PREFACIO

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La verdad es que nunca he sido de las que tenían la vida resuelta, pero tampoco he dejado de ser de las que soñaban con tenerla. Bueno..., eso no es del todo cierto. No me importa mucho lo que la gente diga de mí, lo que sí que me importa es lo que YO pienso de mí. Y no siempre me ha gustado.

Sin embargo, siempre me ha fascinado el fuego.

La idea de arder, de convertir algo en cenizas me ha tenido pillada siempre.

Así pues, alcé mi mirada hacia la cazadora. Ella me miraba con sus ojos rojos y sonreía. Tragué saliva y pensé en huir, pero sabía que no lo conseguiría.

Aun así, no aparté mi mirada de ella. Incluso cuando se abalanzó sobre mí, incluso cuando me tumbó. Incluso cuando el fuego se marchitó.

Una vez leí un poema de Miguel Ángel León que decía así:

"El fuego araña el aire negro de la estancia,

y, cual gato diabólico, hacia el tejado brinca.

Tremola de coraje, se arremolina de ansia.

El fuego en la piedra sus finas garras hinca".

Recordé una frase que una mujer muy sabia me dijo:

"Recuerda siempre que la tierra no es inocente. La tierra tiene sed. Y nosotros le calmamos la sed con sangre".

Sangre por espinas 【Parte I THFYS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora