Always Doesn't Mean Forever: Book 2 (Severus Snape)

Capítulo 19: No es lo mismo.

Alex POV

Ahí estaba en toda su gloria. La pintura roja y negra brillaba, incluso en la tenue iluminación de la plataforma nueve y tres cuartos. Tan viejo pero tan hermoso como siempre. El Expreso de Hogwarts. Con mi boleto a casa en mano. Mi baúl yacía perezosamente a mi lado mientras papá y yo escaneábamos un minuto más, la belleza que yacía delante de nosotros. Era, en cierto modo, un hogar para ambos. Nuestro hogar nunca sería el mismo otra vez. Para cualquiera de nosotros. Lo que realmente formaba un hogar era la gente con la que compartíamos. Para papá todos se habían ido. Yo había perdido una de las personas más importantes en el mundo para mí, pero tenía tres más allí. Tres personas por qué volver. Tres personas por las que llegar a casa. Él no tenía a nadie. Mi corazón, siempre, sufría por él. Llegamos aquí temprano. Cerca de veinte minutos antes para ser exactos, así que nos tomamos nuestro tiempo. Después de unos momentos de silencio me volví a papá.

-Ya no se siente bien. Abordar este tren sin ella. Marissa fue la que siempre estaba allí... - Papá me atrajo en un fuerte abrazo mientras besaba mi cabeza.

-Lo sé. Sé cómo se siente. Tuve que hacerlo también. Nunca pensé que subiría a ese tren sin ellos a mi lado. Hace unos años lo hice. James estando muerto, creyendo que Peter también lo estaba, y Sirius pudriéndose en Azkaban marcado como traidor. Se me rompió el corazón incluso entrando en la estación. Me sentí como si estuviera sofocado por los recuerdos de ellos tres. Mis tres mejores amigos. Mis dos hermanos y el hombre que amaba... - A medida que oía sus últimas palabras, la confusión nubló mi mente.

-¿El... el qué? - Papá suspiró y me llevó a una esquina, lejos de todo el bullicio de padres y los niños ansiosos.

-El hombre que amaba Alex - De repente todo parecía encajar.

-Sirius... - dije en un susurro. Papá cerró los ojos suavemente durante un minuto y se tragó el miedo a la verdad que creció en su garganta.

-Sí. Sirius.

-¿Estabas enamorado de él...? - Papá asintió mientras las lágrimas rodaban por sus ojos - Todavía estás enamorado de él.

No era una pregunta. Lo podía ver. Él simplemente asintió con la cabeza de nuevo. Esperé a que dijera más. Después de unos minutos empezó a hablar de nuevo en voz baja.

-En nuestro sexto año... pasó todo. Sabía que lo amaba desde mi tercer año. Ese fue el año en cual me admití a mí mismo que estaba enamorado de él. Me mantuve en silencio al respecto por otros tres años, hasta... hasta un día... James y Peter se olvidaron de mi transformación porque estaban completamente absorbidos con su primera gran broma del año. Sirius también lo estaba, eso sí, no tanto como ellos supongo. No lo suficiente como para olvidarse de mí. Esa noche me tomé mi poción y me dirigí a la Casa de los Gritos solo, enojado, y herido. Unos minutos antes de mi transformación Sirius se presentó, todavía en forma humana con una sonrisa simpática. inusual para él en ese momento...

Recuerdo.

Remus Lupin estaba sentado solo en un rincón sucio y oscuro en la Casa de los Gritos, a la espera, con el corazón encogido, del dolor que iba a seguir pronto. Sin embargo Remus ya estaba herido. No por el evento mensual, sino de la dolorosa verdad de que él había molestado a sus amigos demasiadas veces y ellos se habían cansado de él. Así como él sabía que lo harían. Sus amigos lo habían olvidado. Lágrimas saladas picaron en los ojos del joven hombre lobo mientras su corazón se encogía de miedo y dolor. Remus se estremeció al sentir la salida de la luna creciente cerca. Sería pronto. Media hora como máximo.

Unos minutos más tarde Remus se levantó levemente mientras el silencio fue roto por el sonido de pasos previos a su cuarto. Sirius Black apareció en la puerta y miró a Remus con una pequeña sonrisa y mirada de disculpa en sus ojos. Tenía sus manos metidas en los bolsillos, con el pelo desaliñado. Él sólo se quedó allí mirando al hombre asustado y roto ante él.