𝘳𝘢𝘤𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘤𝘵 ㅡㅡ f1 one shots

A kinky secret - Max y Checo

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— Creo que lo vamos a tener que llevar en camilla, dudo que deje de seguir tomando —Carlos miraba a Sergio a la distancia mientras hablaba con Lando y Charles a un costado.

— Espero que pasen cosas interesantes hoy —rió el hombre de McLaren pretendiendo registrar todo en su teléfono.

— Si necesita alguien que lo lleve de regreso, yo me encargo. Pero eso sí, si llega a querer vomitar lo bajamos, no sabes lo horrible que es limpiar eso —agrega el monegasco, haciendo un gesto de disgusto.

— ¿Quieres decir que no es la primera vez que te pasa?

— Es una historia muy larga, y mejor no recordarla...

— Este hombre sí sabe como festejar cuando gana carreras. De grande, quiero ser como él —bromeó Norris.

— Ha estado bajo mucha presión durante las últimas carreras, entiendo que quiera celebrar. Por cierto, ¿y Max? ¿No estaba contigo hace un rato? Checo también, acaba de desaparecer —cuestiona Carlos, buscando al susodicho con la mirada.

— Estaba. No sé a dónde fue, le avisé que estaría aquí contigo y con Charles.

   Sin mediar más palabra, se levantaron a buscarlo por mera curiosidad. Se hablaban los rumores de que estaba enamorado, y querían ir a molestarlo un rato.

   Charles se cruzó con una muchacha y se detuvo a hablarle, mientras le hacía señas a Carlos y a Lando para que siguieran sin él. Los dos se miraron levantando ambas cejas.

— ¡Ahí están! —al cabo de un rato, señala Lando en dirección a los dos pilotos de Red Bull quienes compartían unos tragos.

   Estaban hablando entre ellos, sin embargo se respiraba a la distancia algo que parecía indicar una charla muy personal.

   Sin embargo, se acercaron.

— ¿Compartiendo bebidas con tu archirival? —Carlos se sienta entre Max y Sergio. Lando hace lo mismo, pero más pegado al neerlandés.

— Algo así, ¿qué hay de ustedes? —responde el rubio.

— Estábamos echando el chisme mientras tomábamos cerveza abajo, Charles nos abandonó por una señorita y ahora estamos los dos solos.

— ¡Hey Max! —interrumpe el británico— ¿Cómo es eso de que andas con el ojo puesto en alguien? Cuéntanos sobre eso.

— Ni loco, ya tengo suficiente con la prensa como para que ustedes dos también se enteren.

— Le da vergüenza que le pregunten —suelta Sergio en tono burlón lanzando una mirada coqueta, y él se pone rojo.

— Si les dijera, se entera medio planeta Tierra. ¿Por qué no hacen algo productivo y van ustedes a buscarse una novia?

— Auch, justo en el corazón —Carlos se tomó el pecho con las manos, como si le hubiera dolido—. No quieras hacerte el gallito conmigo niño, tarde o temprano sabremos de quién se trata.

— Si no nos dices, no vamos a parar de preguntar. Espera, Checo, ¿tú sabes quién es?

   Max lo mira preocupado, y traga saliva. Tenía miedo que el alcohol le hiciera hablar de más. El mexicano sonríe y se quita el cabello del rostro.

— Si lo supiera, no habríamos estado hablando de eso antes de que llegaran —miró a su compañero de manera vacilante, mordiéndose su labio inferior.