—A Ross lo picó una serpiente.
—Oh dios mío —dijo sin poder creerlo —Eso es horrible.
—Me muero si le pasa algo, Calum, me muero —aseguró ella.
Él volvió a abrazarla y le acarició la espalda.
—Nada va a pasarle a tu galán, Laura —le aseguró —Él es fuerte.
Ella solo asintió y se quedó junto a él. No iba a irse de esa puerta hasta que el médico saliera. Luego de unos interminables minutos al fin salió. Todos se acercaron a él.
— ¿Cómo está mi hijo? —le preguntó Stormie.
—Él está bien —sonrió el médico —Solo tiene mareos, pero es normal, tiene un poco de veneno, pero la gran parte ha sido extraída a tiempo. La persona que lo hizo, lo hizo muy bien.
Todos miraron a Laura. Ella no supo que decir y solo pudo sonreír nerviosamente.
— ¿Puedo pasar a verlo? —preguntó ella.
—En este momento está sedado y le dejé un par de medicamentos que tiene que tomar por una semana. Lo más probable es que le suba la fiebre en estas primeras 48 horas, pero si quieres puedes entrar a verlo.
Laura iba a entrar pero se giró a mirar a Stormie.
— ¿No quieres entrar tú, Stormie? —le preguntó.
La mujer le sonrió dulcemente.
—No, cielo, ve tú.
— ¿Segura? —inquirió.
—No hay nada mejor para Ross, que su dulce Laura —le dijo.
Stormie entró al cuarto de su hijo y encontró a Selena sentada en una de las sillas, mirando una revista de moda que seguramente Calum había dejado tirada por allí. La castaña la miró al instante y se puso de pie para acercarse a Ross y fingir preocupación. Stormie resopló, ella ya conocía aquel teatro. Lo peor de todo era que se había quedado todo el día en la casa, no dejando a su hijo descansar realmente. Por suerte ya habían venido por ella.
—Tu padre está esperándote en la puerta —le dijo. Selena la volvió a mirar.
—Dile que voy a quedarme a dormir aquí.
—No —dijo Stormie —Vas a irte ahora, Selena.
— ¿Qué te pasa, Stormie? —Le preguntó — ¿Por qué me tratas así?
—Niña, estoy cansada. Ha sido un largo día y quiero ser yo la que cuide de mi hijo. Tú vete a tu casa y mañana puedes volver a verlo.
—Pero...
—Sin peros, Selena. Vamos.
Selena se puso de pie y salió de allí sin siquiera despedirse de Ross. Stormie negó con la cabeza y miró a su hijo una vez más antes de cerrar la puerta y dejarlo solo.
—Laura —murmuró el rubio entre medio despierto y medio dormido.
Levemente abrió los ojos, pero los volvió a cerrar al sentirse tan cansado. Comenzaba a despertarse y la sensación de que un millón de caballos le pasaron por encima lo invadió. Le dolía todo el cuerpo, principalmente el hombro derecho.
Respiró profundamente y se destapó un poco. Estaba sudado, pero sentía un molesto frío calándose hasta los huesos. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en su cuarto, pero ¿dónde estaba Laura? ¿Por qué no estaba allí con él?
Él la quería a su lado, quería ver su bello rostro. Verla sonreír, escucharla hablar, sentirla respirar. Simplemente la quería frente a él. Si, necesitaba verla, necesitaba buscarla y tenerla cerca. ¿Qué podía pasar? Absolutamente nada. Desde que ella había llegado solo había hecho estragos con él y ahora él tenía que cobrarse aquello.
Sí, claro que sí. Se puso lentamente de pie. Todo dio vueltas a su alrededor. Sonrió estúpidamente, se sentía como un borracho. En ese momento se sentía perfectamente bien como para ir hasta el cuarto de Laura Marano y cantarle las 40 de una vez.
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Wild Horses RAURA [ADAPTADA]
FanfictionEl primer amor nunca pensó que con el paso de los años se volvería tan salvaje como un caballo. *ATENCIÓN ES UNA HISTORIA ADAPTADA, NO ES MÍA* Créditos a su autora original