Let's do it right.

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•Capítulo dedicado a todas porque sinceramente perdí la lista donde las tenía anotadas y ya no se quien va :( así que si quieren dedicatoria, ponganme en los comentarios porfi❤ (qué raro sonó eso de porfi)
-∆

*Narra Laureen*

-Así que, viniste. -dije en parte con duda en mis palabras y tratando de no atropellarlas.

-Así es. -contesta.

Llevamos como quince minutos caminando y aún no llegamos a mi casa. Lo que me hace preguntar ¿¡Cómo demonios corrí hasta aquí tan jodidamente rápido!? Tal vez tenga un poder sobrenatural sobre el tiempo... Sí, debe ser eso.

-Me alegra que no respondieras la carta. -dice Antoine sacándome de mis pensamientos.

-Ehr, sobre eso... -¡demonios! No sé como decirle que "la verdad es que no te contesté la carta porque me daba un poco de miedo abrir el regalo"

Y... ¡Oh mierda! Pensé en voz alta. ¡Lo acabo de decir en voz alta! ¡Qué mierda me pasó!

-¿Miedo? ¿A qué? -pregunta confundido.

¡Un aplauso para mi enorme bocota que no se calla!

-Pues... No sé, a lo que hubiera dentro. -digo pero me doy cuenta que eso inclusive suena grosero. -Quiero decir, no porque tuviera algo malo, porque confío en ti y te quiero. -mierda la estoy cagando. -Querer de amigos. Tú sabes, amistad. Sólo eso. -y la sigo cagando. -Es decir... -empiezo a hablar pero no termino ya que el me calla poniendo su dedo índice en mis labios.

-No digas nada. Está bien y yo estoy aquí, ¿si? -dice y sólo logro asentir con la cabeza.

¿Qué me pasa? No soy la clase de persona que se pone como loca con un chico y menos ahora que tengo novio. ¡Wow! Es increíble decir que tengo novio, y más increíble aún quién es mi novio.

-Antoine, tengo novio. -digo y me separo rápidamente de él.

-¿¡QUÉ!? No Sunshine no, ¿qué?

-Así es, tengo novio, ayer nos hicimos novios, después de tanto tiempo y... -me interrumpe.

-Espera, espera, espera. ¿A qué te refieres con "después de tanto tiempo"? -pregunta y noto cómo se empieza a enojar.

Oh, no.

-No me digas que es con ese tipo, el tal Christian ése. -dice y empieza a cerrar sus puños.

Oh mierda.

Lo siguiente pasa tan rápido que apenas y me da tiempo de explicarlo, salgo corriendo de ahí pero no con dirección a mi casa, si no a la de alguien más, a la de Chris.

Llego tan rápido como puedo y empiezo a tocar la puerta como loca y la abre un extrañado Crawford.

-Hey Crawf, ¿puedo pasar? -digo de lo más natural. ¿Qué demonios?

Nuestro Presente (Chris Collins)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora