Sangre por espinas 【Parte I THFYS】

Capítulo 16

Maratón 2/2

Lamento anunciar que este será el antepenúltimo capítulo

(tendrá 18 capítulos).

Espero que os guste.

A leer :D

Me quedé paralizada al escuchar aquello. Notaba cómo se me cerraban los pulmones al mismo tiempo que mi cerebro se paralizaba por completo.

Cuando logré reaccionar, lo primero que hice fue girar la cabeza a ambos lados, aterrada, pero no había nadie.

—Como sea una broma —advertí.

—No es ninguna broma. Soy tu madre, Hasley.

Inspiré hondo, cerré los ojos y conté hasta diez varias veces mentalmente. No logré calmarme totalmente, pero por lo menos ahora no era una montón de nervios.

—Devuélveme a Mary —ordené.

Ella se rio.

—¿De verdad crees que va a pasar eso? Pensaba que mi hija sería mucho más inteligente.

Apreté los dientes, furiosa. Renée dejó de reír.

—Vas a escucharme atentamente, Hasley, y vas a hacer exactamente lo que te diga. ¿Hay alguien contigo?

—No —contesté.

—Si me estás mintiendo te aseguro que Mary lo pagará.

—No le hagas daño —exclamé, aterrada—. Te lo he dicho, no hay nadie. Estoy sola.

Ella pareció pensárselo durante unos segundos. Me senté en la cama, que todavía estaba deshecha, y miré la puerta con ansiedad, sin saber si quería que Jake apareciese o no. Si aquella mujer iba en serio, podría hacer mucho daño a Mary.

—Vale —dijo finalmente—. ¿Dónde estás?

—En un motel de Portland.

—¿Cuándo vas a volver a Ashland?

—En una hora —contesté—. Más o menos.

—¿Vas a ir con alguien?

—Sí

—¿Con quién? Quiero su nombre.

—Jake Lynch.

Pareció sorprendida, pero luego volvió a soltar una risita.

—¿El hijo de Lucien? —preguntó—. ¿De verdad sales con él?

—¿Podemos centrarnos? —le pedí—. ¿Qué tengo que hacer para que dejes en paz a Mary?

—Cuando te avise, le dirás a Lynch que tienes que ir al baño. Que paren en una gasolinera donde haya muchos coches. Pídele a alguien que te lleve a Salem. Allí, esperarás que te llame. ¿Has entendido?

—Sí —me obligué a decir.

Apunté en el móvil todas sus indicaciones para no olvidarme de ninguna.

—Bien. Te lo advierto: una mínima tontería y puedes ir despidiéndote de tu querida Mary —me dijo.

Abrí la boca para contestar, pero me colgó.

***

—¿Estás segura de que estás bien? —insistió Jake por enésima vez, mirándome de reojo desde el asiento del conductor.