Mi mejor desdicha.

Capítulo 10

Dormía pero sentí un peso extra sobre mi cuerpo, abrí los ojos levemente pero al instante se abrieron al tope al observar a una Jessa ¿distinta? mirándome con obsesión y persecución. Trate de moverme de su agarre pero ella me tenía aprisionada con su cuerpo encima mio. Esta era otra Jessa. 

¡Nadine! -grité desesperada. Al instante Nadine se despertó estando dispuesta de apartar a Jessa de mi lado pero fue inútil, Jess la miró y al parecer la hipnotizo- Jessa ¿Qué te ocurre? -pregunté preocupada- 

Quiero beber tu sangre -decía ella arrastrando las palabras- quiero tu sangre.

Jessa, ¡No! -pedía desesperada- ¡AUXILIO! ¡AYUDA! 

Recordé que podía usar la telequinesis, pero con Jessa es muy difícil, ella no es un objeto y mi habitación no estaba llena de algún objeto que yo pudiese moverlo para salvarme. Mientras trataba de retenerla en mi fallido intento de quitarla encima mio por suerte mi tía entró con Frederick. Tía Sarah recitó una frase <<La sangre no te saciará del todo, entenderás que estará mal buscar más cuando lo que en realidad sientes es ansiedad>> mientras de sus manos emergía un humo de colores negro, violeta, azul y rojo. El mismo humo que rondó a Jess para qué aparentemente vuelva en sí. Ella me miró confundida aún encima mio. 

Yo, ¿Qué hice? -preguntó un tanto preocupada- ¿Qué fue lo que hice? -se repetía a si misma mientras quitándose de mí logrando sentarse mientras con sus dos manos tapaba su rostro- 

¿Qué fue eso? -pregunté con un toque de ira, preocupación, intriga y enojo- ¿Por qué estabas  así? -No me había percatado de Nadine, al parecer ella también volvió a ser la misma, pero estaba al igual que yo desconcertada, Frederick se estaba asesorando que Nadine realmente esté en estado de normalidad- 

Debes aceptar tu solución pronto -dijo mientras se acercaba a Jessa- Ivan ya te lo comentó, ¿cierto?

Lo siento, Angela. Realmente me siento mal por esta situación, discúlpame yo realmente no quería hacerlo pero cada vez mi ansiedad es más fuerte y tú sangre hoy se deslizó desde los poros de tu piel hasta mi nariz. Me fue inevitable, creí que sólo era un pensamiento y mira. En realidad ha pasado y yo realmente no recuerdo nada, pero me imagino que ocurrió -ignorando lo que mi tía le había preguntado de sus labios emergieron esas palabras, sonaron reales y yo le creía, quizás sea difícil para ella-

Debes beber sangre, pero sangre animal querida. -las palabras salieron de la boca de mi tía. Aparentemente esa era la solución- 

Pero, me da pena. Son seres vivos -respondió Jess con un tono inseguro- no me imagino atacando a uno- 

Casi atacas a mi sobrina, ella también es un ser vivo -Jessa se quedó callada, era verdad. Ella tenía la solución en sus manos, debía por lo menos considerar la idea de la sangre animal, aunque comprendo pues a mi también se me haría extraño pensar matar a un ser vivo- 

Debe haber otra solución -contestó exasperada la castaña que casi me chupaba la sangre- No sé, algo como comer normalmente, quitarme la ansiedad de sangre, que se yo. 

Seguir con los conjuros de siempre, los de abstinencia. -Jessa asintió- pero deberías comprender que no puedes huir de tú naturaleza. -Permiso-

Tía -la miré nerviosa- no volverá a ocurrir el incidente nuevamente ¿cierto?

No, tranquila. Nuevamente he renovado el conjuro para su abstinencia. -dijo seria- bajen a desayunar.  -se retiró con Frederick- 

Jessa se disculpó nuevamente conmigo, intentaba darme explicaciones de todo. Realmente sentía su tono de culpabilidad, le dije que no importaba que olvidáramos ese pequeño percance. Eso no dañaría nuestra amistad.