Capitulo 29

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Y de repente se alejó de ella en un respiro. Laura abrió los ojos para ver lo que pasaba y allí estaba Ross. En ese mismo momento le dio un puñetazo a Paul  en el rostro, haciéndolo caer al suelo. Ella se llevó una mano a la boca y solo pudo quedarse allí parada. Ross estaba completamente fuera de sí. Había estado observando todo, ya que había estado siguiendo a Laura.

Desde que ella había informado que iría todos los días a la casa de los Smith, ÉL SE HABÍA COMPROMETIDO CON SÍ MISMO A SEGUIRLA PARA ASEGURARSE DE QUE LLEGARÍA BIEN. Y lo mismo haría con la vuelta. Él sabía que algo así pasaría, el presentía que aquel maldito infeliz sería capaz de una cosa así. Se acercó a él y le proporcionó una patada en una de sus costillas.

— ¡Tolero que robes nuestro ganado!

Le gritó y volvió a golpearlo. Lo tomó de la nuca y lo puso de pie

— ¡Tolero que intentes quemar nuestras cosechas!

Otro golpe más, la furia corría por sus venas

— ¡Tolero que intentes matar a mi primo, que no respetes a mi gente!

Se acercó a él y lo tomó de la ropa acercándolo

—Pero no voy a soportar que le toques un pelo a ella, ¿entiendes eso, imbécil?

Lo soltó y volvió a golpearlo.

— ¡Ya, Ross, ya basta!

Escuchó que ella decía y pronto unos delgados brazos lo rodearon por detrás. La respiración del rubio salía agitada de su cuerpo, mientras observaba a Paul tirado en el suelo, agarrándose el rostro

—Vamos, Ross, por favor llévame a casa...

Él giró y su corazón se encogió al ver el miedo que reflejaba los marrones ojos de ella. Ese infeliz debería morir por haberle causado aquello, claro que sí. La acercó a él y le besó la frente.

—Tranquila, ya pasó —musitó cerca del nacimiento de sus cabellos.

Laura escondió el rostro cerca de su pecho y se quedó allí. Estaba segura de que no había lugar más seguro que ese. 

—Por favor, vayámonos de aquí —le pidió.

Él asintió y comenzó a caminar sin dejar de abrazarla.

— ¡Eres un maldito infeliz, Lynch! —le gritó Paul. 

Ross lo miró sobre su hombro. El bastardo se estaba poniendo de pie. Su nariz sangraba y pronto tendría un ojo morado. 

— ¡Vuelve a intentarlo, Smith, no saldrás vivo la próxima vez! —le advirtió. 

Sintió que Laura se tensaba contra él. La abrazó un poco más y volvió la vista al frente mientras se dirigían a su caballo. Caminaron en silencio, simplemente abrazados. Ella aún estaba alterada, se notaba por los leves temblores que daba su cuerpo. Jamás había pasado por algo como aquello y definitivamente no quería volver a pasarlo. Entonces comenzó a pensar. ¿En qué momento llegó Ross para socorrerla? Se alejó un poco de él y levantó la mirada. Él miraba fijamente al frente.

—Ross —lo llamó.

Él alzó ambas cejas en forma de pregunta

— ¿Cómo sabías que yo estaba aquí?

—Te seguí —contestó simplemente.

Los ojos de Laura se abrieron a causa de la sorpresa. ¿Él la había estado siguiendo?

—Pero, ¿por qué?

—Desde ayer decidí seguirte. No me parecía seguro que vinieras sola para estas tierras. Ya vez que es bastante peligroso.

Wild Horses RAURA [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora