Capítulo 21

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Las luces de la casa cayeron al instante, mi primer instinto fue encenderlas enseguida, pero tenía que ser rápida y crear un escudo de protección a mi alrededor. La magia brilló cubriéndome en la totalidad justo a tiempo, Vis me observaba al otro lado, su gran sonrisa ampliándose más que antes.

Mientras estuviese dormida él tendría la ventaja, pero si lograba protegerme mientras alguien llegaba a ayudarme no tendría ningún problema. Pero si nadie venía... tendría que ingeniármelas.

Mi conocimiento por demonios de tierra era escaso, eran muy raros los casos, muy pocas personas podían crearlos. Más la madre naturaleza era la única con el poder suficiente de crear un demonio de tierra únicamente para los sueños.

Mi conocimiento de demonios normales no podía ayudarme con este, pero utilizaría lo que sabía del Vis terrenal para vencer a este si tenía que.

—No te preocupes, linda. —Comenzó a caminar alrededor de mi escudo protector, un león cazando a su presa. Su sonrisa creció un poco más. —Solo vine aquí a jugar.

A probar qué tan fuerte era.

Podía leerlo perfectamente entre las líneas.

Si Sara lo había enviado para saber qué tan fuerte estaba, no podía significar nada bueno. Mi corazón comenzó a latir en mis oídos de solo pensar que pudo hacerle algo a Sebastián.

—Hagamos un trato. —Me levanté de la cama, dando un paso cerca de la línea que nos dividía. —Me dices cómo llegar a la casa de Sara y te concedo una muerte rápida.

El ultimo Vis estuvo conmigo por minutos en el agua, luchando por salirse de mi agarre antes de que consumiera toda su alma.

Si tan solo supiese cómo acabar con este demonio sin fritarme el cerebro.

Un foco se me prendió en la cabeza, la idea tan buena que no se sentía real.

—¿Crees que puedes terminar conmigo tan sencillo como con el otro yo? —Su sonrisa oscura llena de diente filosos e hilos descocidos brillaba bajo el brillo de mi escudo. —Soy un ser más poderoso que esos tontos demonios que estuviste acabando.

—¿Si tan inteligente eres, por qué venir a jugar conmigo si sabes que Gul podría llegar en cualquier momento?

Vis dio un paso más cerca. Sentí mis hombros picar. El escudo tembló por unos segundos hasta volver a la normalidad.

—¿Por qué debería temerle a un títere?

Vis dio otro paso más cerca, el escudo desapareció completamente en cuestión de segundos. Mi corazón se detuvo, dejando paso al terror puro, el mismo que sentí más de tres años atrás con el anterior Vis.

Sin darle tiempo, comencé a correr, saliendo de mi habitación sin ningún problema. Mis dedos crearon chispas y sin pensarlo dos veces, lancé el fuego a mis espaldas. Las llamas consumiendo las paredes iluminó la casa.

¡Vamos, Amelee! ¡Despierta!


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     Perséfone a las nuevas personas en su habitación, todos tan desconcertados como ella. Entre la baja luz de las velas pudo ver lo que definitivamente era la copia de Amelee, pero masculina, sus ojos más miel que los grises verdosos de ella.

Cuando sus ojos cayeron en la anciana limpiándose su bata de dormir, mirando desconcertada a su alrededor, no tuvo duda de quienes eran.

Ella era su sobrina, lucía idéntica al protector de la daga con el que su sobrina Ife se casó, pero aun así podía ver las similitudes con su hermana.

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