29. El amor es una magia dijo Tito

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(  favor de ir a la playlist "sifrinos" para que pongan moscow mule y luna de feid mientras leen esto, queda perfecto y así lloran un poquito 😁  )

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Eso fue el verguero de la vida ayer.

Andrea y Ángel de verga y no se van pa'l cuarto pero Jay los paró porque les dijo que no estaban en condiciones de escuchar sus guebonadas.

Tampoco es como que querían pues, seguían traumados por Heeseung y Daniela.

Después del sendo bochinche, se fueron a acostar como a las cuatro y media después de que Jay pusiera llaneras en la corneta, mamao de Andrea y su malandreo y para mandar a la gente a dormir, no los podía botar de la casa porque coño.

Al día siguiente Victoria se paró medio mal y medio bien, ese punto en el que necesitas es un café, una pastilla y echar un camarón para estar ready.

Y eso mismo fue a hacer, a prepararse su cafecito divino para después tomarse una pastilla e irse a invadirle el cuarto a Daniela porque quería dormir con su amigui.

Andrea arrastró los pies con ladilla hasta la cocina, peinándose con los dedos el nido que era su pelo, se fastidió cuando no se desenredó nada y se dejó esa verga así pa después empezar a hacerse su café con una caliweba del quinto diablo. Arriba, en el segundo piso, salía del baño un Sunghoon Ángel con los ojos cerrados y en la cabeza una tocadera de tambores venezolanos arrecha, le dolía que jode y el dolor no lo dejaba ser.

Empezó a bajar las escaleras como pudo hasta que le llegó el olorcito a café divino y ahí si bajó con Dios en el corazón. Sonrío demasiado marico cuando vio a Andreita montarse en el mesón para agarrar una taza, cuando se bajó él se acercó con intenciones de abrazarla por detrás pero el catire no la tocó bien cuando Andrea ya estaba pegando el grito de la vida, botando el café en el mesón y en la camisa de Sunghoon.

Café caliente cabe resaltar.

Café caliente en el pecho y abdomen.

—¡Hoonie perdón, perdón! —Andrea se apuró en sacarle la camisa para pasarle el trapo de la cocina por el abdomen. Sunghoon se estaba mordiendo esa lengua pa no pegar un grito de la senda quemada que se echó.

Andreita voló y fue a sacar la jarra de agua de la nevera y así a lo loco se la echó a Sunghoon.

Pero tú me dirás, café caliente recién hecho y que después te tiren agua casi que con hielo encima pues...

Ángel apretó esa jeta con fuerza, si gritaba se iba a escuchar hasta en Maracaibo.

Victoria le vio la cara de sufrimiento a Sunghoon y se dio cuenta de la mega cagada que se había tirado. Se fue corriendo al baño, agarró una toalla y envolvió al catire como a un tequeño en ella, mirándolo con una cara de pena increíble.

—Hoonie, de verdad perdón. —se mordió el labio con demasiada pena, evitando mirarlo a los ojos.

El catire, ya un pelito más calmado pero con ese dolorcito ahí pegado, suspiró. —Tranquila, Andre, fue mi culpa por asustarte, discúlpame tú a mí, tú más bien me salvaste de morirme. No me dejas morir porque tú misma me matas. —la ratica con pelo pintao se rió sabroso viéndole los cacheticos a la morena rojo rojitos. —Tranquila que todo bien, ya estoy bien.

—¿Seguro? ¿No te arde ni nada? —él negó sonriéndole. —¿Seguro? No, ya va, no me respondas, quítate eso para revisarte. —Victoria le quitó la toalla y la dejó en la isla, después pasó a mirarle el pecho y el abdomen a Hoon, buscando una quemada o algo pero nada más tenía esa vaina roja y ya, nada grave.

ꜱɪꜰʀɪɴᴏꜱノhyung lineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora