Capítulo 4

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Y... ¿Te dijo su nombre? -preguntó un tanto interesada Nadine-


Por supuesto  -asentí de una manera algo extraña y emocionada- pero creo que nunca lo volveré a ver.


Nunca se sabe, he oído decir que mientras hay vida hay esperanzas. -trató de sonar positiva mi amiga-


Después de lo ocurrido con Andriev he llegado a la conclusión que mientras estuve con el sentí la necesidad de saber más de él. En ese poco tiempo que estuvimos cerca el uno del otro algo en mi ocurrió y no sabría descifrarlo exactamente. No puedo evitar reír un poco al recordar que casi nos descubre mi tía, aunque bueno no estábamos haciendo nada malo pero ¿qué podría pensar al ver a su sobrina con un muchacho en la oscuridad?


¡Angela! -gritaba mi tía con un tono algo preocupado-


Mi tía -Dije exasperada y Andriev pareció asombrado pero eso no me importo en ese momento- debes irte


Pero, nos volveremos a ver -dijo él mirando mis labios, sabía a lo que llegaría eso- lo prometo. -iba a sellar sus labios con los míos pero me aparté-


Adiós -dije prácticamente huyendo de su agarre para lograr aparecer de manera natural mientras mi tía recién salía de la puerta-


¿Dónde estabas? -preguntó mi tía y yo trataba de tener mi mente en blanco-


Tenía mucho calor y fui por algo de agua para mojarme el rostro -respondí y era cierto, a eso era a lo que iba-


Nos despedimos y agradecimos al Señor Petrovich por todas las atenciones y la acogida, quede con Jessa para que uno de estos día vaya a visitarnos y ella dijo que pronto iría. Frederick nos abrió el carruaje y nos subimos mientras yo trataba de mantener mi mente en blanco para que mi tía no sepa que ocurrió mientras me desaparecí. Llegamos a la casa y Nadine comenzó a llenarme de preguntas.


Mientras hay vida hay esperanzas.


Si, yo se Nadine pero creo que no me interesa tanto como para volverlo a ver. Además no lo conozco mucho. -dije totalmente desinteresada- te apuesto que no volveré a verlo en mi vida.


Tú te adelantas muy pronto Angela. -dijo Nadine rodando sus ojos y cayendo en la cama boca arriba como yo estaba- te quiero decir algo.


Dime -dije con naturalidad mirando hacia el techo-


Frederick me gusta. -aflojó sonriendo y yo me levanté como resorte y la quede observando sorprendida- ¿Qué?


¿Desde cuando te gusta? -pregunté interesada-


La verdad... creo que desde que eramos niños. Pero el muy tonto era algo pesado conmigo. Pero ahora... -suspiró-


Y ahora -insistí para que siga contándome y me recosté al lado de ella-


Me hace sentir tan bien Angela, cuando estoy con el siento que el tiempo se detiene, me mira y me pongo nerviosa, me sonrojo y siento mariposas en el estómago y hasta podría sentir que cuando estoy con él somos las dos únicas personas de el universo. -giré para poder mirarla y a Nadine le brillaban los ojos, he leído en los libros que a eso se le llama estar enamorada- estoy enamorada Angela.


Cielos -susurré yo- así que a eso se le llama amor.


Sí, y es magnífico. -aseguró Nadine- y tú, ¿Qué sentiste con tu caballero misterioso?


Iba a contarle a Nadine, era casi similar a lo que ella expresó que siente por Frederick pero me parece muy pronto para asegurar que estoy enamorada de alguien que solo he visto una vez en mi vida.


Nadine, solo lo he visto una vez. -dije susurrándole-


También existe el amor a primera vista. -respondió ella-


Oh, Cielo Santo! ¿has visto la hora? -dije tratando de esquivar el tema, y a decir verdad si era una hora muy excedida- si mi tía se entera nos cocinará vivas. -trataba de sonar graciosa y creo que así fue porque Nadine quería estallar en risas pero le tape la boca para que se callará-


Bueno, por esta vez te salvas. -dijo más calmada y menos colorada- pero más tarde me cuentas.


Hecho, pero ahora si, durmamos que ya tengo sueño.



Mientras caminaba en un bosque desolado con puras ramas secas y hojas negras escuché a lo lejos un caballo pero mi intranquilidad empezó cuando observé bien y eran varios caballos con jinetes viniendo en dirección hacía mí. Todos estaban armados y tenían flechas, tenía la esperanza de correr lo más rápido que pudiese al ver que aún había algo de distancia pero ellos eran rápidos y por más que corrí sentí una flecha rozando mi brazo.


¡¡NO!! -gritó desconsolada esa voz que provenía de un jinete desconocido que bajó por otro atajo diferente al de los jinetes armados-


Esa voz me era familiar, el nuevo jinete se acercó y me haló del brazo para que subiera pronto al caballo. Las flechas se hicieron presentes pero como arte de magia ninguna nos afecto hasta que logramos perder a todos de nuestra vista y el caballo dejó de correr fuerte para acoger un ritmo suave. Llegamos a un sitio que parecía seguro, me baje del caballo y me senté en una roca. Sin mirar a mi oportuno salvador decidí hablar.


Gracias -dije mirando al suelo mientras me sobaba mi brazo herido, observé que sus pies llegaron al piso, se bajó del caballo y agachándose a mi altura él respondió-


Siempre te protegeré -cuando le vi el rostro me quedé boquiabierta, era Andriev!- Siempre Angela.


Todo se fue haciendo borroso para mí.


Angela, Angela.


Abrí a regañadientes mis ojos porque la luz del sol me molestaba.



Despierta dormilona. -Decía burlona Nadine-


Había sido todo un sueño, un raro y maravilloso sueño -dije para mis adentros-



Iremos a la feria, necesitamos cumplir algunas diligencias.






Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora