Bienvenida

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Siento como si todo esto ya lo hubiera vivido antes. Cuando me encuentro con personas nuevas o lugares desconocidos, no puedo evitar la sensación de déjà vu; es algo que me sucede a menudo. Sin embargo, este lugar se siente como un déjà vu eterno.

Mientras divago en mis pensamientos, recuerdo algo crucial: no he revelado mi nombre aún, al menos no a casi nadie, salvo a la directora, quien decidió asignarme el peor apodo del mundo. Vamos a hacer las cosas bien esta vez.

—Disculpa, aún no me he presentado. Soy Barbie — menciono, extendiendo mi mano hacia Raquelle.

"Barbie" ha sido mi apodo desde que tengo memoria. Todos en mi familia me llaman así, e incluso yo misma me identifico de esa manera; es como mi sello. Sin embargo, nunca antes había visto la reacción de alguien al escuchar mi nombre, como la de Raquelle. Parece sorprendida y, al mismo tiempo, nerviosa. Es extraño ver a alguien que parece tan genial y tranquila reaccionar de esa manera.

Raquelle no corresponde al gesto de estrechar manos, un tanto grosero de su parte. Estoy a punto de retirar la mano cuando Ryan interviene y la estrecha en su lugar. La expresión de Ryan también es un tanto complicada de descifrar.

—Es un placer conocerte, Barbie — dice Ryan con una sonrisa.

—¿Barbie? — pregunta Raquelle con duda.

—Sí, en realidad es Bárbara, pero me gusta más... — me pierdo en mis propias palabras cuando veo que ella da la vuelta y se aleja.

¿Así terminará la que podría ser mi primera amistad en esta escuela? No en mi guardia. La sigo, pero camina sorprendentemente rápido. Nunca me han gustado los gritos, así que descarto esa opción. Continúo tras ella, quien parece ir al rincón más recóndito de este lugar, corriendo mientras todas estas personas caminan tan lentamente. Parece fuera de lugar hasta que, llegamos a un pasillo donde logro alcanzarla.

—Disculpa si dije algo mal—. Realmente lo siento, no entiendo muy bien qué pasó y — trato de explicar, pero soy interrumpida.

—No tiene que ver contigo. Solo recordé que tengo algo importante que hacer — menciona entre dientes.

—Claro, no quiero interferir con tus pendientes — digo, sintiéndome un poco avergonzada.

Quizás hasta ahora solo había sido amable con alguien nuevo en la escuela, pero realmente sentí que podríamos llevarnos bien y ser amigas. Ahora que el recorrido había acabado, parece que ella no quiere verme más. ¿Volveremos a vernos? Como si hubiera leído mi mente, menciona algo.

—Ryan organizará una fiesta de bienvenida para ti el viernes, no faltes — dice mientras se aleja.

Aunque sus palabras pueden darme a entender que quiere verme allí ya que son hermanos, no puedo evitar sentir que es una advertencia. Igual me pone un poco feliz. Antes de dar la vuelta mantengo la vista fija por un momento en la silueta de Raquelle que se aleja, caminando por un largo pasillo que parece tener un único destino, una puerta de madera color caramelo bastante elegante. Me pregunto qué tipo de pendientes importantes tendrá que hacer en ese lugar, pero no es de mi incumbencia. Intento regresar por el mismo camino y me topo con Ryan, quien parece estarme buscando también.

—Rachy no es así, no sé qué le pasa hoy — explica apenado.

—No pasa nada, dijo que tenía algo que hacer muy importante — aclaro.

Ryan asiente.

—Oye... ¿Estás libre el viernes?

—¿Me preguntas para que asista a la fiesta? Claro, no me perdería una fiesta en mi nombre — digo bromeando.

—¿Cómo lo supiste? — menciona confundido.

—Tu hermana me lo dijo — aclaro.

—Pero... bueno, espero verte ahí.

—Claro—exclamo.

