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𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔: 𝐂𝐀𝐎𝐒



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𝘼𝙍𝘼𝘿𝙄𝘼 𝙎𝙑𝙀𝙉𝙎𝙎𝙊𝙉


Un intenso e incesante miasma a alcohol etílico invadió mis fosas nasales provocando que arrugara mi entrecejo, poco a poco los pequeños y lejanos bisbiseos se hicieron presentes mientras que a su vez mi cuerpo de manera descompasada se disponía a reaccionar haciendo que un gigantesco dolor apareciera apoderándose de todo mi cuerpo, quemando cada parte de mi ser. Un minucioso gruñido abandonó mis labios cuando un enorme dolor de cabeza se hizo presente haciendo que apretara mi dentadura, de manera pausada intente abrir mis ojos pero inmediatamente estos se cerraron cuando mi vista hizo contacto con la luz que emanaba la pequeña la lámpara que se encontraba adornando la mesa de noche de la habitación.

Tome las sabanas donde mi cuerpo se encontraba reposando entre mis manos cuando un impetuoso ardor viajó por todo mi sistema haciéndome gritar del dolor, se sentía como si mi cuerpo se encontrara en un incendio, uno totalmente imposible de apagar, de la nada la espantosa sensación de ser devorada por unas indomables y aparatosas llamas fue sustituido por un cálido alivio, poco a poco mi respiración volvió a la normalidad y el ardor que estaba sintiendo anteriormente se desvaneció por completo.

Pestañee un par de veces cuando por fin pude lograr abrir mis ojos enfocando mi vista en su perfilado y aniñado rostro, él me miraba con cautela, atento a cada uno de los movimientos que yo realizaba, observe de reojo el alto y fornido cuerpo que se encontraba a un lado del menor de ellos, quien al conectar su mirada con la mía endureció su rostro alejándose de donde se encontraba, recargando su cuerpo contra la puerta viendo hacia un punto fijo en la parte de afuera de la habitación, seguidamente mi vista viajó hacia el otro lado de la habitación dejando al descubierto al segundo de los hermanos quien me observaba fijamente.

«¿Qué ocurrió?»

Automáticamente mi cerebro hizo click evocando los recuerdos de las últimas horas que había vivido con anterioridad.

«Fuiste abusada»

Mi pecho se estrujó, mi corazón empezó a latir a mil por hora, y un enorme nudo se formó en mi garganta cuando ciento de imágenes de lo sucedido llegan a toda velocidad a mi mente provocando unas enormes náuseas en mí, haciendo que expulse todo lo que llevaba conteniendo desde hace horas atrás.

Uhg.

Gimo cuando un incesante y fuerte pitido se apoderó de mis canales auditivos, mi cuerpo empezó a arder de una manera antinatural e inmediatamente empiezo a sentir presión en mi cabeza, involuntariamente mi cuerpo empieza a moverse de manera errática haciendo que un montón de descontroladas lágrimas abandonaran mis globos oculares empapando mis mejillas, haciéndome gritar.

Duele, realmente duele.

A lo lejos puedo escuchar el sonido de una persistente voz pronunciando mi nombre una y otra vez, y por mucho que intento ponerle atención a lo que dice es simplemente imposible e inútil.

Empiezo a sentir el enorme peso de mi cuerpo apoderándose poco a poco de mí, mi respiración se desvanece con cada segundo que pasa y mi vista empieza a nublarse, y es justo aquí cuando me dejó ir porque sencillamente no puedo más, porque sencillamente deseo abandonarlo todo.

«....»

Tres semanas aproximadamente habían transcurrido y ninguno de los tres hermanos había hecho acto de presencia en la enorme habitación, la soledad me estaba desequilibrando a tal grado de volverme completamente loca.

No podía soportar el asco y la repulsión que sentía hacia mi persona, tampoco podía controlar mis impulsos, ni mis sueños que a medida que el tiempo transcurría consumían cada parte de mi ser aniquilándome por completo cada vez que pasaban los segundos, y mucho menos podía controlar las ganas que tenía de desaparecer de la faz de la tierra para siempre.

Observe el trozo de vidrio que se encontraba entre mis manos, trague grueso y tome una enorme bocanada de aire al darme cuenta de lo que iba a hacerme, mordí mi labio inferior y sin pensarlo dos veces hice un impecable corte en mis muñecas, instantáneamente cerré mis ojos introduciendo ambas manos en la fría agua, hundiendo poco a poco mi cuerpo en la enorme bañera que se encontraba decorada de color vinotinto debido a la espesa sangre que mis muñecas estaban perdiendo.

Odiaba esto, realmente odiaba toda esta mierda.

Con algo de dificultad me levanté de la tina observando el fondo de está, viendo como poco a poco aquel líquido metálico color rojizo desaparecía de mi vista.

Salí de la tina envolviendo mi cuerpo en una bata de baño color negra, me acerque a la encimera del lavabo tomando el botiquín que se encontraba en la segunda gaveta de esta, agarre los utensilios con lo que curaría mis heridas poniéndome en marcha, una vez terminado el trabajo volví a quitar la bata de baño que adornaba mi cuerpo y me acerque a la ducha.

Suspire cuando al abrir la regadera el agua tibia hizo contacto con mi piel haciendo que me relajara al menos un poco, mientras limpiaba mi cuerpo pequeñas lágrimas abandonaban mi rostro, no podía ver ni tocar mi cuerpo sin acordarme de lo que había ocurrido en aquel almacén e incluso de lo que había ocurrido antes.

Millones de recuerdos invadieron mi mente haciéndome caer al duro piso del baño, las lágrimas por si solas, sin ningún tipo de control, mi pecho se apretujo debido al enorme dolor emocional que venía arrastrando y entonces estalle.

Grite todo lo que no había podido gritar desde hace mucho tiempo atrás. 

Debía dejarlo ir de alguna manera.

La garganta me ardía demasiado y mi llanto era totalmente incontrolable.

Ya no aguanto, ya no soporto toda esta situación. 

Simplemente, ya no puedo más.

Trague grueso mirando a mí alrededor totalmente desconcertada.

«Todo es un caos»

Ajena a todo lo que estaba ocurriendo, observe mis manos detenidamente, y empecé a hiperventilar cuando me percate de la cantidad de sangre que cubrían estas, me levante del suelo mirándome al espejo, un sollozo escapo de mis labios cuando mire mi tétrico rostro cubierto de aquel liquido vinotinto.

«Tes ves como la mierda»

Me sobresalte cuando la puerta del baño se abrió repentinamente haciéndome caer al piso nuevamente debido al susto, mi cuerpo temblaba sin control y mi respiración se volvía cada vez peor.

Él me miraba detenidamente mientras se acercaba cautelosamente, podía ver como sus labios se movían, eso me daba indicios de que estaba hablándome, pero sinceramente no podía escuchar nada de lo que decía.

Estaba perdida. 



❤❤❤❤




Club 39: Teaser (Renewing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora