Capítulo 1

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Salí del examen de Francés y encontré a Naya y Nick discutiendo. Sacudí la cabeza y me dirigí a mis amigos.

—¿Qué ocurre? —suspiré.

—¡Que el idiota de tu amigo es un completo idiota! —exclamo Naya.

—¡Oye, de idiota nada! —protesto Nick. Me miró—. Lo que pasa es que es una exagerada; le he dicho una cosa sobre Peter ¡y casi me mata!

Suspiré de nuevo y decidí caminar hacia el aparcamiento del instituto. Mis amigos me siguieron, aún peleando. No fue hasta cuando estábamos ya cerca de mi Chavvy cuando Nick me preguntó sobre mi examen. Le miré, fingiendo sorpresa.

—¡Vaya, ya era hora de que alguien me preguntaste!

—Hablo en serio, Hasley. ¿Te ha salido bien?

Asentí con la cabeza y me metí en la camioneta. Naya iría a su casa con Peter, su novio, y Nick se montó conmigo de copiloto. Me despedí de Naya y arranqué el coche. Puse la radio y tarareé la canción que sonaba (una de OK Go). Nick hizo una mueca.

—Tu radio suena fatal —protestó.

—Pues te jodes —le contesté, sin inmutarme.

El camino lo pasamos escuchando música y con las protestas de Josh cuando la música se oía distorsionada o la señal de radio desaparecía para volver minutos después. Vivíamos en Poulsbo, un pequeño pueblo de 9.588 habitantes, en la península de Olympic, así que llovía mucho. Lo bueno era que estaba cerca de Seattle, a poco más de una hora.

Llegamos a mi casa y salimos de la furgoneta. Cruzamos el porche de mi casa y abrí la puerta con la llave.

—¿Mamá? —llamé.

Entramos en el vestíbulo y me asomé al salón. No había nadie. Tiré mi chaqueta al sillón antes de dirigirme a la cocina. En la cocina había un post–it pegado con un imán de un pingüino. Lo cogí y lo leí.

Hasley, me voy a comprar, volveré en un rato. Si Nick, Naya y tú tenéis hambre, hay algo en la nevera. Luego vendrá Patrick con pizzas y cenaremos, invita a Nick y Naya si quieres, no me importa. Después tenemos que hablar.

Te quiere y ten cuidado que nos conocemos tu torpeza y yo,

Mamá.

Suspiré mientras dejaba el post–it en la mesa y me dirigí al salón. Nick había sacado su cuaderno de Matemáticas y mordía su bolígrafo. Esbocé una sonrisita.

—¿Qué pasa, tontito? —le pregunté—. ¿No se te dan bien las matemáticas?

Mi amigo me miró con cara de malas pulgas y solté una risita mientras me dejaba caer sobre el sofá. Miré mi bandolera que Nick me había traído de la furgoneta (se me había olvidado) y la abrí, mirando los libros y cuadernos que tenía.

—¿De qué tienes deberes? —me preguntó.

—De Literatura —musité, sacando el cuaderno y comenzando los deberes.

Nos pusimos un rato con la tarea, pero al final decidimos dejarla y poner la tele. Fui a la cocina a por comida y refrescos mientras Nick buscaba una peli buena.

—¡¿Y si vemos la del grupito ese de superhéroes?! —le pregunté a gritos desde la cocina.

—¿La liga de la justicia?

Sangre por espinas 【Parte I THFYS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora