CAPITULO DIECINUEVE

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CAPÍTULO DIECISEIS
CITA Y BAILAR CON MUERTOS

CAPÍTULO DIECISEISCITA Y BAILAR CON MUERTOS

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FEBRERO 14, 1943

—La traerás de vuelta no más tarde de las 10:30 pm. Si la traes más tarde, tu cabeza estará en una vara con sangre, ¿entendido?—.Charlie habló con voz estricta y severa hacia Víctor, que estaba ante él.

—Creo que lo entiende, Charlie—dije a mitad de la escalera. Víctor me miró con sus brillantes ojos celestes llenos de asombro, admirando mi aspecto. Charlie se giró en su sitio con sus gafas circulares, mirándome con una suave sonrisa. La mirada de asombro de Víctor era diferente a la de Enoch, había más asombro y brillo en su mirada. La de Enoch era... diferente.

Tras un momento de silencio, Charlie se aclaró la garganta y se ajustó las gafas.—¡Alguien tiene que ser el adulto maduro en este tipo de situaciones, Johanna! Ese debo ser yo—.

Arrugué las cejas.—¿Quién dijo que ese papel te correspondería a ti?—.

—Yo lo hice—dijo Charlie en un tono serio con las manos a la espalda.

Víctor puso una mano en el hombro de Charlie para tranquilizarlo, haciendo que mi hermano pequeño levantara la vista hacia él.—No te preocupes Charlie, Johanna volverá antes de las diez y media. Me aseguraré de eso—

Charlie asintió con la cabeza en señal de aprobación.—Bien, ahora tengo algunas reglas que me gustaría establecer—

—Adelante, Charlie—hablé mientras bajaba el resto de las escaleras y me paraba junto a la alta figura de Víctor frente a Charlie. Víctor me sonrió suavemente y yo le devolví la sonrisa.

Llevaba un traje mucho más ajustado y similar al que usa normalmente, pero más elegante. Llevaba unos tirantes de color café oscuro con una camisa blanca de manga larga abotonada debajo y un par de pantalones de color café oscuro a juego. También llevaba una peonía sujeta al tirante izquierdo. Un abrigo oscuro le colgaba del antebrazo izquierdo. Tenía un aspecto muy apuesto y no podía apartar los ojos de él. Pero, por si acaso, para ahorrarme algo de vergüenza, le echaba un vistazo mientras Charlie hablaba. Sin embargo, para mi sorpresa, Víctor parecía tener el mismo problema que yo por lo que pude observar.

—No tocarse, abrazarse, mirarse fijamente a los ojos, tomarse de la mano, tocarse por encima o por debajo de la cintura, coquetear y, lo más importante, no besarse—,enumeró Charlie mientras contaba cada cosa con los dedos.

—Charlie...—empecé con un suspiro.

Charlie me cortó.—¡Basta de preguntas! Váyanse antes de que cambie de opinión sobre esta decisión—Charlie comenzó a empujarnos hacia la puerta con el movimiento de sus manos. Puede ser tan dramático y a la vez tan dulce.

Me agaché un poco para ponerme a la altura de Charlie y le alboroté un poco el pelo.—Te quiero, Charles—

—Yo también te quiero, Johanna— Charlie sonrió antes de darme un corto abrazo. —Diviértete pero no demasiado— me reí un poco ante sus palabras antes de zafarme del abrazo y agarrar la mano extendida de Víctor con la mía.

𝐒𝐍𝐎𝐖 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄 | ᵉⁿᵒᶜʰ ᵒ'ᶜᵒⁿⁿᵒʳ ✗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora