En un intento por armar un rompecabezas de su infancia y salir del abismo en el que se encuentra sumergida, Aradia Svensson decide regresar a su pueblo natal donde se percata que absolutamente todo ha cambiado y descubre que todo el pueblo de Foxvil...
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Generalmente, cuando pensamos en el dolor, inmediatamente lo asociamos con algo que puede ser físico, ya sea en heridas o enfermedades, dando por hecho que muy pocas veces pensamos en el dolor psicológico y emocional, que perfectamente podemos definirlos como un sentimiento vehemente de lástima, tristeza o pena que se experimenta por motivos emocionales.
Y ese era precisamente el tipo de dolor que estaba sintiendo exactamente en este momento.
Lágrimas descontroladas resbalaban por mis mejillas a medida que leía la información que se encontraban contenida en aquel añejo papel, mi pecho se apretó y el aire poco a poco iba abandonando mi cuerpo.
"El día doce de octubre del 2012, se encontró el cuerpo de Joseph Walker en el condado de Foxville, específicamente en la calle Werley. El hecho ocurrió en la madrugada a las doce horas. Vecinos allegados a la familia Walker avisaron a las autoridades cuando un fuerte estallido se produjo dentro de la propiedad. Todavía no se sabe que ocurrió en el lugar de los hechos; pero fuentes cercanas alegan haber visto a la hija adoptiva de la víctima alejarse del lugar de los hechos. El cuerpo policial no ha logrado dar con el paradero de la adolescente a quien se le atribuye el papel de primera sospechosa y la responsabilidad total de cometer dicho acto".
Tome la carpeta rompiéndola en dos, arrugándola entre mis manos, no podía seguir así, sabía que si no hacía algo al respecto iba a acabar conmigo misma y caería nuevamente en ese antiguo mal hábito.
Coloque mi mochila encima de la mesa metiendo el roto papel que se encontraba en una de mis manos, seque mis lágrimas disponiéndome a salir de la biblioteca a toda velocidad.
La helada brisa penetraba cada uno de mis huesos como si de filosas dagas se trataran, metí mis manos en los bolsillos de mi suéter tratando de aplacar un poco el frío que hacía. Debía caminar una cuadra para tomar el autobús que según los chicos me dejaría en la esquina de mi casa. Por suerte esta parte de la calle encontraba totalmente transitada aún por los universitarios que estudiaban para sus exámenes finales. Me encogí de hombros cuando salí del bullicio estudiantil entrando al agudo silencio que se presentaba en este lado de la cuadra.
—Jesús, ¿Por qué tarda tanto? —Levante mi muñeca observando mi reloj, llevaba aproximadamente diez minutos aquí parada esperando el autobús que aun no hacia acto de presencia, mis sentidos se activaron cuando un grupo de sujetos ebrios salieron del callejón que se encontraba diagonal a la parada.
Desvié mi mirada observando la luna, creyendo que así pasaría desapercibida pero obviamente hacer eso no fue más que una idea absolutamente ridícula ya que uno de ellos me llamo haciendo que los otros cinco sujetos voltearon a verme.
