Always Doesn't Mean Forever: Book 2 (Severus Snape)

Capítulo 12: Todos jugamos una parte.

POV de Severus

-Ha pasado el tiempo suficiente Albus. Ha pasado un mes desde lo que pasó con la chica y Alex no ha salido de su cuarto en dos semanas. Sus calificaciones son terribles. Estoy noventa y nueve por ciento seguro de que no ha comido en absoluto. Puedo entender que ella necesite tiempo, pero estoy preocupado y tú deberías estarlo.

-Siempre me preocupo, Severus - Dijo mirando por la ventana de espaldas a mí.

-¡Seguro como el infierno! ¡No parece como tal!

-Estoy de acuerdo en que ha sido demasiado tiempo.

-Bueno, por supuesto que dirí... ¿Qué? - El viejo mago lentamente se volteó a mirarme.

-Estoy de acuerdo en que ha sido demasiado tiempo.

-Bueno... Sí, lo sé - Dije enderezándo mi túnica.

-Vamos a por ella.

-Ha cambiado la contraseña. No puedo entrar.

-Severus, creo que a veces olvidas que soy el director de esta escuela. Puedo entrar en cualquier habitación de este castillo si quiero. Vamos - Salimos de su oficina y  nos dirigimos a las mazmorras. Nunca voy a ignorar como este hombre se ve cuando camina. Como si estuviera flotando. Es bastante inquietante lo tranquilo que es. Sobre todo en momentos como este. A medida que nos acercábamos a la pared frente a su habitación, mi corazón comenzó a latir agitadamente. No tenía un buen presentimiento.

-Alex - dijo Albus un poco más fuerte de lo que generalmente hablaba - El profesor Snape y yo estamos aquí. Abre la pared, querida - Esperé con impaciencia una respuesta, pero a su vez, sólo había silencio. Vi como el viejo mago respiraba hondo y se paraba frente a la pared con su varita. Poco a poco pasó su varita a lo largo de la pared y vi como comenzaba a abrirse.

-¡Alex vamos a entrar! - Le dije mientras que la pared se abría lo suficiente como para que deslizarme a través de ella. Cuando entramos en sus aposentos en la sala de estar, la extraña sensación había crecido. Algo no estaba bien. No había luz en la habitación. Todo estaba oscuro. Ni siquiera la chimenea estaba encendida y hacía mucho frío. Oí los pasos de Albus detrás de mí y ambos observamos el lugar por un momento. El polvo cubría casi todo. Parecía como si nadie viviera aquí. Albus y yo iluminamos el lugar con nuestras varitas, y poco a poco comenzamos a hacer nuestro camino por el pasillo.

 -¿Alex?

-¿Alexandra? - Una vez más no hubo respuesta. Miré de nuevo a Albus antes de caminar a la puerta de su dormitorio. Llamé y sentí mi pecho apretarse cuando no escuché ni siquiera un movimiento. ¡Oh, no!... sin pensar por más tiempo derribé la puerta. Alex no estaba en ningún lugar visible. Miré a mi alrededor y vi algo que hizo que mi corazón cayera. Su guitarra yacía en el suelo en un millón de pedazos. Sacudiendo la cabeza, corrí a la puerta del baño y llamé antes de derribarla luego de que solo hubo más silencio. Nunca estaría preparado para lo que vi ante mí. Sólo podía mirar. Delante de mí, en el suelo estaba la mujer que amaba más que a nada. El suelo estaba cubierto de sangre seca, junto con su ropa, cabello y ella misma. De arriba abajo sus brazos, piernas, y su estómago, mostraban cortes. Me sentí enfermo mientras mi corazón martillaba contra mi pecho.

-¡ALEX! - Me dejé caer a su lado y tomé su muñeca para comprobar su pulso. Por un segundo no sentí nada, entonces después de unos momentos allí estaba el pequeño latido - ¡Está viva!

-Tenemos que llevarla a Poppy ahora - Vi como Albus salía de la habitación con rapidez. Me incorporé y tomé a Alex en mis brazos, manteniéndola cerca de mi.

-Vamos, amor... resiste - Caminé lo más rápido que pude. Todo parecía tan borroso. Había pasado a Albus y me dirigí a través del castillo lo más rápido que pude. Entonces, sin importarme quién me viera, corrí. Sostuve a Alex herméticamente y susurré mientras corría - Vas a estar bien. Merlin, Alex ¿Por qué has hecho esto...? - Apenas podía ver a los mirándome, muertos por saber qué pasaba. Alex era un espectáculo en el momento. Cubierta de sangre, con el cabello enmarañado.