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Ya nada será igual.
Por más que me jures que lo será, sabes muy bien las consecuencias de lo que haces. Creí que yo era algo más que solo aquel con el que podías reírte siempre y pasar un buen rato. Me siento tan engañado y decepcionado...
¿Por qué insistes en que sí lo será? ¿Por qué me mientes a pesar de que te he dicho que sé que todo acabó? ¿Por qué juegas así conmigo?
Yo no tengo amistades aquí... pero tú sabes que es mentira. Nunca lo confesaría si me lo preguntan.
Sabes que eres mi único amigo.
Y te vas sabiendo que lo que haces no tiene sentido. Y sé que no es así, pero en el fondo pareciera que es todo culpa mía.
Detesto verte sonriendo con el estúpido de Esteban. A penas empiezas a hablar más con él y los dos se llevan como si vinieran de toda la vida.
Ayer no paraban de salirme videos de ambos cuando todavía éramos compañeros.
¿Y ahora qué?
"No es tan grave, Max. Seguiremos viéndonos en pista, viernes, sábado y domingo".
Te extraño como si fueras parte de mí, ¿cómo podrías entenderlo?
Daniel, te detesto.
[...]
P3 en Bahrein. Qué resultado de mierda, juro que los odio a todos en el mundo. Mi vida no puede girar alrededor de un encantador pero imbécil australiano galán. Se cree que puede tener más oportunidades en un estúpido Renault que en un Red Bull.
Sí, eso. Que termine todo este trámite de la celebración, quiero irme a casa. Necesito pasar tiempo solo.
O tal vez es eso lo que me está rompiendo por dentro. No pasarla solo, sino sentirme solo.
— ¡Max! ¿No vienes? —esa es la voz de Christian. Y no, me quedaré aquí un rato más.
Me miró extrañado. Fue uno de los últimos en irse, o eso yo pensaba.
Tengo la costumbre de hablar solo conmigo mismo cuando estoy en situaciones así. Solo dejo salir mis pensamientos a voz alzada y escucharme a mí mismo es una especie de terapia.
Ya, todo terminará pasando. Sí, Daniel ha sido de lo mejor que he tenido a mi lado, pero supongo que es una etapa que tiene que terminar. Tarde o temprano pasaría. Esto no es un trabajo como cualquier otro, es la competencia más prestigiosa del automovilismo, no puedo pretender hacer amiguitos.
Me recargo sobre el barandal del palco del podio, llevando mi vista hacia algún lado. La pista seguía a lo lejos, y más allá solo había desierto y algunas luces a lo lejos.
El viento era algo refrescante.
Y sorprendentemente, me estaba sintiendo mucho mejor. Tal vez era hora de dejarlo todo atrás y...
— Max, ¿qué haces aquí?
¿Por qué esto tiene que ocurrir cuando todo parece superado?
— Nada. Estoy disfrutando un poco de la paz de por aquí.
— ¿Por qué no respondes mis mensajes?
— ¿Y ahora qué? ¿Crees que soy tu pareja? —respondo con arrogancia.
Daniel suspira, harto de mis actitudes. No lo culpo.
— Me tienes preocupado —dice con resignación.
— Bueno, no tienes que preocuparte más. Estoy perfectamente.
— Perfectamente mal.
Me giro hacia él por primera vez, ya no dándole la espalda y con el ceño fruncido.
— ¿Qué quieres, Daniel? ¿Qué es lo que sigues buscando aquí?
— Max, por Dios, ¿qué es lo que ocurre contigo? —se acerca a mí.
— ¿Por qué no desapareces de una vez de mi puta vida si tanto querías irte? —grito en respuesta, con los ojos a punto de estallar de lágrimas. No puedo aguantar más mis emociones, tengo un nudo en la garganta.
Los ojos de Daniel me muestran la sorpresa que siente. No lo culpo, sé que fui duro pero de verdad, me está volviendo loco.
— ¿Por qué me dices eso? —murmura cauteloso, visiblemente lastimado.
No sé qué responder. Joder, yo solo quiero sentirme bien por una vez en mi vida.
— Ya... ¿ya no quieres que seamos amigos?
Mierda, acabo de herirlo horriblemente. Esto me está matando.
— No, lo siento... no es eso. Disculpa, no debí gritarte —ahora que mi mente se enfriaba, ¿qué carajo me pasa?—. Lo siento, Dan.
— ¿Qué pasó con nosotros, Max?
Esa mirada de nuevo. Si supiera lo débil que soy ante él... me siento entre la espada y la pared. Quiero saltar por el barandal y huir. Si sigo viéndolo, me volveré loco.
— Te lo he dicho mil veces, que nada sería como antes.
— Pero, para ti es así porque tú piensas eso. Max, por favor, usa tu cabeza, ¿por qué tendría que ser diferente? ¿Crees que mis sentimientos por ti se desvanecen por no estar en el mismo equipo que tú? Estas muy equivocado.
— Daniel, ¿por qué lo haces tan difícil?
Iba a desmoronarme sobre mí mismo, sin tener el valor de verlo a los ojos por tener mis manos ocultando mi rostro. Pero me apresó entre sus brazos.
De nuevo, ese aroma tan particular que logra vencer mi arrogancia, y aquel calor corporal característico suyo. Me fue imposible no devolver el abrazo, ya sin tener fuerzas para retener las lágrimas.
— ¿Crees que dejaría de quererte porque sí, Max? Me encantas, me vuelves loco, ¿y aún así piensas que yo me olvidaría de ti?
Nos volteó a ambos al mismo tiempo, apresándome entre él y la pared.
— Odio que le hagas ojitos a tu compañero —respondo en broma –aunque no tanto– para aliviar la tensión del momento.
Se rió, y poco tardó en besarme, aferrando sus manos a mi cintura. Sus labios son lo más dulce que he probado, lo mejor del mundo. Quiero que funcione, si esto va a ser así.
— Tú dime, ¿en qué universo él sería mejor que tú? Es una pregunta muy sencilla, ¿o no?
— Entonces prométeme que esto valdrá la pena, y que podré confiar en ti a pleno. No quiero tener que odiarte, Dan.
— ¿Significa que vas a darme una oportunidad por fin? —sé que puedo ver la devoción en sus ojos. No podría resistirme ante él mucho más.
¿Cómo puede ser que caiga tan fácil ante él? ¿Cómo lo hace?
— Convénceme de que eres lo suficientemente competente —le digo, con una mirada desafiante.
Sus labios esbozaron una risa de costado, y vi que acepto el desafío con la forma en la que me veía.
— Bien, me gusta. Ese es el Max que yo quiero ver.
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𝘳𝘢𝘤𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘤𝘵 ㅡㅡ f1 one shots
FanfictionOne shots gay de la Fórmula 1 *son solo shipps ficticios, no shippeo a nadie en la vida real!