HAEGEUM {YOONMIN}

02

El oficial Park se encontraba en su escritorio revisando todas las fotografías de los cuerpos, trataba de encontrar algo sobré ese tatuaje, pero entré más buscaba menos encontraba, pero para él la palabra "Rendirse" no estaba en su diccionario. De pronto una imagen del Jefe Min pasa por su cabeza, ese cabello largó ondulado, esa piel palida, una vestimenta muy diferente a la de su trabajó, sin esa cicatriz en su rostro, pero lo más sorprendente es que en esa imagen besaba sus labios, esos finos labios, como sus cuerpos estaban tan juntos como lo estaban sus labios, sus lenguas.

-Agita su cabeza repetidas veces- Aish... ¡Enserio debo dejar de soñar este tipo de cosas!

Ha pasado una semana desdé que no volvió a beber como esa noche, no lo recordaba, pero el resumen que su amigo le dio de lo que hizo al estar pasado de copas, fue suficiente para prometerse a si mismo de no volver a hacer estupideces como las que hizo estando ebrio por un enamoramiento hacía Min Yoongi quién seguía teniendo visitas frecuentes de esa mujer que después de unas 2 horas sale de la oficina de su jefe con una enorme sonrisa, cuánto deseaba borrarle esa sonrisa de su rostro.

Observa con atención la fotografía dónde veía una pared pintada con las letras A.G.D, esas letras de las que pensaba en si era el nombre de alguien, un grupo de pandillas o sólo letras que detrás de ellas podría estar algún mensaje ocultó, no lo sabía, no tenía ni la más mínima idea de como resolverlo, de tanto pensar le provocaba un enorme dolor de cabeza por no poder darle un avance a ese hombre que se encontraba en su oficina con una furia hasta las orejas.

Suspira derrotado dejando las fotos aún lado, echa su cabeza hacía atrás pasando sus manos por su rostro, después de un largo rato se endereza sobre saltándose asustado al encontrarse con la fría mirada de su jefe, nervioso traga saliva y le sonríe, el pelinegro alza una ceja para luego hacerle señas de que saliera afuera con él, señas que Taehyung también recibio.

-Iremos al hospital -Se voltea y le tira unas llaves al oficial Kim- El hombre ya despertó.

-¿Enserio? -Hablaron al unísono ambos oficiales con sumo asombró y felicidad.

-El pelinegro asiente con su cabeza- Vereficaremos si sabe algo sobre lo acontecido en ese lugar.

-¡Si, Señor!

Los tres suben al auto directo al hospital para interrogar a alguien quién podría ayudarlos en su investigación, enserio que rogaban de que ese hombre recordará y los ayudará en encontrar al culpable de todos los desastres que pasaron, pasan y que posiblemente sigan pasando.

{...}

-Anciano, me estás empezando a aburrir, ¿Sabes?

-Dejame...Irme con mi familia -Habla con dificultad.

Su cuerpo estaba adolorido por llevar una semana guindado del techo, por golpes que le brindaba Agust D o uno de sus hombres, sea con sus propias manos o un bate que ya se encontraba bañado de sangré, tenía un ojo morado, una mejilla hinchada, su labio inferior rotó, dificultad al respirar, ese hombre se sentía tan muerto que ya quería morir junto con su familia.

-ríe con diversión- Ni aunque mueras lograrás estar con ellos, idiota.

-¿Qué?

-Ellas irían al cielo -Se da la vuelta sonriendole al hombre quién lo fulminaba con la mirada, el pelinegro vuelve a reír al adivinar los pensamientos de esté- Jamás podrás ganarme, tampoco borrarme está sonrisa si es lo que piensas. Iras directo al infierno, dónde perteneces.