Abrió los ojos y él no estaba allí. Frunció el ceño extrañada. ¿Podía ser posible que él se fuera dejándola sola? Pero entonces escuchó el sonido de algo que se caía. Sonrió al recordar que esa era la señal. Él estaba escondido en algún lugar. Comenzó a caminar, pero el sonido de paja bajo sus pies era muy delator. Se quitó los zapatos y los tiró a un costado.
- ¿Dónde podrá estar? -preguntó con cierto tono de burla.
Ross sonrió mientras estaba escondido detrás de uno de los caballos. No podía creer que ella recordara algo como aquello. Al parecer lo tenía presente. ¿Tendría presente también aquel beso que compartieron en aquel lugar? Tal vez no.
Un sonido proveniente de unas de las cuadras alertó a Laura, él estaba cerca. Ella se acercó en silencio y se asomó de repente pensando que él estaba allí.
Pero no, no estaba.
Miró hacia su derecha y sonrió con malicia.
Ya sabía en donde estaba.
Ross no escuchó ni un sonido más. Aquello era extraño. Asomó la cabeza con cuidado y Laura no estaba por ningún lado. ¿Se habría ido?
- ¡Te encontré! -exclamó de repente haciendo que él cayera hacia atrás.
La castaña estalló en risas.
-Esto no debería ser así -se quejó él divertido mientras se incorporaba.
Laura no podía dejar de reír. Trato de calmarse, pero cada vez que lo hacía volvía a estallar en carcajadas. Ross arqueó una ceja cuando ella se calmó del todo. Era su turno de vengarse.
-Oh, no -musitó ella.
Sin pensarlo dos veces comenzó a correr, ya que lo que venía después de haberlo encontrado eran las malditas cosquillas. Ross fue mucho más rápido de lo que ella había esperado, en un abrir y cerrar de ojos ya la había atrapado.
Cayeron juntos al suelo.
A Laura le dolía el estómago, la garganta y hasta el pelo de tanto reír. Él era malvado, sí que lo era. Pero de alguna manera lo logró y giró sobre la paja, quedando sobre él.
Ella también podía vengarse.
Recordaba que Ross no era muy de cosquillas como ella, pero sí que tenía un punto débil. Y ese era el cuello. Ross intentó esquivar sus manos pero no pudo. Le dolía el abdomen de tantas risas. Volvió a girar para vengarse. Y otra vez y otra vez...
-Ya...ya no...puedo más, Ross -dijo ella sin dejar de reír.
Él detuvo sus manos y ambos comenzaron a calmar sus risas. Aquello había sido tan divertido. Pero todo rastro de diversión se fue cuando fueron conscientes de cómo habían quedado.
Ella lo miró fijo a los ojos.
Él había quedado sobre su cuerpo.
El peso masculino era simplemente agradable y no la aplastaba. Ross la observó detenidamente, ¿Por qué era tan guapa? Y de repente su mirada bajó hasta sus labios. Estaban semi abiertos...
-Laura, ¿estás aquí? -preguntó Calum entrando a la caballeriza.
Sus ojos se abrieron bien al ver la escena.
'No tío, arruiné el momento' pensó Calum. Ross se puso rápidamente de pie y tomó una mano de Laura para pararla de un solo tirón. Ella comenzó a acomodarse nerviosamente, mientras que Ross levantaba su sombrero del suelo y se lo colocaba.
- ¿Qué pasó, Calum? -preguntó nerviosa.
-Estaba buscándote -miró a Ross y volvió la mirada a ella -Porque el desayuno ya está listo...
- ¿Ya? -Preguntó asombrada - ¿Qué hora es?
-Más de las 8.30 -contestó su amigo.
-Bien -habló Ross -Voy a ver si mi madre necesita ayuda.
Salió de allí rápidamente, dejando a Laura completamente sola con la escena a cuestas. Ella miró a su amigo y sin decir nada comenzó a quitarse la paja que le había quedado en el cabello. Calum se tocó el mentón, mientras reprimía una sonrisa.
- ¿Y bien? -le preguntó.
-Y bien, ¿Qué? -dijo ella.
-Vamos guapa -dijo divertido - ¿Qué estaban por hacer?
-No seas mal pensado, Calum Worthy -dijo con tono firme.
- ¿Mal pensado yo? -Inquirió -No, mi vida, estás muy equivocada. Porque déjame decirte que encontrar a dos personas en el suelo de una caballeriza, una encima de la otra, jadeantes... da que pensar.
-Pues, estás pensando mal... -lo miró bien -Y no estábamos jadeantes.
- ¿Entonces que estaban haciendo? -Le preguntó y se acercó a ella para ayudarla con su cabello. La miró divertido
-Porque no estaban hablando, Laura.
-Estábamos jugando -dijo ella.
- ¿A qué? ¿A revolcarse apasionadamente en la caballeriza? -dijo con cierto tono de burla.
-No, Calum. Estábamos jugando al escondite. Lo encontré y comenzó a hacerme cosquillas y yo a él como cuando éramos niños.
-Pero ya no son niños, ¿Qué necesidad tenían de jugar?
-Fue un... impulso -dijo algo fastidiada.
-Como su beso de hace 10 años -dijo enternecido - ¿Se besaron?
- ¡No, no nos besamos!
-Solamente porque yo llegué -exclamó -Soy un idiota, no tuve que haber venido, ¡No tuve que haber llegado!
Laura se alejó de él y comenzó a caminar hacia la salida. Calum la siguió.
-Mira no sé qué es lo que debe estar maquinando tu pervertida mente,Agus. Pero Ross es un gran amigo para mí, como un hermano.
-Si, por eso se besaron -dijo asintiendo.
- ¡Éramos niños! -Chilló -Fue solamente para experimentar.
-Oh, por favor ¿Acaso vas a decirme que no sentías nada por él cuando eran niños?
Laura siguió caminando hasta que estuvieron fuera del lugar. No le contestó enseguida a Calum porque estaba pensando en aquello. Lo que ella había sentido por Ross siendo una niña no lo podía explicar. Era algo que no había vuelto a sentir por otra persona.
Era extraño.
Sacudió la cabeza y miró a su amigo.
-Una no sabe de esas cosas cuando es niña, por el simple hecho de que es una niña. Pero no lo sé, creo que me gustaba.
- ¿Y ahora te gusta? -le preguntó mientras movía ambas cejas en forma pícara.
Laura se aguantó las ganas de reír.
-Eres intratable, Calum.
-Pero me amas, admítelo -dijo mientras la empujaba levemente -Y también admite que ese bombón campestre te movió hasta la médula.
-No, no me gusta -dijo ella poniendo sus ojos en blanco.
-Mentirosa -la acusó él -Además es increíble como ese hombre te mira.
Laura se detuvo y lo miró bien.
-Eres un tonto, no me mira de ninguna manera -aseguró.
Calum sonrió.
-Claro que sí, Laura. Te desea Marano, el galán de telenovela, te desea.
ESTÁS LEYENDO
Wild Horses RAURA [ADAPTADA]
FanfictionEl primer amor nunca pensó que con el paso de los años se volvería tan salvaje como un caballo. *ATENCIÓN ES UNA HISTORIA ADAPTADA, NO ES MÍA* Créditos a su autora original