Sin entender por qué alguien que apenas me conoce y sabe de mi existencia desea hacer una fiesta para mí, digo, me tengo mucha estima a mí misma y tener una fiesta aunque no sea mi cumpleaños está cool, pero se sigue sintiendo raro. Suena a algo que organizarían mis padres.

—Raquelle es una caja de sorpresas, es buena, disculpa si fue un poco grosera — menciona.

Solo puedo responder con una sonrisa. Saco mi celular para anotar las indicaciones a la casa de Ryan; sin embargo, tan pronto logro sacarlo de mi bolsillo, escucho una voz detrás de mí.

—Señorita Bárbara, el uso de dispositivos electrónicos está terminantemente prohibido en las instalaciones de la escuela — dice la directora al tiempo que extiende la mano para tomar mi celular.

—Lo olvidé, me disculpo — susurro.

—Que no se repita, tu guía debió recordarte las reglas de este lugar al inicio del recorrido. ¿Dónde está ahora? — Resopla.

—Me temo que no lo he visto.

Tan pronto dije eso, alguien llega corriendo de uno de los pasillos. Es un chico alto, de cabello rizado tan rubio que parece oro y ojos celestes. Tengo otro déjà vu. Trata de hablar, pero su respiración está muy agitada. Después de calmarse, me mira y luego a la directora.

—Me disculpo profundamente, directora. Vine a buscar a la nueva estudiante para darle un recorrido, pero cuando llegué ya no estaba. Vi a alguien que no reconocía en el pasillo y la seguí hasta llegar aquí — dice con la respiración entrecortada.

Su mirada en ella me parece extraña.

—No hay problema. Puede darle el recorrido hasta la hora del almuerzo — responde la directora mientras se aleja.

Adiós, celular. Te extrañaré. Mientras miro a la directora alejarse con la única cosa que podría mantenerme cuerda en este lugar, el chico que debería ser mi guía se presenta.

—Soy Kenneth Carson, pero puedes llamarme Ken. Es un placer — menciona mientras extiende la mano.

—Me llamo Bárbara Millicent, pero puedes llamarme Barbie — respondo mientras estrecho su mano.

—Ah, y él es — digo antes de ser interrumpida.

—Hola Kenny, ha sido bastante tiempo sin verte — dice Ryan mientras pone una mano sobre su hombro y acaricia su cabello.

—Nos vimos en este mismo pasillo hace unas horas — responde Ken mientras lo empuja con los hombros.

—Parece que se llevan muy bien — menciono.

—Nos conocemos desde niños y él parece estar en todos lados. Es difícil zafarse de este — dice Ken señalándolo.

La mirada de Ryan en él me parece peculiar, mientras Ken trata de zafarse de su agarre. No puedo evitar notar una cercanía que se puede sentir en el aire. Caminamos de nuevo a las canchas en medio de los grupos de estudiantes que hablan sin parar, Ryan se mantiene cerca de Ken aunque este parece un poco reacio.

Parece que mantengo la vista demasiado tiempo en ellos porque Ryan me lanza una mirada que no logro descifrar. Entonces fijo mi vista en los vitrales de colores azulados  sobre algunos ventanales y en las cruces que se pueden ver en algunas de las puertas,tal vez al final si cabe la posibilidad de ser crucificada cuando menos me lo espere, este lugar tiene sin duda un aura extraña.Miro este paisaje que se me hace tan familiar y tan ajeno a la vez, pienso en mi familia, en lo que era antes de llegar aquí, a todo lo que conocía que ahora no poseo. Y extraño, en este poco tiempo que había pasado había intentado reprimir mi deseo profundo de extrañar todo aquello que amo.

Incluso si deseara regresar, nadie me querría de vuelta, no vale la pena lamentarme de estar aquí. Donde nadie me conoce, donde me desconozco y desconecto de lo que alguna vez conocí. Tal vez podría ser alguien que no sabía que existía.


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Destino EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora