One-Shots || Lookism-Hit Viral

Samuel Seo

Miré su pecho y luego el mío... Sí, la vida es injusta a veces.

— ¿Me estás escuchando?

— Secuestrar streamers, sí, lo entiendo.

No separé la vista de su pecho y toqué el mío, el cual apenas y se notaba que existía.

— Serás mi secretaria.

— Soy tu esposa, Samuel.

Y aún así no entendía el porqué estábamos casados. Es decir, soy medio pendeja, y si hablamos de apariencias, bueno... Él tiene más busto que yo, eso dice todo.

Acerqué mi mano y palmeé su pecho.

— Hasta dentro de poco. —volví a hablar— ¿Te casaste conmigo porque te gusta humillarme?

Miré hacia arriba, Samuel se acomodó el traje y me miró serio.

— Me casé contigo porque... —parecía un poco confundido— porque supongo que te amo.

— ¿Supones?

Alzó los hombros, poco interesado por la conversación.

Agaché la cabeza y me recosté sobre su pecho, lamentando toda esta situación. Mi marido no sabe porque se casó conmigo.

— Da igual, deja de pensar en idioteces.

— Tarde.

Él suspiró, pero no me movió de mi lugar. En cambio, pasó un brazo por mis hombros y comenzó a caminar un poco llevándome con él.

Hizo un gesto a una chica que pasaba y yo me alejé de él.

Estábamos en el trabajo.

— No sé porque te amo. —se sinceró— Pero lo hago.

— ¿Gracias?

Miró a ambos lados, no había nadie, seguíamos en el pasillo y todos estaban en su hora libre para almorzar.

Cuando iba a abrir la boca, sus labios atraparon los míos. Me sobresalté aún más cuando profundizó el beso tomando mi nuca con una mano, mientras que con la otra me atraía por la cintura.

Me sonrojé sintiendo como su lengua se abría paso y yo no podía hacer nada.

Samuel era brusco, y eso era algo que me encantaba de él.

Su mano subió y bajó consecutivamente entre mi cintura y cadera.

Y yo solo pude corresponder como podía, arrugando su traje con mis manos al no saber cómo sostenerme.

Una vez se separó, me regaló una sonrisa. Una de esas que solo él sabía hacer.

— No pienses en tonterías. —susurró contra mis labios— Toca trabajar. Espero haya quedado claro.

— Tra...bajar. —balbuceé un poco, él se alejó y yo pude volver a mis cabales— oh... Sí, secuestrar gente, déjamelo a mí. —alcé mis brazos.

— Sí... Realmente no sé porque lo hago.  —me miró extrañado.

— ¿Qué cosa?

Él suspiró viéndome.

— Nada, vámonos.

Samuel comenzó a caminar por el pasillo, y yo fui detrás de él dando pasos más rápidos y largos para seguirle el ritmo.

Él me miró de reojo, y yo solo pude hacerle una seña de aprobación.

A veces era un poco bipolar.

— Pero supongo que está bien.

— Samuel, eres extraño. Estás diciendo cosas sin sentido.

— Sí claro, yo soy el extraño aquí.

Me regaló una sonrisa sincera, y... Aunque Samuel no sepa porque me ama, yo si lo amo.

Lo amo muchísimo.