Capitulo 22

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—No eres Rocky —dijo la chica.

—No, soy Laura —dijo ella.

—Oh, lo siento. Yo... no debería estar aquí —se disculpó y se dispuso a irse.

— ¡Espera! —La detuvo la morena — ¿Tú eres Chloe?

La castaña asintió tímidamente. Calum  se acercó a Laura y le sonrió a la muchacha.

—Así que tú eres la famosa Chloe por la que el lindo castaño está herido y postrado en la cama.

— ¡Calum! —lo retó Laura.

Chloe se sonrojó.

—Lo siento —se disculpó —Yo no quise que eso pasara.

Chloe desapareció de allí. Laura miró mal a Calum  y salió detrás de la chica para pedirle disculpas por su amigo. La divisó caminando hacia la parte delantera del gallinero.

— ¡Oye, Chloe! —la llamó.

La castaña no se detuvo. Pero entonces Laura aceleró el paso y la alcanzó

—Espera, espera

Chloe se giró a verla

—Disculpa a mi amigo, es algo... tonto.

—No pasa nada —murmuró ella. 

Entonces escucharon los cascos de varios caballos. Las dos miraron hacia la casa y allí estaban ellos. A Chloe se le detuvo el corazón. Allí estaban su padre y sus hermanos, buscándola. 

—Oh, oh... hay problemas —dijo Laura.

Ross llegó justo cuando vio que Robert Smith intentaba entrar a la casa de los Marano a la fuerza. Damiano y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Paul, el hijo mayor de Robert, se giró a verlo. Sonrió con malicia.

—Pero miren a quien tenemos aquí —dijo con sarcasmo —Al peón jefe. 

—Cállate, Paul —dijo Robert —No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Marano.

—Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.

—Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?

—Porque usted no es bienvenido aquí —habló Stormie apuradamente —No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.

—Ya dije que fue un error.

—Sí, haber fallado —murmuró Adam.

Robert lo miró mal. Ross se acercó hasta dónde estaba su madre y Damiano, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Smith. 

—Creo que el señor Marano fue claro, señor Smith. Su hija no está aquí. 

Robert se acercó otro paso a él, desafiándolo. Ross ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Paul y Adam sacaron sus armas. 

—Van a dejarme pasar —aseguró Robert.

—No —sentenció el rubio.

Sintió la mano de su madre apretarlo con fuerza por detrás. 

—Esto es demasiado, Smith —dijo Damiano algo nervioso —No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.

—Entonces déjenme pasar.

— ¿Qué sucede aquí? —preguntó una voz femenina.

Todos los ojos giraron a verla. Laura estaba parada con una mueca preocupada y a su lado estaban Chloe y Calum, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Ross y sus hijos guardaron sus armas. 

— ¿Laura? —preguntó Paul.

Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.

—Paul  —le dijo distante y volvió la vista a Ross —Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?

Robert dio unos pasos hasta Chloe y justo cuando iba a tomarla del brazo, Laura se puso en su camino. El padre se tensó. 

—Chloe ven aquí —le dijo.

Ella ni se movió.

—Espere, espere, espere —dijo la castaña —Necesito saber que sucede.

—Ellos vinieron a buscar a Chloe porque creyeron que estaba con Rocky —Contestó Ross.

Laura y Calum soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.

— ¿Con Rocky? —Dijo el pelirrojo —Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.

—Y Chloe ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos —dijo Laura mientras le mostraba una de las canastas. 

Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a Damiano

—Lo siento, Marano.

—Está bien —dijo Damiano.

—Nos vamos, muchachos —les dijo a sus hijos —Chloe.

La chica le entregó la canasta a Laura con una pequeña sonrisa en los labios.

—Muchas gracias —murmuró.

—De nada —sonrió ella.

Chloe se acercó a su padre. Luego de unos cuantos segundos todos vieron como ellos se alejaban. Laura y Calum  suspiraron aliviados, habían logrado convencer al ogro. Chocaron sus manos y luego hicieron un baile de la victoria. Ross los miró divertido, al igual que Damiano y Stormie.

—En realidad no estuvieron todo el tiempo con ella, ¿cierto? —preguntó Damiano.

—No —dijeron los dos al unísono. 

—Estaba por ver a Rocky, ¿verdad? —preguntó Stormie. 

—Si —volvieron a decir como loritos.

—Vamos a tener que ponerle verdaderamente los límites a ese jovencito —dijo la madre de Ross —Pero ya, entremos que el sol ya no está y la noche se pone algo fresca.

Wild Horses RAURA [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora