22. Serpiente.

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Febrero comenzó en un martes demasiado perezoso.

Es decir, tampoco se podía pedir demasiado cuando Erick se encontraba prácticamente desplomado en su cama, medio desnudo y recién duchado. No necesitaba el calor de las sábanas si tenía la cabeza así, apoyada en el estómago de Joel, quien se encontraba hablando por teléfono recostado en el cabecero de la cama.

Era el cumpleaños de Harry. Ellos habían estado hablando con él y con Louis por un largo tiempo, hasta que colgaron y Joel pareció recordar que tenía cosas que hacer ese día, por lo que comenzó a llamar a mucha más gente.

Sintió una mano de Joel tirándole el cabello hacia atrás, antes de pincharle la nariz. Erick se quejó y le agarró los dedos entre las manos, colocándolos sobre su mejilla. Se giró, dejando un beso en el estómago de Joel y acurrucándose en su cuerpo firme y seguro. Cerró los ojos al sentir que Joel le acariciaba la mejilla con el pulgar, sin desviarle la mirada.

—Bien, Niall, pues pide un nuevo cargamento de tinta y listo— dijo, suspirando a lo que fuera que le dijera el rubio al otro lado—. No, esta mañana no puedo ir. Pide el encargo y esta tarde me paso a firmar... Vale, pues luego hablamos. Adiós.

Joel colgó el teléfono con un jadeo angustiado y lo dejó relajado sobre la mesita de noche.

Erick hizo un ruido para llamar de nuevo su atención, sin abrir los ojos. Demasiado cómodo para eso.

—¿Niall?

—Sí. Que Zayn le había dicho que se estaba quedando sin tinta en su cabina.

—Cosas de ser el jefe. A pagar— se burló él, medio desconcentrado por las caricias que estaba recibiendo. Joel se contentó con murmurar un asentimiento y deslizar la yema del índice por el puente de la nariz ajena, llevando su tacto por todo el rostro de Erick—. Al principio pensaba que Louis y Harry te ayudaban con el estudio también.

Joel chasqueó la lengua, demasiado cómodo igual que él.

—No. Ellos me ayudan con los negocios de John, el estudio es mío.

—Lo sé— confirmó él, llevando la mano a la muñeca de Joel—. Me parece tierno que os conozcais de tantos años y que tú los hayas querido a tu lado una vez que pudiste elegir.

Sintió la mano que antes sostenía el teléfono ahora en su cabello, masajeando relajadamente su cuero cabelludo. Erick, realmente, podía dormirse sin inconveniente en ese segundo.

—Harry siempre fue muy inteligente. Daba asco cuando íbamos al colegio, además nunca nos dejaba copiarnos en los exámenes.

Erick dejó escapar una pequeña risa.

—Sabía que es muy listo, aunque desconocía que fuera superdotado o algo así...

—Oh, lo es— se apresuró a decir Joel—. ¿No ves cómo se comporta? El hijo de puta parece un maldito robot. Siempre está mirando todo, analizando a cualquiera y pensando en cualquier cosa... Tobby decía que la mente de Harry tenía tanto potencial que nos mantenía a todos cuerdos.

Él se quedó en silencio por algunos segundos. El tacto de Joel era demasiado suave como para no centrarse en eso y dejar la mente en blanco por ciertos instantes.

—Tobby era muy importante para ti, ¿cierto?

Joel murmuró un nuevo asentimiento. Lo escuchó y sintió respirar profundamente al segundo siguiente. Casi parecía que los recuerdos se apoderaban de su cuerpo al demandar más aliento del necesario.

—Sí... Su muerte fue un golpe duro...— comentó bajando el tono de voz, Erick realmente no quiso preguntar, por lo que se sorprendió al escuchar la voz de Joel lenta y confiada en su dirección—. Quiso dejar de trabajar para John, y nos sirvió a todos para darnos cuenta de que no podíamos salir de ahí...

Dragones De Tinta || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora