Capítulo 18

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Durante el trayecto de regreso no pude evitar sentirme fuera de órbita. Mi cuerpo estaba aquí pero mi mente en algún sitio del mundo, me sentía extraña sin tener razones ni motivos exactos. 

He pasado desapercibida ante Andriev, no me gustaría que empezara a interrogarme porque sinceramente no tendría que responderle, no sabría darle respuesta alguna ante cierta incomodidad que en estos momentos me abunda. 

Observé a lo lejos la hacienda, pedí a Andriev que se detuviera, no esperé del todo que el caballo se quedara estático, me bajé de golpe, de una manera rápida tanto así que casi me caigo. El pelinegro inmediatamente bajó y me observaba confundido mientras yo acomodaba mechones de cabellos ubicados en mi frente, con mi vista desviándose hacia el suelo encontrando más interesante el pasto. 

¿Qué te ocurre? -logró preguntar al fin, no pude distinguir el tono que usó al igual que no puedo distinguir que responder- has estado callada durante todo el regreso -soltó de una mientras yo elevé la mirada para conectarme con la suya- es que, no te comprendo. Estabas bien, y ahora estás como si te fuera indiferente. 

<<Te noté así durante todo el camino, tu respiración parecía incómoda, no hablaste absolutamente nada. ¡Maldición! dime que te pasa>> 

Y-yo ... no lo sé -contesté sin más, sin dar más explicaciones- será mejor que me vaya. Gracias por acompañarme a casa. -musité agobiada-

Mientras observaba la confusión habitando en sus ojos, el clima se puso frío, un frío escalofriante que sentí chistar mis dientes. No sabía de qué manera marcharme, es como si este momento exigiera un poco más que un simple "Gracias".Dudosa me acerqué a su rostro posando mis manos sobre sus hombros, quizás sea el último beso, pues no sabría cuándo lo volvería a ver, no tenemos nada que nos mantenga juntos, ningún compromiso, nada. A más de los sentimientos de mi parte que sé... me tendrán atada a él de por vida.

Tenía su boca a escasos centímetros de la mía, mientras observaba que cerraba sus ojos por instinto previo al beso, alcé más uno de mis agarres, ahora tenía una mano sobre su nuca mientras la otra aún permanecía en su postura inicial. Decidí de manera imprevista que esto no sería un Adiós definitivo. No dejaría de verle,no podía, me había enamorado... con mis miedos, mis temores e inseguridades. Aún con mis labios cerca de los suyos decidí susurrarle un "Hasta pronto" mezclando así mi aliento caliente chocando en sus labios. Él simplemente sonrió ante el gesto y abrió los ojos. De seguro ha de pensar que estoy loca, un momento estar hecha un mar de confusión y de repente estar sonriendo como si nada raro hubiera sucedido. 

Mi tacto iba descendiendo, sintiendo el calor que otorgaba mi mano ante el contacto con su pecho, alejé de inmediato mi palma antes de que llegase a tocar donde no debería. Andriev sonreía divertido dándome a entender que había visto mi nerviosismo ante el indebido pensamiento.  

Acomode mi vestido para pasar de inadvertida ante su penetrante mirada, volteando para marcharme sentí una suave jalón que me devolvió hacia el pelinegro risueño y seductor. Trate que mi vergüenza no se notara mientras ambas anatomías se rozaban. Me solté de su agarre y vi asomarse una sonrisa reprimida de los labios de Andriev. 

¿Por qué te ríes? -pregunté molesta e incómoda- No sé qué es lo gracioso, eh.

Es que -dijo entre risas pero al observar mi expresión puso su semblante neutro- bueno, pues... ¿Recuerdas el día después de conocerte, te encontré en la feria y te agarré de la misma manera?

Esa vez fuiste un brusco e impertinente -mencioné con una ceja elevada mientras evitaba a fuerza mayor que una sonrisa de mi boca se propagara- 

Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora