En un intento por armar un rompecabezas de su infancia y salir del abismo en el que se encuentra sumergida, Aradia Svensson decide regresar a su pueblo natal donde se percata que absolutamente todo ha cambiado y descubre que todo el pueblo de Foxvil...
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𝘼𝙍𝘼𝘿𝙄𝘼 𝙎𝙑𝙀𝙉𝙎𝙎𝙊𝙉
Mi respiración se entrecortó por completo provocando que me quedara sin aire con cada segundo que transcurría, coloque una mano en mi pecho intentando aguantar la presión que se estaba produciendo en este, mi boca se encontraba entre abierta debido a la enorme impresión que me causaba al ver esos dos cuerpos fornidos acorralando contra la destrozada pared a aquel chico de extraña sonrisa que minutos atrás había estado en el bar, observe su rostro espantada pues su cara estaba totalmente magullada, una gran cantidad de sangre brotaba de su nariz y boca, junto a un enorme hematoma se estaba produciendo en su ojo derecho.
«Sal de aquí, antes de que suceda algo peor y te metas en problemas»
Quería correr lejos de ese lugar, pero las piernas no me daban, los nervios simplemente no me dejaban moverme.
Ellos vociferaban cosas que no podía alcanzar a escuchar gracias al pánico y al ataque de ansiedad que estaba teniendo en estos momentos, me petrifique totalmente cuando uno de ellos sacó una daga de su bolsillo trasero enterrando está en la pierna del chico.
Mierda.
Temblorosa y como pude saque mi teléfono marcando al número de emergencias pero justo cuando iba a hablar alguien me arrebato el teléfono de las manos, me di la vuelta rápidamente encontrándome con un tercer chico, este me observó de forma burlesca de arriba abajo y con una sonrisa ladina habló:
—Vaya, vaya... —Trague grueso —Parece que tenemos una linda fisgona aquí.
«Genial»
Decir que estaba asustada era poco, estaba totalmente aterrada.
Por instinto retrocedí un par de pasos, pero me arrepentí al instante cuando tropecé cayendo de espaldas al piso dejándome ver por los otros dos sujetos.
Grandioso, otra vez estaba en problemas.
«Te lo dije»
Comencé a retroceder cuando el chico que estaba delante de mi empezó a caminar hacia mi aún con esa sonrisa en su rostro.
El chico que estaba acorralado empezó a gritar por ayuda pero cerró la boca cuando aquel individuo de vibra selvática y tacita le propino un puñetazo haciéndolo caer y fue entonces que algo dentro de mi hizo clic cuando mi vista dio un pequeño recorrido escaneando cada uno de sus rostros percatándome de quienes eran.
