JunLian. Un regalo muy especial

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Xie Lian había despertado esa mañana antes que Jun Wu. Ambos compartían la cama desde hace años, pero para el dios marcial más joven, ese día los rayos de sol tenían un brillo particular.

Entre sus dedos tenía un frasco con pastillas de un tono tornasol bastante extraño, había tomado algunas durante varios días sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Xie Lian recordaba cada momento en que aprovechó la ayuda de Hua Cheng y sus propias habilidades fortalecidas por el Emperador para cambiar la composición de su cuerpo, tomando forma femenina en cada encuentro sexual de los últimos meses. ¿Acaso podría ser real que lo hubiera logrado?

Acarició su vientre tranquilamente, no sabía qué hacer, ya que temía que cada vez que cambiaba a su corporalidad innata se perdiera aquel producto que tanto había deseado tener con su pareja celestial. Nunca había pensado tener descendencia, simplemente le parecía risible, pero desde que estaba al lado de su amado no podía evitar anhelarlo.

Xie Lian volvió a tomar forma femenina y salió del baño, sin esperar que dos hermosos ojos obsidiana ya lo estuvieran esperando con el característico amor que tenían por él desde la primera confesión de sus sentimientos.

— Xian Le, esta vez despertaste más temprano... ¿Acaso...?

Jun Wu pensó que su pareja deseaba intimidad, pues esa había sido la razón aparente de la femeneidad de Xie Lian esos últimos días, pero éste negó con la cabeza suavemente, provocando que el otro dios marcial se sintiera ligeramente confundido.

— Mi señor, este Xian Le necesita hablar de algo importante.

— Adelante, puedes hacerlo.

Esta pequeña formalidad los hizo sonreír a ambos, pues recordaron tiempos pasados en los que eran únicamente cercanos por la relación como subordinado el uno del otro, aunque ahora compartían hogar. Xie Lian se acercó hasta su amado y se sentó de frente a él en la cama, tomando una de las manos del Emperador y la llevó a su vientre.

— La semilla de nuestro amor podría parecer una locura, pero si el cielo y el infierno combinados pueden ayudar con esto, espero que sea el resultado que deseo darle... Mi señor, hace mucho me enamoré de usted, desde mi primera ascensión fue la figura más hermosa para mi... Espero que mi alegría pueda ser la suya...

Jun Wu permaneció solemne ante las palabras del castaño, mientras su expresión iba desde el asombro hasta la esperanza. Sus dedos palparon la calidez del cuerpo cerca de él y con su mano libre atrapó la barbilla ajena, ante un Xie Lian que no podía aparentar calma con sus mejillas sonrojadas.

— Xian Le, amor mío, ¿estás queriendo decir que... Mis sueños y los tuyos se condensaron aquí?

La voz del Emperador guardaba calidez y amor infinito, había deseado tanto tener un heredero con el amor de su vida que apenas y podía controlar el temblor en su ser, pero se forzó para aparentar calma acercando sus labios a los ajenos.

— Si... Hua Cheng dijo que esto me ayudaría y tomando en cuenta que hemos intimado con esta forma mía...

— Parece que Xueyu Tanhua hizo algo bueno para mi en esta ocasión.

— Mi señor... ¿No le molesta que yo...?

Un beso calló el cuestionamiento de Xie Lian y las lenguas de ambos se enredaron mientras los brazos del mayor acunaban el cuerpo contrario en el abrazo más cálido que le hubiera dado, antes de responder.

— Me hace feliz... Inmensamente feliz...

Jun Wu no pudo contenerse más y recostó a Xie Lian poniéndose sobre su pareja dándole pequeños besos por todo el rostro, su sonrisa era extremadamente amplia y su corazón delataba la emoción que sentía en ese momento.

— Te amo y la amare también a ella...

— ¿Cómo estás tan seguro de que será mujer, amado mío?

— Porque Xian Le es tan perfecto, que seguramente me dará a una luz que celaré más que a mi propio reino.

— ¿Debo preocuparme, mi señor?

— Eso jamás, Xian Le.

Los pómulos sonrosados se convirtieron en dos suaves esferas carmín, mientras los ojos del color del topacio se desviaron por los nervios que su dueño aún sentía.

— Espero hacerlo bien.

— Lo harás... Gracias.

— ¿Por qué?

— Porque es el mejor regalo de cumpleaños que hemos tenido este año.

La sonrisa del castaño se conjugó con la del Emperador y se besaron repetidamente, sintiéndose plenos con la nueva vida que los llenaba de gozo.

TGCF. El rincón de los shipps crack y másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora