Capitulo 54

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Ella terminó de sacar la última maleta que le quedaba. Charlie, su chofer, la tomó y la metió en el maletero del coche que iba a llevarla a ella y a Calum a tomar el avión que salía dentro de dos horas de allí. Soltó un suspiro y miró hacia la casa que estaba detrás de ella. Su mejor amigo salía de allí con todos sus bolsos y cosas. Ella sonrió levemente y se acercó a para ayudarlo. 

— ¿Por qué te niegas a decirme que pasó? —le preguntó él y la dejó ayudarlo.

—Ya te dije que no pasó nada, Calum...

—Mentira —sentenció él —Llegaste llorando y te encerraste en tu cuarto a hacer las maletas. 

—Es solo que las cosas no van a suceder como yo lo creí...

— ¿Lo vas a dejar aquí? —preguntó.

—No puedo obligarlo a ir conmigo. Este es su lugar y lo entiendo. 

—Debería ir a patearle el trasero...

Ella sonrió y llegaron hasta Charlie. El chofer terminó de acomodar las cosas. Damiano salió de la casa con Stormie del brazo.

— ¿Están listos? —les preguntó.

Laura respiró profundamente y asintió. Su padre se acercó a ella y le dio los billetes y varias carpetas con negocios y esas cosas. El cielo relampagueó y ellos miraron hacia arriba. Ya comenzaba a lloviznar. 

—Vámonos —Sugirió Charlie —Antes de que los caminos se llenen de lodo y lleguemos más tarde de lo que tenemos que llegar.

El chofer se subió al auto y prendió el mismo. Calum se acercó a Stormie para abrazarla cariñosamente.

—Te voy a extrañar muchísimo, Stormie, eres un encanto de mujer y yo mismo me voy a encargar de mandar a hacerte el mejor vestido de novias del mundo...

Stormie sonrió con los ojos vidriosos.

—Muchas gracias, Calum. Me alegro mucho de haberte conocido. Más te vale que estés aquí para la boda.

— ¡No me la pierdo ni loco! —exclamó y rieron por lo bajo.

Se alejó de ella y abrazó a Damiano.

—Cuida bien a mi princesa. —le indicó.

—Siempre, Damiano, ¿con quién crees que estás hablando? —preguntó divertido.

Se despidió de ellos con la mano y se subió al coche. Laura se acercó a la pareja y les dedicó una pequeña sonrisa. Stormie miró a Damiano y él también la miró a ella, para luego volver la mirada a su hija.

—Dale tiempo... —le dijo Stormie —Está asustado. 

Laura apartó la mirada de ella y sintió que el nudo en su pecho se hacía más grande. En ese momento Ross era lo que ella más necesitaba y él simplemente la dejaba caer. 

—Nos veremos en un par de meses, Stormie —le sonrió y la miró —Cuida mucho a mi papito guapo. Sé que lo dejo en un muy buenas manos. 

—Claro que sí —dijo ella y se acercó a abrazarla.

Laura cerró los ojos y dejó que aquel abrazo la llenara. Stormie era una mujer que le trasmitía seguridad.

—Él te ama, Laura, jamás dudes de eso —le susurró al oído —Pero solo teme no poder darte lo que él cree que necesitas...

—Yo solo lo necesito a él —murmuró ella.

—Lo sé, lo sé —asintió Stormie y le acarició el cabello. 

Charlie tocó la bocina, avisándole a Laura que se apresurara, ya que la lluvia comenzaba a caer con más fuerza. La chica se alejó de Stormie y abrazó a su padre.

—Te llamaré en cuanto apenas lleguemos —le dijo.

—Está bien, mi cielo. No sabes cómo te agradezco que estés haciendo todo esto por mí. Te amo.

—Y yo a ti, papi. —asintió sonriendo.

Él besó su frente. En ese momento Ross salió de la casa. Laura le dedicó una pequeña sonrisa.

—Adiós, señorita Laura —le dijo él —Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.

—Adiós, Ross. —dijo ella con un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar.

Hubiese deseado despedirse de él de otra forma. Suspiró y salió de debajo del pequeño techo que los resguardaba de la lluvia para acercarse a la camioneta. La lluvia empapó un poco su rostro y su cabello rubio. Estaba por subir cuando escuchó el relinche de un caballo a lo lejos. Giró la cabeza hacia el sonido y allí los vio a ambos. Ross y White la miraban desde la distancia.

—Estaré bien —musitó ella, creyendo que él por ahí podía leer sus labios.

Pero en realidad no lo estaría. Claro que no. Ross vio como ella se subía al auto y cerraba la puerta. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, empapándolo aún más. White se movió algo nervioso, pero él lo calmó. La camioneta arrancó y con ello la desesperación de Ross. Ahí se iba de nuevo EL AMOR DE SU VIDA. Lo dejaba. La veía alejarse, la perdía esa noche. No lo entendía. No entendía por qué simplemente no podía agarrar e irse con ella.

No entendía por qué no podía mantenerla a su lado. Golpeó a White a un costado y el caballo salió a toda velocidad por el medio de un camino de árboles que daba justo al costado del camino por el cual la camioneta iba pasando. Logró alcanzar la velocidad del vehículo. Pero no podía ver a Laura, ya que los vidrios eran polarizados y entonces el auto aceleró, la lluvia se hizo más intensa. 

White se detuvo y ella y todas sus esperanzas desaparecieron bajo el temporal. Otra vez se sentía como un niño de 13 años, al que le arrebataron una parte de su corazón. Entonces las primeras lágrimas cayeron por sus empapadas mejillas. La había perdido de nuevo, solo que ahora él tenía toda la culpa.

Wild Horses RAURA [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora