Abu Dhabi's last night - Max y Mick

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Dedicado a marcew98 ✨

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  La noche del Gran Premio de Abu Dhabi estaba siendo inundada de celebraciones y conmemoraciones de la temporada 2023.

   Max ya se había coronado campeón desde hacía algunas carreras atrás, pero aún faltaba definir el resto de los corredores y sobre todo, la impecable trayectoria del equipo austriaco aún seguía haciendo historia.

   El joven neerlandés se alejó un momento de la música y la gente para relajarse y tomar algo de aire. A pesar de todo, estaba cansado por la larga carrera y necesitaba recomponerse unos minutos. Además, la idea de distraerse con las vistas en aquel alto edificio no sonaba tan mal.

   Varias personas se lo cruzaron en su camino, con sonrisas en sus rostros y la voz en alto para felicitarlo por su increíble año y desempeño como corredor. Pero ninguna de esas personas logró hacerlo sonreír como Mick lo hizo. Cada vez que se cruzaban, intentaban hacerse de unos minutos para charlar.

— ¡Felicitaciones, Max! Vaya año has tenido. Ojalá haber podido competir contigo... debes sentirte en lo más alto, ¿verdad? El sentimiento de ser el mejor del mundo...

   No era un secreto entre ambos que el alemán lo tenía en una gran estima. Max era un corredor agresivo e implacable, tan solo limitado por lo que él mismo se proponía. Perspicaz en cuanto se subía a su coche y a su vez, muy mediático fuera de él a su manera. Lo admiraba con brillo en sus ojos cada vez que se veían.

— Sí, se siente increíble —responde sonriendo al ver los claros ojos de Mick viéndolo de esa forma—. Espero que tú y yo podamos correr juntos pronto.

— Tal vez tenga una sorpresa al respecto... pero ya sabes —dijo haciendo un gesto de no poder hablar.

   Los ojos de Max se abrieron al instante que lo escuchó decir eso, mientras sonreía de emoción moviéndose de lado a lado.

— ¿En serio? ¿Volverás a correr aquí con nosotros?

   Mick solo se encogió de hombros, riendo al dejarlo a Max en shock, emocionado por la noticia.

— El tiempo dirá —le contesta vacilando.

— ¿Quieres... sentarte un rato allí? —señala unos asientos sobre el balcón del salón de fiesta, desde el cual podía verse parte de la ciudad.

— ¿Y la fiesta?

— Estoy algo aturdido, hoy fue una larga jornada. Siéntate, traeré algo para que tomemos —le dice antes de caminar y desaparecer entre la gente.

   Las mejillas del más joven estaban algo ruborizadas. Le hubiera encantado haber pasado más tiempo del año junto al campeón, pero aquel momento parecía perfecto. Ambos eran grandes amigos, y siempre que podían compartir unos minutos juntos, se evidenciaba el gran sentimiento mutuo.

   Mick buscaba cualquier excusa para hacerse un pequeño rato con él, y a Max le encantaba su compañía.

— ¿Conseguiste algo? —bromea el alemán al ver que traía los brazos totalmente ocupados.

   Debajo de su brazo izquierdo traía una botella de champagne sin destapar mientras que en ambas manos sostenía las copas de cristal. Sirvió partes iguales de la bebida antes de sentarse junto a su amigo y levantar su copa en su dirección.

— Nuestra primera celebración con champagne juntos —vacila Max disfrutando de hacerlo reír—, ¿por un 2024 celebrando juntos?

— Me encanta tu optimismo —responde haciendo chocar sus copas en lo alto.

   Luego de tomar durante unos minutos, sintiendo el agradable silencio de la noche con la música de fondo escuchándose a lo lejos, decidió volver a hablar.

— Ya fuera del chiste, confío mucho en ti, Mick. Sea lo que sea que te espere el año que viene, cuentas conmigo para todo lo que necesites. Sabes que yo... que yo te aprecio... y mucho.

— Gracias... es muy lindo de tu parte Max —dijo en un tono de voz muy suave, dejando caer su cabeza sobre el hombro de quien se sentaba a su lado.

   Al notarlo, el neerlandés deslizó su brazo por detrás de sus hombros y acarició su cabello levemente. Su aroma le despertó un gran sentimiento en su pecho que lo obligó a suspirar profundamente, haciendo que Mick sonriese por su reacción.

— ¿Qué es lo que te causa gracia?

— Que siempre eres tan frío y serio, pero no puedes ocultar que por dentro eres adorable —se acurrucó en su pecho y cerró los ojos.

   Max gruñó, enfadándose de bromas con él, ocultando la sonrisa que quería formarse en sus labios. Estaba alagado por lo que le había dicho. A pesar de que no le gustase mostrarse así, con Mick todo era diferente.

— Tú también eres adorable.

   El tiempo se había detenido en un escenario donde solamente estaban ellos dos, a la par, deseando que nadie interrumpiera ese momento tan tranquilo.

   El joven alemán lo tomó desprevenido cuando tomó su mano entre la suya, rindiéndose totalmente ante lo que su corazón parecía indicarle.

— Lo siento... te quiero —se disculpó aun sin soltarlo.

— Joder —exclamó, ocultando su rostro ante la pena que sentía por lo absurdamente tierno del momento—. Ven aquí.

   Sin mediar más palabras, lo besó. Juntó sus labios en un tímido pero sólido beso que tomó por sorpresa al alemán, quien luego de unos pocos segundos, se rindió ante sus manos.

   Daba igual quien pudiera o no verlos en ese momento. Sabían que podían hacer lo que quisieran y sentirlo en su corazón, que nadie tendría el derecho de hacer nada al respecto.

   Al separarse, los brillantes y claros ojos de Mick parecían encandilar a Max, en cuyo rostro se podía evidenciar como aquel chico podía con él completamente y cómo le encantaba que lo mirase de aquella manera, totalmente hipnotizado.

— Me debes explicaciones —bromea el más joven antes de incorporarse nuevamente en su asiento.

— ¿Prefieres las explicaciones o dejarme besarte otra vez? —recrimina con una sonrisa de costado, viendo como él se acercaba.

— ¿Puedo? —pidió permiso, Max accedió.

   Con su mano lo tomó por la mejilla, acercándose lentamente pero sin poder despegar sus ojos de los bonitos labios del neerlandés. Ambos se dejaron llevar por el momento, sabiendo que sólo era cuestión de tiempo antes de que aquello ocurriera. El suave tacto de las manos de Mick sobre su cuello y sus mejillas lo volvía loco por completo.

   Cuando el aire hizo falta en sus pulmones, recién pudieron separarse, aún luchando por no dejar sus labios completamente. Inevitablemente sus miradas se cruzaron, haciéndolos reír al unísono por la pequeña cuota de vergüenza que sentían mutuamente por haberse dejado llevar de esa forma.

   Juntaron sus frentes, recuperando el aire poco a poco.

— Esa era la felicitación que esperaba de ti —dice Max entre risas.

— Me lo hubieras dicho antes, esperaba este momento desde hace mucho tiempo atrás.

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𝘳𝘢𝘤𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘤𝘵 ㅡㅡ f1 one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora