Capitulo 27

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Todo era demasiado confuso. No quería sentirse más así, no. 

— ¿Laura?

Ella levantó rápidamente la cabeza y en ese mismo instante se puso de pie.

— ¿Qué haces en mi habitación? —preguntó nerviosa.

Él estaba allí con cara de sueño, un pantalón de dormir y una camiseta blanca que dejaba a la vista los fuertes músculos de sus brazos. Laura tragó saliva. 

—Necesitaba hablar contigo —dijo Ross. 

— ¿Sobre qué? —dijo y sacó su vista de él. 

—Sobre lo que pasó en la cocina...

—Nada pasó en la cocina —se apresuró a decir.

— ¿No? —Inquirió él —Te fuiste así, como si nada...

—De verdad no pasó nada —sentenció ella —Y voy a pedirte que por favor te vayas ahora mismo. Ya es tarde... y que la próxima vez golpees antes de entrar. Ya no somos unos niños.

Él la miró extrañado.

—Y que tu novia no vuelva a entrar así...

—Comprendo —asintió él —Y perdón.

—No, no es nada. 

Ross caminó hasta la puerta y luego se giró a verla.

—Hasta mañana —le dijo

—Adiós —asintió ella.

Ross salió de allí. Ella se quedó quieta observando la nada lentamente se sentó en la cama y de repente la culpa la invadió. Ella no tenía derecho de tratarlo de esa manera. Él solo había ido para hablar. Se acostó en su cama y apagó la luz de la mesita de noche.

¿Qué estaba pasando con ella, por dios?

No se sentía igual que hacía una semana atrás. Soltó un suspiro y cerró los ojos. Quizás mañana se le iría todo el mal humor y las ganas de comportarse como una salvaje.

Se despertó peor de lo que se había acostado. Su humor no solo había empeorado, sino que se había despertado sin voz.

—No te aguanto más —le dijo Calum.

Ella lo miró indignada.

—Ni yo —le dijo con poca voz mientras ambos bajaban las escaleras para ir a desayunar. 

Desde que se habían encontrado en el pasillo no habían parado de pelear. Calum al parecer estaba decidido en fastidiarla y ella no estaba muy tolerante para eso.

—Te escuchas tan horrible —le aseguró él — ¿Sabes por qué estás así?

—Sí, lo sé —aseguró ella con aquella horrible voz que le salía.

—Estás así por hacerte la Heidy ayer, por eso.

Ella lo miró mal. Pero no pudo decirle nada porque justo llegaron a la sala en dónde Damiano ya estaba sentado leyendo el periódico y tomando un café. Cada uno tomó su lugar y comenzaron a desayunar.

— ¿Cómo durmieron? —les preguntó Damiano.

—Ay, yo muy bien, Damiano —dijo Calum sonriente —Gracias a dios los mosquitos no entraron a mi cuarto y dormí genial, pero no sé cómo habrá dormido la mudita.

— ¿Mudita? —inquirió y miró a Laura.

—No... no tengo voz —logró decir ella.

—Oh, hija... ¿Qué le pasó a tu voz?

—Quise hacerme la campesina, papi.

Calum imitó a la perfección la voz de Laura mientras se acercaba la taza a la boca. Laura se puso rápidamente de pie.

—Eres intratable —le dijo con la poca voz que le quedaba.

Salió rápidamente de allí. Dame miró algo confundido a Calum. El pelirrojo se encogió de hombros y le dio un mordisco a una tostada.

— ¿Qué? —Preguntó —Ella empezó, lo juro.

Laura salió de la casa y a paso rápido comenzó a caminar hacia el establo. Necesitaba despejarse un poco, calmarse. Tenía que controlar su humor, porque si no iba a ser mucho peor y ella ya no quería estar así. Entró, pero se detuvo al verlo allí. Ross giró a verla, pero al instante volvió la vista a White, que estaba parado frente a él. El rubio le cepillaba el pelaje. 

—Buenos días, señorita ¿se le ofrece algo? —le preguntó sin mirarla.

Ella pudo notar el tono de 'INDIFERENCIA' en sus palabras. Se mordió el labio con algo de fuerza. Quería acercarse a él y pedirle perdón por lo que había pasado anoche.

—Ross...—logró decir.

Él se giró a verla y soltó un suspiro para luego dejar las cosas que estaba utilizando para arreglar a White, en el suelo. Se acercó unos pasos a ella.

—Vamos a dejar las cosas claras —le dijo —Creo que usted las dejó bien claras anoche...

—Pero...

Él volvía a tratarla de usted.

—Y va a ser mejor que las cosas se queden como están. Usted es la hija del jefe y yo soy su empleado. Va a ser mejor no mezclar más las cosas.

—No, Ross...

—Ya no somos unos niños

Él se fue de allí... dejándola con la palabra en la boca.

Wild Horses RAURA [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora