Capítulo 2

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Quizás todo esto radica en los motivos por los cuales me hayan enviado lejos de mi familia. Me parece extraño que mi madre no haya podido educarme, es mi madre ¿no? Supongo a lo mejor como dice mi tía, ella ya ha perdido la práctica pero simplemente siento que hay algo más en todo esto. Me envían a una casa de una tía que no vi por mas de diez años, el mismo día me entere que era una bruja y justo hoy Nadine me comunica que tengo un cazador observándome y encima me entero que ella es una Hechicera ¡Esto es demasiado! es mucho para asimilarlo.



No te enojes, no era mi intención ocultarlo tanto tiempo -la miré pero luego aparte mi vista de ella- ¿es en serio Angela? creí que te habías dado cuenta. Yo no me enojé porque nunca me dijiste que eres lo que eres.


Pero tú ya sabías lo que era, yo vuelta he pasado engañada 5 años -puse una mano en mi rostro y reposé el codo sobre el escritorio- y aparte tengo un cazador husmeando cerca mio.


Tienes que tener mucho cuidado. Tu tía ha comentado que esos cazadores son bien peligrosos y obstinados -dijo mordiéndose las uñas- No me imagino como estaría si te pasa algo.


¿Cómo las matan? -pregunté curiosa, pero Nadine se limitó a tragar saliva y mirar hacia otra parte haciéndose la desentendida- Dime, no me evadas.


Bien -suspiró- las bañan en alcohol y... -le sostuve una mirada insistente para que prosiga- las queman.


Ahora la que tragaba saliva era yo, sabía que el ciclo de todo ser humano es llegar morir algún día, pero si tengo un cazador cerca es porque mi fin se aproxima y eso es lo que me aterroriza. Mi tía no pudo haber estado oculta durante mucho tiempo, quizás ella pueda ayudarme con algo, un conjuro, una capa protectora pero algo se me tenía que ocurrir.


Permiso Nadine.


Dije eso y salí en busca de la alcoba de mi tía, quizás esta ahí. Entre y observe la habitación vacía, en tanto mi desesperación decidí excederme en mis límites de curiosa pues me encontraba en una de las pocas veces que he podido estar en la habitación de mi tía...sola. Decidí abrir un gran armario, pero algo en él llamó mi atención, un libro. Bueno quizás sirva, puede que tenga conjuros y hechizos. Me empine en puntillas para alcanzarlo y una vez ya en mis manos me desilusione al ver que era un viejo y simple diario de Sarah. De igual manera me lo llevé y a lo que salí de la habitación me sobresalté.



Nadine...


¿Que hacías aquí? -dijo casi en un susurro- a tu tía no le gustará saber esto.


Por favor, no digas nada. Solo cállate ¿Si? -le pedí casi suplicándole, la expresión de ella se suavizó y asintió levemente-


¿Qué es lo que llevas ahí? -Preguntó mirando el libro-diario que tenía en mis manos-


Es un lectura interesante que le recomendé a mi tía, pero quiero volver a leerlo. -mis palabras salieron de mi boca muy rápido. Era la mejor excusa que pude inventarme en ese momento- estaba tan entusiasmada y quise buscarlo yo misma.

Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora