Capítulo 7

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Y aquí me encontraba, en una dura batalla; era decidir entre desobedecer a mi tía o aceptar la sugerencia de Nadine. Rodé los ojos por fastidio, simplemente todo este asunto del ''Gran día'' me molestaba. Mi tía con su mirada imponente y retadora esperaba a que me decidiera por uno, miré a Nadine y ella me hacía seña sugiriéndome el más ¿agradable?

¿No puedo vestirme simplemente a mi modo? -mi tía negó- ¡¿Por qué?! -grité desesperada, la tela era bonita sin embargo los vestidos no eran muy a mi gusto. 

No puedo aceptar tus caprichos de niña consentida.-habló mi tía- es tu decimonoveno cumpleaños, no dejaré que te vistas como jinete. 

Bien, bien, el rojo. -solté las palabras de mi boca- es el más decente -dije sin mas ni peros- 

Mi tía me miró con su fina expresión de estar soportando a una chiquilla que quiere uno de sus dulces para consentir sus caprichos y a decir verdad odiaba a veces comportarme caprichosa. Le brindó una última mirada a Nadine con un leve asentimiento para luego retirarse de la habitación. Mire a mi amiga con una expresión sarcástica. 

Si tu pretendías que me ponga el vestido turquesa -ahogué la respiración para luego soltarla- mejor hubiera ido desnuda a mi propia fiesta. 

Ay, no seas exagerada, no tiene nada de malo -refunfuñó mi amiga ¿Nada de malo?- pasa que tienes vocación de pertenecer a la santa inquisición, te imaginas ahí siendo parte del clérigo. ¡Oh, concédame la indulgencia, benévola milady! - expresó sarcástica-  

Nadi, Nadi, Nadi, hay un cierto punto entre ser una monja y ser una exhibicionista -Nadine enarcó una ceja- están lindos, ambos lo están...pero seamos sinceras. ¡Tiene mucho escote! y además ¡Una abertura para pierna! -Nadine abrió su boca al tope y se quiso mostrar ofendida- lo siento pero es verdad, a diferencia de el otro, el rojo tiene menos escote. 

¡No tiene nada de escote! Ay niña, debes sacar provecho de lo que tienes -dijo con un tono gracioso pero autoritario- no toda la vida las mujeres se van a cubrir. Sé tú una de las primeras en hacer la diferencia. 

Úsalo tú si tanto te gusta. -dije desinteresada, quizás Nadi tenga algo de razón pero es que simplemente no me visualizo con un vestido tan despampanante- 

Yo ya tengo el mio. -me miró con los ojos achinados- Angela, ponte el vestido turquesa, no te arrepentirás.

Dejemos este tema, ¿sí? -propuse yo-

Ahí estaba yo, discutiendo con mi amiga, pero no duró mucho. Peleábamos pero luego las cosas se remediaban y estábamos riendo como si nada, hablamos lo que quedó de la tarde acerca de su romance con Frede y también me comentó algo que me interesó. 

El otro día, mientras fui a comprar para los alimentos en casa...Vi a tu misterioso pretendiente. -empezó a decir con su voz de tensión-

 ¿Andriev? -Nadine asintió y yo rodé los ojos pero en mi interior no pude evitar que una gran parte de mi se contentara ¿por qué me alegra saber de él? no lo sé pero decidí seguir escuchando a mi amiga- pero no estaba solo, iba con una... chica 

No se por qué pero mi ánimo cambió de inmediato y aunque por más que lo haya intentado disimular Nadine se dio cuenta, pues ahora el clima estaba nublado ¿cómo sería posible que ahora mi estado de ánimo dependiera de alguien como él? simplemente no vales la pena Andriev, no lo vales. 

Que te dije -dije lo más tranquila posible- él es un charlatán y embustero, yo no estaría con alguien como el nunca. 

Pero si te dolió enterarte de lo que te conté. -Respondió mi amiga metiendo más leña en el tema, enarqué una ceja y la miré seria- digo, de repente el clima se puso nublado. 

Mi mejor desdicha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora