Romper las reglas

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RAQUELLE

No puedo fingir ser dura todo el tiempo. Hay momentos en los que flaqueo, y me culpo por eso.

No puedo fingir que no me duele escuchar rumores falsos sobre mi hermano, no puedo fingir que no me duele que esa persona los escuche y que él no pueda desmentirlos. A veces intento no pensar en el Ryan de antes, porque la versión que he hecho de él parece todo lo opuesto.

Y claro que no puedo fingir que no me duele evitar a Barbie todos los días, pero al mismo tiempo vigilar sus pasos. No puedo fingir que no me molesta verla pasar tanto tiempo con Ken... aunque sé que así debe ser.

Aunque no pueda fingirlo, tengo que hacerlo.

La directora viene a mi casa a altas horas de la noche antes de la competencia y me notifica que será al día siguiente. Se nota tensa, parece nerviosa, demasiado paranoica con cualquier ruido.

-¿Sucede algo, Directora? -pregunto.

-Te he dicho que no tienes que ser tan formal conmigo -suspira-. Alguien ha estado urgando en el edificio principal y me tiene pensativa -confiesa.

-¿Tiene alguna idea de quién podría ser? -pregunto con curiosidad.

-No, pero es una lista reducida, Raquelle -dice con duda.

Entiendo su punto.

-Le aseguro que no -exclamo.

-Eso espero, Raquelle. Mantenlos vigilados -centencia.

La directora se retira y al fin puedo dejar escapar un suspiro.

-¿Alguien ha estado urgando en sus cosas? ojala aprenda lo que se siente. -se mofa Ryan desde las escaleras.

-Te he dicho que no debes andar escuchando las conversaciones ajenas -Protesto

Se cruza de brazos.

-¿No es eso lo que tú haces? Me pregunto quién está poniendo de los nervios a esa vieja, me gustaria darle las felicitaciones-dice burlonamente.Aunque se que esta molesto.

-An-ne-lis-se -le recuerdo.

-Co-mo-se-a -refunfuña.

-Mañana es la competencia, prepárate -le recuerdo.

-¿Por qué la directora viene a buscarte tan a menudo? ¿No es eso extraño? -sugiere.

-Ya sabes el porqué -murmuro.

-No, realmente no lo sé -menciona con tono firme mientras baja las escaleras-. Solo tengo migajas de información, no sé qué mierda estoy haciendo ni para qué.

-¿Quieres saberlo? Vas a tener que renunciar a todo para hacerlo. ¿Puedes con eso, Ryan? -le doy un ultimátum.

Aquí siempre acaba la conversación, no más drama. Ryan acepta ese hecho pero nunca accederá a esa condición, es atarse de pies y manos, es no volver a actuar con libertad nunca más.

-Podría hacerlo -expresa.

Y eso me deja atónita. Ryan ha rechazado esa posibilidad toda la vida, porque eso significaba renunciar a muchas cosas, pero una de ellas es la más importante, que nos ha traído hasta aquí.

-No digas tonterías -reprendo.

Me doy la vuelta para que no pueda observar la expresión en mi rostro. Siento un nudo en la garganta. En el fondo de mi corazón, donde los sentimientos reales se esconden y encuentran refugio, ahí, deseo que Ryan jamás tome esa decisión.


★★★


Destino EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora