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-Si pasa algo me llamas y te voy a buscar- me dice Dani por teléfono.

-Bueno- es lo único que le respondo sonriendo.

-Acordate de mandarme cuando llegues y contarme todo después- me río al escucharla y vuelvo a decirle que sí.

Estaba tan nerviosa que no podía concentrarme tanto en lo que me decía por llamada así que terminé colgándole después de un rato. Estuvo todo el día ayudándome a elegir un outfit y a arreglarme para hoy. Ella estaba muy ansiosa y yo no podía más de los nervios.

Miro mi teléfono unas cincuenta veces para revisar la hora,los mensajes y más cosas para distraerme mientras llegaba a la casa. A la casa en donde estaba la persona con la que más necesito estar en este momento.

Marcos me estaba esperando ahí.

Hoy por fin íbamos a poder hablar de todo,de cada cosa que nos moríamos por saber del otro,de nosotros y de muchas cosas que dentro de la casa no pudimos hablar.

Ya estabamos cerca así que no tardamos mucho en llegar. Me bajo del auto y miro la casa. Estaba un poco lejos de capital para que estemos más en privado de las cámaras que nos seguían siempre según me dijo al mandarme la dirección.

Una vez que el auto se va me acerco a la puerta y después de meditar unos segundos sobre lo que estaba por pasar toco el timbre. No tardó mucho en abrirme.

-Hola- me dice sonriendo apenas me ve.

-Hola- digo embobada por esa sonrisa.

Me deja pasar y una vez que cierra la puerta me da la vuelta para darme un beso. Me sorprendí al principio, pero después le seguí el beso gustosa. Me agarraba de la cintura tan fuerte que me iba a ser imposible separarme.

-Buenas noches- le digo burlona entre besos.

-Te extrañé- dice todavía atacando mi boca.

Yo sólo sonrío entre besos hasta que nos falta el aire y nos separamos para poder respirar. Me mira de una forma que no podía explicar. Me trataba de decir tantas cosas que todavía no podía entender, así que sólo le sonreí y me alejé para ver la casa.

Todo lo que necesitabamos hablar iba a salir en su momento. Sabía todo lo que me quería decir pero le dí tiempo para hacerlo.

-¿Te estás quedando acá?- pregunto mientras dejo mi cartera en el sofá.

-Sí- responde mirandome desde donde está.

-Un poco lejos- le digo soltando una risita.

-Lo pedí así por privacidad- dice empezandose a acercar.

-Uhh por privacidad- digo burlona y él sonríe de lado- Supongo que ser el ganador de Gran Hermano te hace una figura importante.

-Algo así digamo'- dice parandose enfrente mío.

Pone sus manos en mi cintura y sólo se queda mirandome. Le acomodo el pelo para poder verle bien la cara. Él vuelve a sonreírme y yo le sonrío como tonta. Siempre que estaba cerca no podía evitar sonreír.

-¿Qué vamos a hacer para cenar?- le pregunto girandome para ver lo que tenía en la cocina.

-Lo que vos quieras- dice siguiéndome.

Después de mirar los ingredientes que tenía nos decidimos a hacer unas pastas con salsa. Me sentí como cuando estabamos en la casa de Gran Hermano cocinando juntos, a diferencia de que esta vez podíamos hablar tranquilos sin preocuparnos por cámaras. 

Pudimos hablar tranquilos de muchas cosas mientras cocinabamos. Me divertí tanto y disfruté de cada segundo de la cena pero no pude evitar preguntarle lo que estaba en mi cabeza desde la última vez que lo ví que fueron hace dos días exactamente.

𝐌𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝖬𝖺𝗋𝖼𝗈𝗌 𝖦𝗂𝗇𝗈𝖼𝖼𝗁𝗂𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora