estaban en la playa. Andrea siempre le pareció preciosa pero detallándola... lo tiene sonriendo burda.