Vin Jin

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— Es un grupo de estudio, no un gallinero —tapé mis oídos, escuchar a Vin Jin cantar era... El peor castigo que alguien podría recibir.

El director lo había dejado aquí una vez salieron las notas, en dónde se evidenciaba que... Era el peor estudiante de la preparatoria.

¿Piensa que yo hago milagros? Él ni siquiera pone de su parte ¿Por qué yo debería?

— Estás celosa, probablemente eres de las que escucha de esas canciones aburridas.

— El Jazz es relajante.

— Sí, tú también eres aburrida. —él miró el salón y se quitó los audífonos— con razón en este grupo de estudio... Solo estás tú.

Me sonrojé y fijé mi vista en mi libro, dispuesta a ignorarlo.

Era cierto que había formado un grupo de estudio, pero nadie asistía. No porque no estuvieran interesados, sino porque serían el centro de burla.

— Ven, salgamos a divertirnos. —se levantó del asiento y me extendió la mano.

— Se acercan los exámenes.

— Aburrida~ —un tic se instaló en mi ceja.

— No hay tiempo, por eso eres el peor estudiante. Debes estudiar.

— Y tú deberías dejar de ser tan nerd. —volvió a tirarse en la silla.

— Bueno, pues nos vamos a los extremos, supongo.

Escuché como se maldecía a sí mismo. Aunque grande fue mi sorpresa cuando tomó un libro de los que tenía a un lado, y comenzaba a ojear sus páginas.

Se le notaba aburrido, pero era un avance para un tipo como él.

Sin darme cuenta, sonreí.

— Solo treinta minutos y salimos a un café. —ordenó.

Y yo simplemente no fui capaz de negarme.

Agradecí mentalmente la paz y la tranquilidad que hubo durante esa media hora, porque aunque Vin Jin fingía estar leyendo (porque sé que lo hacía), yo pude por primera vez, estudiar con alguien... No emitimos ni un sonido durante la sesión, pero tampoco hizo falta para que esta fuera cómoda y productiva (en mi caso, claro).

— Bien, nos vamos. —dijo levantándose. Yo asentí sin decir nada y comencé a guardar mis cosas.

Una vez salimos del salón, ví a una rubia acercándose a nosotros.

— Mierda —sentí cómo tomaba mi mano, pero antes de poder decir algo, él salió corriendo— No va a parar de molestarme.

¿Acaso ella era una bravucona?

Una vez llegamos a una cafetería, empecé a ver a todos lados. Solía entrar, pedir un café, e irme a estudiar a la escuela... No solía fijarme en el lindo ambiente.

Y la carta... No pensé que existieran tantas cosas dulces.

— Pídela. —me dijo Vin Jin, yo me sonrojé cuando se dió cuenta de la imágen que yo estaba viendo.

Malteada de frambuesa con galletita de gatito

Ni siquiera sabía que podía tener un nombre tan largo.

— También eres infantil~ —llamó al mesero y sin preguntarme que quería, pidió la malteada de gato para mí. Mientras que para él, pidió un café y un tipo de pan relleno.

Me sonrojé cerrando la carta.

Comenzamos a hablar, aunque realmente no sé si le puede llamar conversación cuando yo me la criticando su actitud y desinterés hacia su promedio en las notas, mientras que él se burlaba de mi... Nulo conocimiento en cafeterías y "diversión".

Una vez llegó nuestro pedido, casi grito por el tamaño de la bendita malteada.

¿Desde cuándo las bebidas son tan altas? Eso se ve tan dulce...

Empecé dando un sorbo.

Estaba tan delicioso que hice a un lado el pitillo y empecé a beber del vaso luego de quitar la galleta que estaba puesta delicadamente en la punta de la crema de Chantilly.

— ¿Ves de lo que te has estado perdiendo?

— ¿Por qué... Me invitaste? —tosí un poco, recobrando la compostura e ignorando sus burlas.— Pareces de los que le gustan las fiestas y cosas más movidas.

— No estás del todo equivocada. —se inclinó un poco hacia mí, me puse nerviosa cuando empezó a acercar su mano— Pero... Siempre he querido venir con una chica linda.

Pasó su dedo por encima de mis labios, me sonrojé fuertemente ante la caricia.

— ¿A qué es divertido~? —finalmente, llevó su dedo a su lengua, y yo pude notar como este tenía crema.— Muy dulce.

Cogí una servilleta y la pasé bruscamente por mi boca y mejillas.

Aún sonrojada y sin saber que decir sobre su acción descarada, decidí cambiar el tema.

— ¿Por qué usas esas gafas? No está haciendo sol.

Por un momento me arrepentí de la pregunta, su semblante había cambiado abruptamente. Aunque no tardó mucho en volver a ser el de antes.

— ¿Quién sabe? Te lo podría contar en las próximas citas. —sonrió un poco burlón— Porque vamos a volver a salir.

No era una pregunta.

Y nuevamente, la idea no me molestaba del todo.

One-Shots || Lookism-Hit ViralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora