Capítulo 16

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Sí, lo estaba besando, quizás por instinto, quizás por felicidad, tal vez por amor, no lo sé pero el hecho era de que si lo estaba disfrutando... disfrutaba tener mis labios contra los suyos, me encantaba el hormigueo que sentía y los pensamientos que en mí surgían. Me aparte de sus labios con los ojos cerrados y mi cabeza gacha, realmente no sabría cómo mirarlo a partir de ahora porque al fin de cuentas ¡Yo lo besé! 

El agarró mi barbilla delicadamente con el fin de sostenerme la mirada, y no eran sus ojos, era su mirada... su mirada me gustaba. Él esbozó una sonrisa e inmediatamente sonreí yo también por impulso. No pasó mucho tiempo para observar sus labios abrirse para decir palabra alguna.

Debería venir más a menudo si me vas a recibir así -me sonrojé a lo que pronunció sus palabras con diversión y yo seguía en mi trance observando sus labios, luego recorrí su rostro y observé sus lunares llamativos: uno cerca de su labio superior en la zona derecha y otro en el mismo lado derecho pero por la ceja.- me pasaría todo el día disfrutando como me analizas -susurró eso y me aparté de su agarre dirigiéndome hacia el balcón- 

Sentí pasos aproximándose hacia mí y supuse que se trataría de Andriev y mientras tanto algo me había llamado la atención por mi olfato, olía a tierra húmeda como si hubiera estado lloviendo, pero el fuerte viento y el aire caliente que se manifestaba disimulaba mucho que la opción de que hubo lluvia no existiese por el día de hoy. <<Mis emociones se reflejan con el clima>> recordé y a lo que sentí una mano posarse en mi cintura reaccione. 

¿Dónde habías estado? -fue lo primero que pregunté y debido al rostro de mi acompañante tal parece que la pregunta era la menos adecuada en este instante- 

¿De verdad quieres saber? -asentí y él resopló molesto- estaba trabajando, haciendo tiempo extra, tengo que sobrevivir ¿No? -finalizó molesto- pero que vas a saber tú, si todo lo que tienes lo tienes a mesa puesta, eres una consentida. -me quedé perpleja, se estaba comportando como un verdadero idiota y yo no podía evitar mi enojo- perdón yo no...

¡Cállate! ya no sigas -espeté molesta- ¿Realmente crees que todo lo tengo a mesa puesta? ¡Yo no soy una consentida! -el me miraba expectante, trataba de hablar pero yo lo interrumpí- no sé en qué estaba pensando cuando te besé. ¡Diablos! que tonta soy. -decido evitar contacto visual con él-

Me sentía sofocada, dirigí mi vista hacia el cielo en el horizonte y el sol se pronunciaba. Poco a poco iba regulando mi respiración, debía calmarme , el clima debía volver a ser el mismo y así fue por suerte. Luego dirigí mi vista hacia abajo y ví a Sergio y Jessa observando toda la escena, Sergio hizo de la mano a Andriev para saludarlo mientras yo de la vergüenza que llevaba encima decidí entrar.

Reposando mi cuerpo en la cama mientras abrazaba una almohada que cubría mi rostro, no quería verlo pero tampoco quería que se marchara <<Una gran contradicción>>. Al rato sentí un peso extra debido a que el colchón se hundió, suavemente despegó la almohada que tenía como barrera para no verle a la cara y comenzó a hablar. 

Perdóname -apretó los labios mientras su mirada del suelo se dirigió hacia la mía- no me gusta estar así contigo -nuevamente dirigía su mirada al suelo, como si le costara decir algo, observé su perfil y era como ver a un ángel... Andriev realmente era demasiado guapo. Alejé esos pensamientos de mi mente para percatarme que él estaba de nuevo haciendo contacto visual conmigo- sé que soy un idiota pero... tú realmente me gustas -él dijo esas palabras mientras yo internamente quería brincar de felicidad, esta vez no lo insinuó, ¡Esta vez lo dijo! y eso me hacía feliz porque yo también sentía lo mismo- me gustas mucho, Angela... no sé que has hecho conmigo -su cercanía era prominente, su codo aguantaba su peso mientras yo lo tenía a poco centímetros de mi cara. Mordí mi labio inferior por los nervios de tenerlo tan cerca- me encantas, nena. -sonreí ante eso y él igual. La distancia entre nuestros rostros ya no existía porque esta vez él era quien la había acortado, él era quien me estaba besando y me bastó ese beso para saber que me había enamorado- 

Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora