Capítulo 19

11 1 0
                                    

De un movimiento brusco estaba despierta con la respiración agitada debido a la turbia y borrosa pesadilla que había tenido recientemente. Los detalles eran nulos en mi mente, sólo recuerdo ver a mis padres y a mi tía discutiendo por alguna extraña razón envolviendome a en todo el asunto.
Decidí bajar por un poco de agua, sentía mi garganta seca a más no poder.
La oscuridad ha sido siempre lo mejor para mí, como una aliada, claro, cuando no tropiezo con nada y no existe el ruido en lo absoluto... Aunque en parte a veces me asusta. Sin embargo hoy no era de esas madrugadas para temer, me podía más la sed que el propio miedo.
Con suerte llegué a la cocina y sin dificultad alguna dispuse a servirme agua en un vaso, volteándo para dirigirme nuevamente a mis aposentos una sombra se hizo presente y a los pocos segundos la lámpara se encendió.

Tía -pronuncié lo suficientemente audible para que ella escuchara- que susto me he llevado.

¿Seré horrible? -preguntó con humor mientras acortaba la distancia-

Usted sabe que no -dije para luego llevar un sorbo del líquido incoloro a mi boca- bueno, voy a seguir durmiendo, descanse.

Emprendí paso nuevamente pero no por mucho tiempo debido a unos labios recientes pronunciando mi nombre.

Ángela -mencionó y a la vez me volteé para mirarla y así continuase- sabes... No sé cómo empezar. -explicó relajada mientras yo me acercaba un poco-

Hablando ¿será? -dije con humor y Sarah una risa reprimió- empezar ¿Qué?

Lo del... Lo del matrimonio de Nadine. -soltó calmada, el tema me interesó y decidí finalmente sentarme para escuchar- yo, te he mentido sobre eso de "Si te casas pierdes tus dones" -arrugue mi ceño levemente tratando de recordar, y en efecto, hace 6 años ella me había explicado eso debido a que mi madre no podía "educarme"- es mentira. Nada arruina tus dones. Es irreversible.

Realmente... No sé que decir en este momento -palabras sinceras salieron de mi boca con un leve toque de confusión en mi voz- y no estoy al tanto segura de si estar enojada porque recién caigo en cuenta que ha sido una mentira o si estar feliz porque nada arruina la brujería.

Bueno, en eso creo que me estoy equivocando un poco. -incité a que continuará- la única persona que puede arruinarte... Eres misma.

Recuerdos de incertidumbre golpearon mis pensamientos y al mismo tiempo sin pensarlo mi boca ya había formulado una pregunta.

¿Y mi madre se destruyó a si misma? ¿Cierto? -Sarah asintió- ¿Cómo?

Eso... Te lo contaré en otro momento -bufé molesta- sabes... Eres muy hermosa.

¿A qué viene eso? -pregunté algo a la defensiva-

No soy tonta, niña. -su respuesta me incomodó y sin mucho éxito logré mantenerme firme- he notado que pasas sonriendo, tus impredecibles paseos, el cambio de clima. Es tan obvio que estás enamorada.

No lo creo -solté de golpe tratando de sonar convincente- el clima no he sido yo. Cuando salgo lo he hecho con Nadine y con Jessa y bueno... Si sonrío es porque he notado que me asienta hacerlo. -finalicé y observé el rostro de mi tía con su gesto que demostraba que mis argumentos no eran válidos-

Sabes que a mi no me puedes ocultar nada... Así como esa ocasión que estabas tan obsesionada con las carreras de caballos. Te hizo daño ansiar tanto una, que casi no sobrevives para recordarlo. -pausó unos segundos- ¿Quién te asegura que no saldrás lastimada nuevamente ahora?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 31, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora