26. Ola.

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did you.... miss me?

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El miércoles, cuando volvía de trabajar, Erick se encontró ralentizando sus pasos al encontrar una furgoneta negra aparcada justo en la otra acera de su casa.

Llegó al apartamento y compartió la alegría que le brindó Pipo al verlo llegar. Dejó las llaves sobre el mueble y se inclinó para sostenerlo, sin evitar dejar un par de besos por su cabeza que desesperaron todavía más al animal, repleto de alegría.

—Hola, cariño. Hola, hola, hola... Yo también me alegro mucho de verte— le dijo, dejándolo en el suelo para quitarse la chaqueta—. ¿Dónde está Joel, mhh?

Pipo alzó ambas orejas y se giró entre saltitos para llegar a la cocina, mirando a Erick desde ahí.

Erick se quitó los zapatos y se encaminó descalzo hacia la cocina. Efectivamente, Joel se encontraba ahí, cortando en pedacitos pequeños una zanahoria. Erick alzó ambas cejas al verlo, medio sarcástico y medio sorprendido. Joel giró a mirarlo con el cuchillo en la mano y un delantal a cuadros verdes y blancos que Erick, honestamente, no recordaba haber comprado.

—Hola. Has vuelto pronto hoy.

—Hola— contestó, dejándose caer contra el marco de la puerta para mirarlo desde ahí—. ¿Estás haciendo la cena?

—Intentándolo. Ya sabes que la cocina y yo no... No.

Erick dejó escapar una pequeña risa, asintiendo para darle la razón.

—Deja que me cambie y te ayudo.

Se puso ropa más cómoda para ir por casa y a los pocos minutos ya estaba entrando de vuelta a la cocina. Joel seguía cortando la zanahoria, tan concentrado que tenía la punta de la lengua retenida entre los dientes.

Erick abrió el cajón para sacar otro delantal para él y se lo ató a la cintura al tiempo que se acercaba. Posiblemente, lo que más destacaba era el móvil que le habían dado a Joel apoyado sobre la cafetera, mostrando una receta de ensaladilla rusa que el buscador de internet había catalogado como de "sencilla y fácil de hacer". Él evitó reírse y, en su lugar, se inclinó para agarrar las dos patatas que Joel ya había seleccionado, dispuestas a pelarlas.

Carraspeó, llamando la atención de Joel.

—Quizá estoy... un poco paranoico pero bajo he visto... Es decir, había una furgoneta negra, justo en frente del edificio cuando he venido...

Joel detuvo sus movimientos en seco.

—¿Cómo era?

—P-Pues no me ha... No me ha dado mucho tiempo a mirar, la verdad, aunque emm... Negra y... brillante, no sé...

—¿Tenía matrícula?

Erick se quedó pensando. Definitivamente se acordaría de algo así si no hubiera tenido matrícula.

—Sí.

—Entonces es mío, no te preocupes.

Joel retomó sus movimientos sobre la zanahoria con calma, tan despacio como parecía hacerlo todo últimamente. Erick pestañeó sin moverse, admirando a Joel para buscar cualquier signo en su expresión que pudiera delatar lo que pasaba por su mente.

Es suyo... Trabaja para él, vale...

—¿Los coches de John no tienen... matrículas?

Joel negó con la cabeza sin mirarlo, sus labios se fruncieron.

Dragones De Tinta || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora