Gianna
Intenté lucir profesional y segura. Busqué un conjunto consistente en un pantalón de tela negro, blazer del mismo color, una blusa blanca ligeramente ajustada y zapatos de tacón color negro, todo acompañado de una coleta alta, aros de argolla y un reloj.
Me estaba atrasando un poco y opté por no desayunar. Emma ya se había ido, así que me ahorré su regaño.
Bajé al estacionamiento y conduje hasta la tienda.
Una vez allí, confirmé la hora en el celular y había llegado justo a tiempo. Sería terrible llegar atrasada, pues arruinaría la primera impresión. Me pasé las manos por el cabello y caminé hasta la oficina.
Toqué y Sergio me dejó entrar. Miré y el publicista estaba de pie frente a mí.
–Buenos días, soy Julián Burnett, el nuevo publicista de esta sucursal de la empresa. Mucho gusto –me tendió su mano derecha y la tomé–.
–Mucho gusto, sr. Burnett, soy Gianna Ellis, psicóloga publicitaria de la empresa –extendí mi mano y tomé la suya–.
Nuestras manos estuvieron juntas más de lo necesario y mi jefe nos interrumpió.
–Bueno, chicos, ahora que se presentaron, les informo que tendrán que terminar la campaña antes de fin de mes, aunque eso es dentro de 2 semanas, no creo que haya problema si el equipo está conformado por dos personas con su trayectoria. Los dejo, utilicen esta oficina para trabajar y, si les falta tiempo, reúnanse en casa. Adiós.
–Espere un momento. ¿No sería un equipo de 4 personas? –pregunté alarmada de tener que trabajar a solas con Julián–.
–Sobre eso, ya no será como lo habíamos acordado hace algunos meses. Revisé los currículums del señor Burnett y de usted, señorita Ellis, y son impresionantes, sus trayectorias impecables y... hubo una reducción de personal y de tiempo para realizar la campaña, por lo que reducimos gastos y solo trabajarán en esto ustedes. ¿Comprende? –Asentí–. Bien. Adiós. Linda tarde.
Nos despedimos de Sergio y lo miré con una ceja arqueada.
–¿Por qué tú de todos los publicistas?
–¿Por qué tú de todas las psicólogas? Creí que eras psicóloga clínica. ¿Cómo terminaste trabajando aquí?
–Las vueltas de la vida –puse los ojos en blanco–.
Julián
Algo me decía que hoy sería un día extraordinario. Así que tendré que trabajar 14 días junto a Gia... interesante. No la puedo odiar, aunque lo intente.
El primer día fue tenso. Ella no era capaz de mirarme a los ojos y yo hice de todo para molestarla: ella estaba tranquila viendo unas plantillas y yo pasaba a tocarle el cabello "sin querer"; ella intentaba salir, yo me cruzaba en su camino. Han pasado años desde que hice esto, justamente estas acciones hicieron que me odiara desde los 7 hasta los 14 años más o menos. Ya sé que dije que la evitaría, que seríamos dos desconocidos y esa onda, pero es imposible.
–¿Me dejas pasar? –Me miró con las cejas levantadas–.
–Guau, es la primera vez en todo el día que me dedicas una mísera mirada... –dije excesivamente sorprendido–.
–¿Quién quería que fuéramos dos desconocidos? Ahora te aguantas –auch, eso dolió–. No entiendo porqué te acercas a mí.
–Profesionalismo, amiga Gianna –me agaché un poco y quedé a su altura–.
–Me has estado jodiendo toda la mañana, Julián Burnett, eso no es profesionalismo. Mi paciencia está llegando a su límite.
–Uy, que miedito –sacudí las manos, me dio una mirada de advertencia y opté por callarme–.
Mientras que yo me había dedicado sólo a molestarla en estas horas, ella ya había avanzado en una lista de conceptos que podríamos usar, además de un análisis de los vestuarios color magenta y de los comentarios de mejora de los clientes.
–Sigues igual de aplicada que en la universidad.
–Y tú igual de bueno para perder el tiempo –respondió seria–.
–Uh, estamos bravas, ¿eh?
De repente la vi muy pálida y sus ojos parecían cansados.
–¿Comiste algo antes de venir? –Negó con la cabeza–.
–¿Y ahora dónde vas? ¡Tenemos que trabajar! –Gritó–.
Salí de la oficina sin decir nada y fui hasta el dunkin' donuts a comprar un café y unas donas de frutilla para que se alimentara. "Las grandes ideas llegan con el estómago lleno" coloqué en una nota adhesiva dentro de la bolsa.
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A pesar del tiempo
Teen FictionLuego de cinco dolorosos años, las miradas de Gianna Ellis y Julián Burnett se volvieron a encontrar y los sentimientos que creyeron sepultados, resurgieron con la misma intensidad de hace una década. Sin embargo, si la vida fuera tan sencilla no ha...