Capítulo 2

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Subí este capítulo sin corregir, más que nada porque me tenía que ir a cenar y lo quería publicar ya y por no dejaros con la intriga más tiempo.

Pronto más capítulos.

:D


Vale. Recorrer más de cuatro horas en una noche no es que sea muy bueno, teniendo en cuenta que estuve a punto de tener un accidente por quedarme dormida varias veces. Así que decidí que esa noche haría menos de la mitad y mañana descansaría por la mañana antes de seguir hasta Oregón.

Por la mañana, me desperté a la una en un camino apartado de la carretera que había encontrado, con el móvil sonando. Lo cogí. Era Nick. Suspiré y lo cogí.

—¿Sí? —murmuré.

—¡¿Dónde demonios estás?! —la voz de Nick me devolvió a la realidad.

—En la furgo, ¿por?

—¿Dónde?

–Camino a Ashland, Oregón, ¿por?

—¡No lo sé, dímelo tú! —exclamó—. ¡Tu casa está destrozada y no hay rastro de ti ni de tu madre, y...! ¡NAYA, DAME EL MÓVIL!

Fruncí el ceño.

—¿Nick? —llamé.

—Soy Naya —repuso ella.

—Ah, hola.

—No, ni hola, ni holo. ¿No era que tu madre te había quitado el móvil?

—Eh..., sí, pero luego ocurrieron muchas cosas.

—¿Dónde estás?

—Camino a Ashland, Oregón —repetí.

—¿Por qué estás allí? —interrogó.

—Mi madre... digoooo, Mary, me dijo que viniese. Escuchad, anoche pasaron muchas cosas, y ahora no os las puedo contar todas, así que os propongo una cosa, yo no puedo ir allí, ¿vale? No puedo volver al pueblo, así que me temo que tendréis que venir a Ashland.

—¡Y una mierda! No vamos a ir allí, si te lo recuerdo aún no somos mayores de edad y no podemos ir a Nueva York porque sí sin un adulto y...

—Naya —la interrumpí—, ¿te tengo que recordar que no eres mayor de edad y te has emborrachado varias veces?

Casi pude verla enrojecer.

—¡Eso no tiene nada que ver! —protestó.

—Vale, vale. Pero... ¿podéis venir?

—No lo sé, déjame hablarlo con Nick y mis padres, y te decimos.

—Vale. Me tengo que ir.

—¡Cómo apagues el móvil, te jur...! —comenzó a amenazarme.

—Adiós.

Colgué y dejé caer mi cabeza, que apretó el volante y sonó el claxon. Me incorporé de golpe, asustada. Me froté los ojos y miré la mochila que mam... Mary me había dado anoche. Recordaba vagamente lo que había pasado anoche, desde luego, sin embargo, me seguía pareciendo un sueño.

Suspiré, comí algo y arranqué el coche. Voy a resumir todo lo que pasó un en mi viaje porque otras cuatro conduciendo es muy aburrido. Después de pasar por una gasolinera para repostar (no solo gasolina, también comida), me dirigí a la autopista, en la que me tiré unas cuantas horas por un enorme atasco que duró hasta las siete y media de la tarde. Estuve en el atasco unas dos horas (menos mal que tenía mi música favorita y el móvil, que si no explotaba).

Sangre por espinas 【Parte I THFYS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora