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Aman - viernes 29 de julio.

Esta semana fue tan rara, no me sentí ni bien ni mal, pero sentí raro a todo el mundo...o si se le puede llamar todo el mundo a Agus.

A ver ¿cómo les explico?...podría empezar del principio, desde el viernes pasado o mejor dicho desde el finde pasado.
Literalmente se pasó todo el finde en mi casa, la idea de completar esa lista sigue en espera porque no tuve mi día de espacio personal.
Pero la peor parte es a partir del martes. Se comporta raro, como alejado. Es decir, como que no quiere estar conmigo, le mandé dos días seguidos para juntarnos y siempre me pone una excusa, encima papá hizo dos entrenamientos más, miércoles y jueves, y no me hablaba tanto, trataba de evadirme y me miraba como con lástima.
De verdad no sé qué le pasa pero no quiero seguir así, por eso hoy le voy a preguntar. Si me está ocultando algo es mejor que me lo diga porque odio que me mientan por mucho tiempo con algo que sea importante.

Papá debe de estar por llegar porque hace unos minutos, antes de que toque el timbre de salida, le mandé que ya podía venir a buscarme.
Quería contarle a Lucas mi semana, pero debe estar en el quinto sueño porque allá en Los Ángeles tienen 4 horas menos, mientras que acá son las 12:20 pm, allá son las 8:20 pm, osea que imposible que Lucas esté despierto. No sabe lo que es madrugar.

Una bocina frente a mi me saca de mi mundo. Era el auto de Agustín, que raro.

Veo que baja la ventana de copiloto y me hace una seña de que me suba. Estaba un poco confundida pero de igual forma le hice caso y me subí.

—hola.—lo saludé con la mano.

—hola...Aman.—sonríe para abajo y comienza a manejar.

—¿por qué viniste vos?.

—tu papá me lo pidió porque él no iba a llegar.—desde que entré al auto noté lo tenso que estaba.

arrugué las cejas todavía confundida.—oh...claro.

—y también po-porque yo...tengo q-que...decirte algo Aman.—aprieta el volante como si estuviera nervioso.

—¿qué cosa?.

—yo-yo...

—dale Agus, no tengo paciencia.—la intriga era más fuerte que yo.

—yo...Aman yo creo que deberiamos dejar todo acá.—eso salió tan seguro de su boca.

No caía en lo que me habia dicho. ¿Está hablando en serio? Fue él quien quiso estar conmigo ¿y ahora quiere cortar todo?.

—¿q-qué?.—fue como una punzada en el corazón.

Le di hasta mi virginidad y le re chupó un huevo porque una vez que lo consiguió me deja.

—si, yo-yo...tengo que irme al club donde juego...y una relación a distancia jamás termina bien. Por eso prefiero dejar las cosas acá, antes de lastimarte cuando esté a muchos kilómetros y no sepamos lo que hacemos.

—pe-pero qué sabes si...—me interrumpe.

—Aman, no la hagas más difícil. Prefiero que terminemos bien acá y no mal desde liles de kilómetros. Yo no sé lo que voy a hacer, pero llego a salir, te tengo a la distancia y no podes saber lo que hago.

Eso me habia pegado fuerte. Estaba enojada, decepcionada, frustrada, todo junto. Mi única opción ahora era hacerme la fuerte y devolversela peor. Yo cuando estoy molesta no mido lo que digo.

—bien las pelotas..sabes qué, morite Agustín. Solo lo haces porque tenes unas ganas de acostarte con cualquiera y conmigo te lo prohibís. No siempre una relación a distancia termina mal.—justo se estaciona frente a mi casa y abrí la puerta rápidamente, pero su agarre en mi brazo me frena.

ɢɪʀᴏ ɪɴᴇꜱᴘᴇʀᴀᴅᴏ - ᴀɢᴜꜱᴛÍɴ ɢɪᴀʏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora