labios rojos como la rosa. pelo negro como el ébano. piel blanca como la nieve, la llaman Blanca Nieves
enoch o'connor x fem!oc
miss peregrine y los niños peculiares
𝗂𝗇𝗂𝖼𝗂𝖺𝖽𝖺: 𝟣𝟩 • 𝟢𝟨 • 𝟤𝟢𝟤𝟥
𝖿𝗂𝗇𝖺𝗅𝗂𝗓𝖺𝖽𝖺: 𝟣𝟨 • 𝟢𝟪 • 𝟤𝟢𝟤...
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JUNIO, 1942
Me senté en la arena de color melocotón pálido con las olas azules del océano rompiendo frente a mí. El brillante sol de la tarde se ponía a lo lejos y el cielo, antes azul celeste, era ahora una mezcla de colores a juego con el sol. Admiré la belleza que tenía ante mí mientras esperaba pacientemente sin zapatos y con los pies enterrados en la arena caliente. No había viento, sólo brisas tranquilas.
Enoch quería que me reuniera con él en la playa, diciendo que era importante. Estaba nerviosa y al mismo tiempo ansiosa por saber de qué quería hablarme Enoch. Me sudaban las palmas de las manos y me temblaban ligeramente. Para pasar el tiempo dibujaba en la arena con el dedo, lo que me calmaba los nervios y me daba alegría.
Cada dos minutos miraba a mi alrededor para ver si había alguna señal de Enoch. Pero de momento no había venido y cada minuto que pasaba me ponía más y más nerviosa. Justo cuando estaba a punto de levantarme y volver a la casa, oí una voz que me llamaba por mi nombre.
Fruncí el ceño y me giré hacia la fuente de la voz. Me giré a la derecha y vi a Enoch con el pelo oscuro ondulado peinado hacia un lado y las manos metidas en los pantalones. Mientras Enoch se acercaba a mí, no dejaba de mirarme y luego al suelo, como si intentara evitar el contacto visual.
Me incorporé en mi sitio con los zapatos aún en la arena. Empecé a quitarme el polvo de la arena del vestido y luego miré a Enoch con la mirada perdida. Enoch se paró frente a mí y no nos dirigimos la palabra. Nos quedamos en silencio mientras Enoch miraba al océano evitando mis ojos tristes.
—¿Por qué me pediste que viniera aquí Enoch?—Pregunté rompiendo el silencio haciendo que Enoch volviera su atención hacia mí lamiéndose los labios nerviosamente y luego cambiara su atención a la arena bajo sus pies.—Enoch, por favor, contéstame. Me has estado ignorando y yo también estoy confundida por qué—
—No me gustas—habló Enoch con su acento escocés haciendo que mi aliento se quedara atrapado en mi garganta ante sus palabras.
—¿Qué?—Exhalé mirando a Enoch mientras respiraba profundamente y me miraba directamente a los ojos.
—No me gustas Johanna—repitió Enoch haciéndome negar con la cabeza.
—No lo entiendo—
—El beso que nos dimos fue un error y no siento nada por ti—dijo Enoch sin emoción en su voz mientras me miraba fijamente con dureza haciéndome casi romper a llorar.
—Fue un impulso del momento, Johanna. No significa nada—miré a Enoch con los ojos ligeramente abiertos ante sus palabras y le miré sorprendida.
—¡Pues para mí sí que significa algo, ya que fue mi primer beso!—.exclamé cruzando los brazos sobre el pecho mientras las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos pero las aparté rápidamente.
