Capítulo 32

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Los rayos de sol atraviesan la persiana para colarse en la enorme habitación dónde dos personas duermen plácidamente tras una noche agotadora. Sus rostros se muestran serenos y alegres a pesar del cansancio.


Rick comienza a notar unos besos que bajan por su mentón, el tacto cálido de la chica le despierta, encontrándose con la mejor imagen que ha tenido en años.


- Buenos días.- éste se despereza dejando que Kate apoya la cabeza en su pecho desnudo.- ¿has dormido bien?


- Mejor que nunca.- los tiernos labios de ella continuan hasta llegar al ombligo.- ¡Vaya! ¡Veo que no eres el único que se alegra de verme!- Castle se sonroja al ver el enorme bulto tras la sábana.


- Eso algo muy normal en los hombres, aunque...a lo mejor sí que se alegra de ver a una mujer tan preciosa como tú.


- No vamos a desperdiciar esta gran oportunidad.- el tono de picardía divierte a Rick, el cual deja que Beckett se tumbe encima de él. Sus manos se dirigen a la espalda de ella, la acaricia con ternura.


Un sinfín de caricias y besos inundan la habitación, el amor que sienten el uno por el otro se muestra con cada gesto, en cada sonrisa; los dedos de él se entrelazan en la larga melena que baja hasta los hombros.


- Rick...ya sabes lo que necesito.- susurra Kate mientras se deshace de la fina tela, dejando ver el enorme pene del escritor. Éste no duda en poner a la chica sobre el colchón, rápidamente le abre las piernas. Sus rostros prácticamente se están tocando, ambos son uno en ese momento.


- ¿Preparada?- Una sonrisa por parte de ella es suficiente, Castle le penetra primero con suavidad para, después, acelerar el ritmo.


- ¡Oh Rick! - Los gemidos son los protagonistas, retumban por toda la casa. Todo va genial hasta que de repente escuchan el sonido de la puerta.


- ¡Mierda! ¡Son mi madre y Alexis!- ambos se hacen los dormidos al escuchar cómo los pasos suenan por las escaleras.


- Entonces, ¿hablarás tú con él, abuela? Me hubiese gustado decírselo yo.


- Tranquila cielo, ahora mismo están durmiendo, vete tú a saber lo que hicieron anoche.


Richard se estremece con esas palabras, su madre podría haberse contenido un poco ante Alexis, todavía es joven para esas cosas. Kate respira despacio, no entiende por qué está tan nerviosa, ¡Ah claro! Martha y Alexis podrían verles completamente desnudos.


- Creo que lo tengo todo, llamará a papá en cuanto llegue a la ciudad. Gracias por cubrirme abuela.


- Sabes que haría cualquier cosa por ti cariño, y ahora vete. Tienes cosas que hacer.


El sonido de la puerta les indica a la pareja que el peligro ya ha pasado, al menos Alexis no se encuentra en la casa.


Minutos más tarde...


Kate baja con una camisa de tirantes y unos shorts, intenta aparentar naturalidad al cruzarse con Martha en la cocina.

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