Capítulo 4

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Capítulo 4
No todo lo que brilla es oro.

Sí, una fatídica noche… ¿Es que acaso ése sujeto no aceptaba un "No" por respuesta? Inclusive las muchachas ya le habían mencionado que no brindaba servicios sexuales, ¿Qué más deseaba? Si ya le habían corroborado ése hecho más de una vez.

¿Qué podía hacer para lidiar con ello? Yuna, su madre siempre le había dicho que a los problemas era mejor enfrentarlos de frente y con una sonrisa, pero ¿Por qué sentía que ese consejo solo le serviría a las chicas? Él no tenía ni la más remota idea de como ponerlo a prueba o hacer que le funcionará cuando el otro cretino probablemente lo tomaría como coqueteo.

Prefiriendo no armar una escena más grande, se limitó a recoger con cuidado los fragmentos más grandes de cristal con ayuda de su charola.

— Vaya… ¿Ni siquiera éste servicio puedes desempeñar bien? —Cuestionó el albino, acercándose a esa escena con curiosidad. — Bueno, no es para sorprenderse, con tu edad, deberías estar estudiando más que estar por aquí, y a éstas horas, especialmente, durmiendo.

— Retírese del lugar, el suelo está mojado. —Se limitó a decir Fyodor, el joven azabache. Se levantó del suelo, yendo por un letrero para evitar que más clientes se acercarán por el área y fuesen a resbalar o recibir un corte innecesario.

Sin dedicarle más palabras ni tiempo al albino, Fyodor se retiró del lugar acercándose a la barra para solicitar servicio de limpieza en el área en la que había ocurrido aquel accidente.

— ¿Qué sucedió? Te vi en el suelo y solo aparté la mirada unos momentos. —Habló Luka, observando como de aquella escena se alejaba aquel albino de cabellera larga a tomar asiento, apartado de la multitud. En cambio el pelirrojo parecía entretenido con la escena, solicitando una nueva copa.

— Sólo me resbale…

— ¿Quieres descansar ésta noche? —Preguntó, después de todo veía que Fyodor se había sentado en aquel banquito recargando la cabeza en la barra.

— ¡No! Estoy bien, no me traten como un niño. —Se apresuró a decir— Sólo fue un accidente. Además, quiero ayudar a Yuna con los gastos.

Tras mencionar el nombre de aquella mujer, Luka le miró con cierta desaprobación. Sí, sabía que en el establecimiento era mejor mantener oculto su parentesco familiar, pero Luka continuaba creyendo que esto podría ser un poco irrespetuoso.

— Tú entiendes mejor que nadie… Si dejo de comportarme como un niño, ella ya no tendrá que preocuparse. Podré comenzar a trabajar, y ella ya no tendrá que dedicarse tanto tiempo a éste oficio. Sólo quiero ayudarla. —Expresó su sentir, dejando de lado aquel sentimiento, yendo a limpiar su charola para recibir nuevamente ése pedido, sin saber que aquel pelirrojo curioso yacía prestando atención a su conversación mientras fingía perderse en el delicioso aroma del vino.

— Entiendo perfectamente tu sentir, pero no creo que sea lo que Yuna desea para ti. Estoy seguro que ella quiere que disfrutes de tu juventud, además la casona de Madame Pink, tiene una paga monetaria mayor. Sí se han fijado en tu madre es porque es hermosa y muy atenta con la clientela, es normal que le hayan transferido a esa área. —Le dijo con calma al menor, preparando nuevas bebidas que colocaba poco a poco en la charola de éste.

— Si, lo entiendo pero… ¿Tantos días? Han pasado casi dos semanas desde que partió a un evento especial, justamente por esa casa, y desde entonces, ni siquiera nos llama. —Mencionó el menor, parecía decepcionado con ese hecho y para Luka aquello era comprensible, después de todo y cada noche, Fyodor esperaba hasta tarde al menos una llamada de ella.

— Hey, cachorro… ¿Qué te parece si intentamos llamarle hoy en un respiro? Puedo intentar conseguir el número personal de Madame Pink. Es conocida del patrón, así que seguramente nos dice cómo va Yuna con su trabajo. —Sugirió Luka, colocando la última bebida en esa charola, notando como el semblante del azabache cambió de inmediato.

Yakuza's prostituteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora