愛 Temptation ᯇ ﹙ jjk ₊ ksj ﹚ 🕷🕸

Capítulo 25

—¿Por qué el amor debe ser tan confuso?— bufé en voz alta, recostado en el sofá de mi mejor amigo, la televisión pasando una extraña propaganda de pasta dental demasiado escandalosa para mí gusto.

—Porque si no lo fuera nadie lo apreciaría como merece— respondió Jimin alzandose de hombros— la parte más emocionante del romance es la incertidumbre de un comienzo— continuó— claro, también trae mucho sufrimiento, pero cuando al fin ambas almas logran conectar, créeme, harán de todo para continuar unidas—

Sonriendo, alcé una ceja hacia mi mejor amigo, observando cómo su rostro soñador delataba cuán enamorado estaba de la idea del amor.

—Eres un maldito romántico— reí viendo su expresión, sin demostrar que internamente, sus palabras me habían hecho mucho más sentido del que esperaba.

—Lo soy, y me gustaría que tú también lo fueras— afirmó— sé que ahora no es tan fácil de ver, y que tú dramático trasero no te permite vivir en paz sin antes armar un horrible escenario de cada mínimo acontecimiento que te sucede— sonrió— pero deberías disfrutar el proceso— suspiró— enamorarte es la mejor cosa que podrá ocurrirte en la vida, y en vez de sentarte aquí a lamentarte por ello deberías estar feliz de saber que alguien logró robar tu corazón—

—Lo sé— suspiré una vez más, consciente de que Jimin tenía un excelente punto— sólo desearía que fuese un poco más sencillo— declaré— toda esta situación es demasiado para que mi mente pueda procesarla— dije mirándolo fijamente— me alegra la idea de estar enamorado— afirmé sin dudar— sólo no entiendo por qué elegí a alguien como SeokJin para hacerlo—

Y es que realmente todo sería muy diferente si mi corazón no hubiese decidido caer por el hermoso castaño de soñadores ojos y sonrisa de abultadas mejillas.

Podría haber conocido a una encantadora chica de mi vecindario, o pude caer por un atractivo hombre que visitara regularmente la cafetería frente a mi trabajo.

Después de un par de miradas discretas me habría animado a pedirle una cita, en ese escenario no habría motivos para temer hacerlo.

Nos habríamos enamorado a un mismo ritmo, y sólo bastarían un par de meses antes que de formalizaramos nuestra relación y viviéramos felices por siempre.

Pero para mi sorpresa o desgracia, no fue así.

Entre tantos hombres y mujeres en el mundo, y habiendo conocido a una gran cantidad de ellos a lo largo de mi vida, precisamente me había enamorado de él.

De un hombre comprometido y con una vida hecha junto a su verdadero amor.

Un hombre aparentemente feliz y conforme con sus elecciones de vida.

Un hombre que no está dispuesto a volverlo a intentar.

Porque él también es un hombre que ya ha entregado todo a alguien más.

Un hombre que ya vivió todo lo bueno y todo lo malo que un amor puede entregar.

Un hombre que ha soñado, llorado, reído y crecido en compañía de un tercero.

Un hombre que ya ha experimentado todo lo que una relación puede significar.

Mientras yo agonizaba por la sola idea de no entender por qué mi corazón no parecía latir con normalidad sin él a mi lado.

Somos diferentes, por supuesto que lo somos.

Hemos vividos diferentes experiencias de vida, y aún cuando la lista de razones por las que enamorarme de él no era una buena idea tenía una longitud preocupante, me las había ingeniado para lograr ignorarla exitosamente.